domingo, 30 de septiembre de 2012

Bruselas resalta que si Catalunya se independiza quedará fuera de la UE


Bruselas resalta que si Catalunya se independiza quedará fuera de la UE

Barcelona | 11/09/2012 - 13:28h
BRUSELAS/BARCELONA, 11 (EUROPA PRESS)

El portavoz del Ejecutivo comunitario, Olivier Bailly, ha dicho este martes que si Catalunya se independiza de España quedará fuera de la UE y tendrá que pedir de nuevo su adhesión si quiere formar parte del club europeo.

El Ejecutivo comunitario ha eludido en todo caso comentar la manifestación independentista convocada en Barcelona con motivo de la Diada.

"Conocemos esta protesta porque leemos la prensa y hemos sido informados por nuestra representación en Barcelona", ha explicado el portavoz al ser preguntado por la manifestación independentista.

La política de la Comisión sobre movimientos secesionistas en un Estado miembro es de no hacer comentarios al respecto, ha indicado Bailly.

"Corresponde a las fuerzas a nivel regional o nacional discutir estas cuestiones en el contexto doméstico", aunque no hay disposiciones en el Tratado sobre la secesión de una región en un Estado miembro, ha aseverado.

Asimismo, ha recordado que cualquier proceso de secesión en un país debe organizarse de acuerdo con el derecho internacional "para que esta nueva organización sea reconocida por la comunidad internacional".

A partir de ahí, si el nuevo país quiere adherirse a la UE, tendrá que hacerlo de acuerdo con los Tratados y las disposiciones sobre la adhesión.

"Mientras tanto, esta nueva entidad no es parte de la UE y por ello tiene que pedir la adhesión", ha asegurado el portavoz.


Leer más: http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20120911/54348960089/bruselas-resalta-que-si-catalunya-se-independiza-quedara-fuera-de-la-ue.html#ixzz27wBtDQFN
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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Cataluña Tierra de Paso


Charnegos

Las palabras nacen, se usan, a menudo se devalúan y acaban desapareciendo. Sólo la pertinacia de algunos las mantiene a veces, generalmente para un uso concreto que reduce el inicial. Tenemos bastantes ejemplos: “buque” designaba antiguamente un espacio cerrado; hoy es una nave; el “ministro” era el que administraba; hoy es casi en exclusiva un cargo político; el “piano”, que se aplicaba a un tipo de sonido suave y poco intenso, es hoy un instrumento musical. Podríamos alargar la lista tanto como quisiéramos.

Algo parecido ocurre con la palabra charnego. La voz catalana xarnego es, según Coromines, un “término despectivo aplicado a diversos tipos de animales y personas, especialmente a gente mestiza  o forastera o inadaptada al país: antiguamente designó una clase de perros adecuados para huronear; del cast., donde lucharniegos, nombre de estos perros, fue alterado en los charniegos, resultante aquél, por disimilación, de un antiguo nocherniego, ‘que va por la noche’, derivado de *nochorno, del lat. nocturnus”.

La palabra xarnego nació en los años 20, cuando se produjo hacia Cataluña un aluvión inmigratorio de grandes proporciones, inducido por las obras para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929.

Sin el menor deseo de herir susceptibilidades, es una verdad histórica que la mayor parte de los inmigrados procedían de zonas españolas pobres e incultas, y muchos aportaban costumbres y actitudes ante la vida que contrastaban fuertemente con las de su país de acogida. En Cataluña eran fuertemente condenados socialmente hábitos como la embriaguez, la violencia o la vocinglería, y la introducción de estos comportamientos motivó inmediatamente un enfrentamiento entre los catalanes de origen y los nuevamente llegados. Este rechazo quedaba aumentado, si cabe, por algunas actitudes arrogantes, que consideraban el país de adopción como una “provincia” a cuyos hábitos, especialmente los lingüísticos, debían adaptarse los pobladores de siempre frente a los recién llegados.

Así tomó su carácter fuertemente despectivo la palabra xarnego, que siempre se aplicó a los “nuevos catalanes” con fuertes dosis de incultura, agresividad y sobre todo inadaptación consciente a su nueva patria de acogida: de ningún modo se aplicaba a los meramente castellanohablantes, ni siquiera a los inmigrados sin más. La palabra xarnego quedó siempre reservada para esta capa social más primaria. Ni entonces ni ahora ha sido jamás aplicada a toda la masa de inmigración.

Se olvida que la población catalana actual es en su mayor parte de inmigración. Cataluña, marca fronteriza, ha sido siempre tierra de paso y de acogida, como prueban los actuales apellidos catalanes, donde abundan tanto los considerados “castellanos” como los catalanes de origen[1]. Cataluña se ha nutrido siempre de la inmigración, y precisamente la lengua ha sido uno de los principales factores integradores de la población inmigrada. Hoy sus descendientes, tan catalanes como los (pocos) de origen estricto, sienten, hablan y actúan como un todo étnico, lingüístico y sobre todo identitario.

Por ello resulta sorprendente —incluso sospechoso— que muchos la hayan aplicado, incluso autoaplicado, a los inmigrados por el mero hecho de hablar la lengua castellana. Fuera por el hecho de resaltar su ascenso social, o incluso por el de promover una oposición idiomática, la palabra es asumida por muchos castellanohablantes o descendientes de castellanohablantes a sí mismos o a sus antepasados, olvidando el importante matiz distintivo que convierte la palabra en despectiva.

Es por tanto del todo improcedente que algunos catalanes inmigrados o descendientes de ellos la apliquen o se  la autoapliquen indiscriminadamente. Ni Joan Manel Serrat, ni Manuela de Madre, ni Carod-Rovira han sido nunca ni mucho menos son ahora xarnegos. Adjudicarse el mote, sin duda con el deseo de resaltar su mera procedencia, es totalmente inexacto, aparte de que con ello se atribuyen una actitud ante lo catalán de origen que sin duda nunca han tenido.

Albert Boadella: "Llegados aquí, hay que dejar que Cataluña se suicide"


"Yo incluso les pegaría un empujoncito"

Albert Boadella: "Llegados aquí, hay que dejar que Cataluña se suicide"

"Falta nacionalismo español. Al menos, una letra para el himno"

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Periodista Digital, 22 de septiembre de 2012 a las 13:56
El actor barcelonés Albert Boadella, integrado en política en las filas de UPyD, ha puesto -como es habitual en él- los puntos sobre las íes acerca de los últimos movimientos de los nacionalistas en Cataluña y los flirteos con la independencia que hace Artur Mas.
En declaraciones concedidas a 'El Mundo', Boadella ha descrito esta independencia como algo "irreversible".
"Es un suicidio colectivo, y hay que dejarles que se suiciden, porque llevan años diciendo que se van a tirar del puente, y yo incluso les pegaría un empujoncito".
"Han acomplejado a los españoles diciendo que eran víctimas, y no. Ni de Franco. De Franco la víctima fue Almería", explica, al tiempo que considera que "el nacionalismo español es inexistente".
"Falta nacionalismo español. Al menos, una letra para el himno. A mí me gusta el 'Cara al Sol'. Ojalá acabe siendo el himno español, letra incluida. Sería perfecto".
Boadella concluye solidarizándose con la concejal de Los Yébenes, Olvido Hormigos, tras el escándalo de su vídeo erótico, afirmando que "llamarle zorra pertenece a la proporción de chusma de todo país".

El secesionismo avanza en los planes del Govern de Cataluña


El secesionismo avanza en los planes del Govern de Cataluña

José Cavero 23/09/2012
La "deriva secesionista" emprendida por el Govern de la Generalitat catalana que encabeza Artur Mas, sigue en su empeño, como hoy describen varios diarios, en particular, los que se editan en Cataluña. Por ejemplo, cuenta La Vanguardia que el Parlament de Catalunya prepara un pronunciamiento soberanista, y que los grupos políticos elaboran la proclamación del derecho de Catalunya a decidir su futuro. El compromiso es que la Cámara asuma la reivindicación que se escuchó en la marcha de la Diada. La declaración fijará la correlación entre soberanistas catalanes y españoles.

 Señala esta crónica que Mas prepara con Duran los escenarios de la nueva etapa catalana. El Parlament de Catalunya hará esta semana un pronunciamiento soberanista. Los grupos parlamentarios están elaborando la proclamación del derecho de Catalunya a decidir su futuro, ya sea dentro o fuera de España. No será simplemente un texto enunciativo para afirmar el derecho de Catalunya a la autodeterminación, porque eso ya se ha aprobado varias veces en la Cámara catalana. Esta vez se pretende ir más allá y expresar de forma inequívoca la voluntad del pueblo catalán de pronunciarse respecto al vínculo con el Estado español. El pronunciamiento tendrá forma de resolución que presentarán conjuntamente los grupos que estén dispuestos de antemano a apoyarla y se votará al final del debate de política general que empezará el martes, o sea que el pronunciamiento tendrá lugar el próximo jueves, día 27.Los grupos parlamentarios están trabajando en la redacción definitiva del texto, negociando aspectos que incluir, como la posibilidad de comprometerse con un calendario para ejercer el pronunciamiento del pueblo catalán o la conveniencia de fijar nuevos horizontes políticos, como la conversión del Estado propio dentro de la Unión Europea. Los grupos que están negociando el texto son los que apoyaron la propuesta de pacto fiscal, es decir Convergència i Unió, Iniciativa per Catalunya y Esquerra Republicana y también Solidaritat per la Independencia, que apoyó la manifestación de la Diada. Existe un principio de acuerdo entre estos grupos para que el Parlament, como máxima institución representativa, asuma el mandato de las voces que salieron a la calle el 11-S.

Según fuentes parlamentarias consultadas por La Vanguardia, en las conversaciones preliminares, estos grupos parlamentarios han constatado que "después de la Diada tenemos un mandato claro del pueblo catalán y si ahora no fuéramos capaces de ponernos de acuerdo y por intereses electorales volviéramos a dar la imagen de división que dimos cuando el Estatut, no sólo estaríamos haciendo el ridículo, sino que los ciudadanos no nos lo perdonarían y cometeríamos una irresponsabilidad histórica de consecuencias incalculables". La resolución girará pues en torno al derecho a decidir, que es el mínimo común que comparten los grupos parlamentarios que apoyaron la manifestación de la Diada. Las negociaciones se centran no sólo en el contenido sino también en la conveniencia o no de que una vez fijada la posición común cada grupo pueda añadir sus propios objetivos políticos. Esquerra Republicana ya se está posicionando a favor de una declaración unilateral de independencia previa al referéndum de autodeterminación. Pero más allá de la diversidad de posiciones políticas, la aprobación de una posición común mayoritaria en el Parlament tendrá una enorme trascendencia no sólo por el pronunciamiento en si, sino también porque automáticamente quedarán definidos los bloques políticos de cara a las elecciones, que se presentan inevitablemente plebiscitarias. Los ciudadanos de Catalunya se pronunciarán inequívocamente por la soberanía de Catalunya o por la soberanía de España. Está claro., sigue relatando La Vanguardia, que el concepto compartido es la soberanía y no la independencia.

Algunos partidos ya han empezado a situarse en lo que podría denominarse la pole position soberanista. Sin ir más lejos, Iniciativa per Catalunya, formación que no se define como independentista, ya se ha pronunciado a favor de un "pacto nacional por la autodeterminación", incluyendo en su reivindicación la convocatoria de un referéndum, que como todo el mundo sabe no está previsto en la legislación española, un extremo que parece que ya no tenga importancia. Joan Herrera, el líder de la izquierda verde, lanzaba ayer la propuesta de un frente común de federalistas e independentistas contra los partidarios de la España centralista. Es en cierto modo una suerte de opa más o menos hostil al Partit dels Socialistes, el grupo que ha quedado más descolocado con la evolución frenética de los acontecimientos de las últimas semanas. Tanto es así, que todo se está moviendo también en el PSC. donde de repente están resurgiendo presuntos defensores del derecho a la autodeterminación empujando a la dirección para que asuma ese objetivo antes de que Artur Mas convoque las elecciones. Temen verse identificados con el bloque soberanista español junto al PP y Ciudadanos y convertirse en un partido residual alejado de la centralidad. El debate interno en el seno del socialismo catalán va a adquirir cierta dimensión por cuanto un PSC converso al soberanismo podría sumarse al pronunciamiento del Parlament y provocaría probablemente una crisis en el PSOE. Y si no lo hace, la dirección se arriesga a que surjan nuevas deserciones en el grupo parlamentario justo cuando se va a estrenar la nueva cúpula designada por el líder, Pere Navarro. Que el soberanismo está calando en la sociedad se puso de manifiesto ayer en la asamblea del Futbol Club Barcelona. El presidente de la entidad, Sandro Rosell, hizo una declaración: "La institución siempre será fiel a su historia, a sus convicciones y a sus raíces. Siempre defenderemos el derecho de los pueblos a decidir su futuro... el Barça es parte de la sociedad catalana y siempre defenderá la voluntad de la mayoría de nuestro pueblo". En La Vanguardia se recogen y destacan declaraciones del cardenal secretario de Estado de la Santa Sede, Tarcisio Bertone, que sostiene que la lengua y la historia de los pueblos sonm realidades sublimes... También recoge el aviso de Rajoy a Mas, de que no se sale de la crisis creando problemas. Y la afirmación de García Margallo: La solución pasa por reconocer el hecho catalán y la realidad hispana.

-- "Rajoy ofrece ahora a Mas "dialogar y escuchar"", dice, a su vez, la portada de El Periódico de Catalunya. El presidente del Gobierno advierte de que "no se sale de un problema creando otro". La portada de El Periódico se hace eco este domingo de la evolución de las relaciones entre el Gobierno de Madrid y la Generalitat. Rajoy ofrece ahora a Artur Mas "dialogar y escuchar". El presidente del Gobierno advierte de que "no se sale de un problema creando otro".Convergència reserva el Sant Jordi para el 23 de noviembre por si hay elecciones dos días después.

-- Para El País es éste, a su vez, primerísimo asunto de portada, pero con otro enfoque bien distinto: La UE observa  con preocupación el litigio desatado en Cataluña. Un proceso secesionista no tendría encaje en la legislación europea. Cuenta luego la historia de un economista estadounidense que hace unos meses asistió junto a su esposa a una conferencia del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, y que a medio discurso la mujer lo vio claro y distinto: "A la salida nos darán un látigo para que nos fustiguemos". Las crisis funcionan como artefactos de esquematización: el relato alemán de la crisis europea es un cuento moral, basado en la creencia de que el patatús económico se debe a la irresponsabilidad fiscal de los pecadores del Sur, a quienes hay que castigar. A partir de ese falso guión, las soluciones son más y más difíciles, los mecanismos de solidaridad escasean, la ciudadanía de algunos países del Norte recela, en el Sur asoma un sentimiento antialemán (o antieuropeo) y en muchas de las últimas elecciones resurgen los extremismos, que en Europa funcionan como ese genio que sale de la lámpara y que tan difícil resulta volver a meter en ella. España es una especie de microcosmos de la crisis del euro: el desencuentro escenificado por Cataluña traza extraños paralelismos con esa historia. De nuevo un genio del pasado sale de la lámpara, el encaje de algunas autonomías, en plena crisis. Las causas directas de los problemas económicos catalanes son la profunda recesión tras una burbuja inmobiliaria de aúpa y la labor de varios Gobiernos a lo largo de los años: no el más que discutible expolio fiscal (pese a que el sistema de financiación es imperfecto, y el tamaño del déficit fiscal puede ser debatible) que esgrime el separatismo para justificar sus pretensiones, según el análisis de Bruselas. Por eso, la UEvio venir esa polémica con extrañeza, que se ha metamorfoseado en preocupación al aflorar en el peor momento de la crisis española, según media docena de fuentes. Cataluña, evidentemente, no es Alemania: para empezar, sufre en carne propia los estragos de la recesión y el paro. Pero en otras muchas cosas la analogía funciona: una vez más el Norte rico, en medio de la crisis, quiere limitar sus transferencias de solidaridad con la excusa de que ese dinero se usa "para ir al bar del pueblo" (Duran i Lleida), o para construir autovías y aeropuertos hacia ninguna parte (Merkel).

Bruselas asiste con desasosiego a ese debate: "Cataluña es una fuente adicional de inquietud; España tenía ya abundantes problemas, y ahora resulta que una de las comunidades más ricas tiene que solicitar un rescate al Estado (y uno se pregunta cómo estarán las demás), y casi el mismo día amenaza con la independencia (problemas políticos a la vista) y plantea un mal llamado pacto fiscal, que al final consiste en aportar menos recursos a las arcas del Estado ahora que la salud de las cuentas públicas genera dudas", afirma un diplomático. El presidente de la Generalitat ha hecho al menos un par de incursiones en Bruselas en busca de comprensión para la demanda de un sistema de financiación, de apoyo para el compromiso de Cataluña con la austeridad, incluso en labores de lobby para el uso del catalán en el Europarlamento (algo que no defiende el embajador de la Generalitat en la capital europea, Joan Prat, que no atendió a la llamada de El País). Mas se ha entrevistado con el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, con el del Parlamento, Martin Schultz. Prácticamente con todo el mundillo europeo. Pero más allá de la habitual ambigüedad calculada, las fuentes consultadas, que en algunos casos presenciaron esas reuniones, no recuerdan una sola alusión a las aspiraciones secesionistas de Cataluña. "No renunciamos a lo que somos... Más Cataluña y más Europa es nuestro lema", dijo Mas ante la prensa en una de esas visitas. O sea, ¿menos España?, se le preguntó. "No. Nosotros somos positivos; afirmamos, no negamos nada", aclaró. De ahí que la primera reacción en Bruselas haya sido de incredulidad. Seguida de una advertencia clara: "Algunas de las reivindicaciones catalanas se ven con cierta simpatía.

Pero se está cruzando una frontera peligrosa. Puede entenderse esa aspiración por mejorar la financiación, pero ni siquiera en Alemania, con un sistema fiscal federal que puede servir como modelo, se entiende que se rebase tan a la ligera esa línea de las aspiraciones independentistas, que en Bruselas dispara alarmas ante el riesgo de efectos miméticos en otros lugares", afirma un funcionario europeo. La independencia de Cataluña comportaría evidentes problemas jurídicos, a juzgar por el elegante redactado del artículo 4.2 del Tratado de la Unión. Además, la toma de decisiones en la UE se encamina hacia las mayorías cualificadas salvo en un punto que siempre requerirá unanimidad: la entrada de nuevos Estados. Esas barreras pueden funcionar como diques de contención: el presidente de la Comisión, José Manuel Durão, ha dejado clara la doctrina al respecto. Por un lado, ese es un asunto "interno" de España. Por otro, en caso de un hipotético caso de un proceso secesionista en un Estado miembro, "la solución tendría que encontrarse dentro del ordenamiento legal internacional". El Gobierno del PP ha dejado caer que el problema del déficit español es culpa de las comunidades autónomas. Falso. Y ha amagado con iniciar una cierta recentralización de competencias (con la excusa de los deberes que impone Bruselas) que genera recelos en Cataluña y que explica en parte esa reacción. Ahí, una vez más, el paralelismo con Europa es inquietante: la Troika envía a los hombres de negro a Madrid, y a su vez el Gobierno envía a sus propios hombres de negro a las comunidades rescatadas como Cataluña. Madrid evita referirse directamente a un rescate y prefiere aludir a una línea de crédito en condiciones ventajosas, y Artur Mas exige que la ayuda no tenga "condicionantes políticos". Wolfgang Münchau, que dirige el think tank bruselense Eurointelligence, asegura que el circo político montado a ese respecto "sería cómico si no estuviera relacionado con la profunda crisis española y sus consecuencias para la gente de a pie".

-- El Mundo también tiene "el tema catalán"como primera asignatura de este domingo, con el título Rajoyu intenta desactivar a Mas ofreciendo puntos reencuentro. Afimna que está dispuesto a hablar y dialogar. El expresidente Azmar por su parte, advierte que un Estado no puede ser frágil, confuso y ausente. Relata la cronista de este diario, LucíaMéndez, cómo 'La Vanguardia' nos ha contado, este sábado, la intrahistoria del viaje de Artur Mas a Madrid, que el president ha interiorizado de forma épica, como los héroes griegos que se enfrentaban a los monstruos en oscuras cavernas. Es lo que puede pasar cuando se tiene todo el día a la vista a San Jorge matando al dragón. Nada más acabar la rueda de prensa, la mejor de su vida, según le hizo llegar por twitter un admirador, Artur Mas bajó con su séquito a comer al restaurante "Nihil prius". Un bonito nombre para un local y una expresión del latín que significa: "Nada antes". "Nihil prius fide", por ejemplo, es el lema de los notarios. "Nada antes que la fe". La divisa de Mas bien podría ser "Nihil prius Catalunya". El presidente catalán, sigue contando Lucía, se ha metido en un lío, debe ser el signo de los tiempos, pero no se puede quejar de cómo le trata Madrid. Gracias a sus viajes a la capital de España, Mas se ha convertido en un líder de masas, cosa que no era antes porque el carisma de su antecesor impedía ver sus cualidades.

El presidente catalán empezó a sobresalir el día en el que, siendo líder de la oposición en Cataluña, Zapatero le citó en La Moncloa, el 21 de enero de 2006, para llegar a un acuerdo sobre el Estatuto, al margen del presidente de la Generalitat, que entonces era Maragall. Allí, durante seis horas, ambos políticos hablaron y hablaron entre el humo de los cigarrillos. Zapatero le prometió que le dejaría gobernar si tenía mayoría en las elecciones, pero Montilla iba por libre y montó un segundo tripartito, haciéndole un corte de mangas al entonces líder socialista, de la misma forma que éste se lo había hecho al PSC pactando con CiU. Artur Mas ha dejado de fumar, aunque se muerde las uñas, es un hombre frugal, austero y estoico. Casi un monje, que come solo un plato y no toma café. Más de seis años después de aquella primera cita en La Moncloa, ha vuelto a salir de allí convertido en todo un líder al que reciben miles de personas a su vuelta a Barcelona. Si saca la mayoría absoluta que busca en las próximas elecciones, ya puede agradecérselo a Rajoy. Porque el presidente del Gobierno no podía, pero anda que si le llega a decir que sí... De momento, Mas ya parece que se siente psicológicamente independizado de España. El diario de referencia cuenta que sólo le interesa la prensa internacional. Su jefe de Comunicación insistía en informarle durante la comida del impacto nacional de su comparecencia en los medios. Pero él únicamente quería leer lo que publicaba el 'Financial Times'. En eso y en muchas otras cosas Mas se parece a Rajoy. De hecho, en los ambientes catalanes más influyentes, se dijo después de las últimas elecciones que ambos se iban a llevar de maravilla porque tenían caracteres parecidos y biografías políticas plagadas de obstáculos y de sapos que tuvieron que ingerir antes de llegar al poder. Además, eran los sucesores de dos líderes carismáticos, lo que suele unir mucho. La crisis se lo lleva todo por delante y ha destruido esa posibilidad de entendimiento, aunque como dijo Artur Mas, con Rajoy "es imposible enfadarse porque es muy correcto en el trato". En efecto, el presidente del Gobierno ha optado por ser impecable en el trato y no quitar la mano tendida. Hay elecciones a la vista en Cataluña y el PP no puede permitirse el lujo de aparecer ante los electores catalanes como enemigo de las ansias de libertad del pueblo.

-- La Razón es el otro diario que también mira a Cataluña desde su primera página, titulada Hora de sumar, y con muchas referencias claras a los propósitos soberanistas de Mas. Los datos de la encuesta que proporciona indican que el 83 por 100 de los españoles cree que sin unidad no saldremos de la situación de crisis. Y añade el diario que Cataluña tendría que pagar más a la UE que el conjunto de España si se independizara. Cada catalán aportaría 247 euros al año a Bruselas, frente a los 204 de ahora. Las exportaciones hacia España, por el efecto frontera y los aranceles, provocarían un aumento de los precios del 40 por 100. Y la frase de Alicia Sánchez Camacho: "Artur Mas no puede imponer la ruptura de España". Alicia habla ya con la autoridad presidencial: "Revisaremos la financiación, pero entre todos y de manera serena y responsable". La revisarán, en todo caso, el Gobierno de la Nación con los gobiernos autonómicos, pero no una diputada del PP catalán...

-- No hay referencias a Cataluña en la portada de ABC, pero sí en su interior. Cuenta en una crónica desde Orense que Rajoy recuerda a Mas que no se sale de una crisis creando otra, y que se muestra dispuesto a dialogar y asegura que es posible crear puntos de encuentro. Y en otra información, señala ABC que  Barcelona gastará 1.900 millones en su plan independentista, y que el Centro de Interpretación de los hechos de 1714 ha costado 84 millones.-. También la afirmación de Aznar: Nadie va a romper España

-- En La Gaceta, la frase de Aznar, Nadie va a romper España. Y luego, en una crónica, que Rajoy buscará puntos de encuentro con Mas, y Aznar advierte de que nadie romperá España. Rajoy tiende la mano a Mas para buscar `puntos de encuentro y no crear otra crisis

Bono, en todas las salsas

Junto con el protagonismo que sigue teniendo Cataluña, hay este domingo otro primer actor, llamado José Bono, presente en casi todas las salsas por razón del libro de Memorias que acaba de publicar y que ahora promociona. En La Vanguardia, dice Bono: Prefiero morir a ver España rota. No me imagino a Cataluña y España separadas y prósperas. En El País, afirma Bono: Pujol auguróla indepenencia de Cataluña en una generación más. . Pujol preparó la separación con la bandera, la lengua y la enseñanza. El Mundo lleva a su portada la afirmación de Bono: El Rey no puede ser el mozo de estoques del Gobierno. Mientras PP y PSOE se pelean, España se deshilacha y se empobrece. Cataluña y País Vasco precisan un trato propio, no el café para todos. La alteración del territorio necesitaría un referéndum de todos los españoles, dice también Bono a El Mundo.  En ABC, afirma Bono: Vi que todo se desbocaría cuando  el PSC gobernó con los independentistas. Dice La Razón que Bono ajusta cuentas. Según cuenta Rubalcaba, Guerra dijo que os cajones que más tuvimos que limpiar en Ferraz fueron los de Felipe..Dice también Bono: Rubalcaba es el socialista más listo que he conocido. España necesita que PP y PSOE no entiendan para dar solución a la crisis y al secesionismo. Me duele cuando representa a la España constitucional y solidaria como madrastra. Pujol me confesó que obtuvo mucho menos del PSOE que del PP.  Por supuesto, ni una línea en La Gaceta a las memorias de Bono. Ya recordarán la pelea que el diario tuvo con el que fuera presidente del Congreso a cuenta de los presuntos juegos sucios del político...

Con  la Cataluña secesionista y el Bono hablador, hay suficiente materia como para pasarse la jornada dominical bien amenizada y entretenida...

Mas pone en marcha la secesión de Cataluña


Mas pone en marcha la secesión de Cataluña

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Como en España no tenemos experiencia histórica reconocible del inicio, que se pretende democrático, de un proceso de secesión de una de sus comunidades, carecemos de referencias aleccionadoras para juzgar con propiedad el discurso que ayer pronunció Artur Mas en el Parlamento de Cataluña. Descontado que adelantaría las elecciones, no lo estaba que, en la parte final de su intervención, el presidente de la Generalidad se ofreciese como un nuevo padre de la patria catalana que se retirará de la vida pública una vez el Principado obtenga el objetivo de su autodeterminación mediante el ejercicio del derecho a decidir. Para unos, semejantes palabras y propósitos resultarán ampulosos, innecesarios y partidistas; para otros, sencillamente conformarán la actitud de un político que pretende constituirse en un auténtico hacedor del Estado catalán superando el diletantismo -que a mí no me lo parece, pero sí a otros- del catalanismo político y social en el militaron desde el presidente de la primera República a numerosísimos ministros de la Restauración y de la segunda República.
Lo que Mas pretendió ayer fue depositar la semilla de un gran movimiento, de heterogénea naturaleza, que secunde el programa electoral de CiU en el que se plasmará el fondo, la forma y el calendario del llamado derecho a decidir que el presidente catalán equiparó al de autodeterminaciónPor mi parte, me limito a subrayar que Mas y amplios sectores de la sociedad catalana se creen exactamente lo que dicen en este orden de cuestiones y que pretenden hacer, paso por paso, todo lo que están ahora anunciando. En otros términos:el nacionalismo tradicional y el independentismo catalanes están por “jugársela”, según expresión del XXIX presidente de la Generalidad. Y jugársela significa que, a tenor del llamamiento que hizo Mas, CiU va a perseguir una mayoría absoluta el 25 de noviembre próximo depredando tanto cuando pueda a ERC (62 escaños la federación nacionalista y 10 los republicanos independentistas, en una Cámara de 135 miembros), arrinconando tanto a la izquierda que representa el PSC (28 escaños) como a la derecha españolista del PP (18 escaños), reduciendo a los ecosocialistas de ICV (10 escaños) y diluyendo a SI (4 escaños). La apuesta de Mas y de CiU es tan grande frente al electorado de Cataluña como frente a España y el Estado. Incluso diría que, sin ganar el órdago electoral en Cataluña (es decir, la mayoría absoluta que está en 68 escaños), no hay partido, esto es, que sin un gobierno absolutamente hegemónico, todo el proyecto -que sólo sabemos que es segregacionista pero no en qué grado- que esbozó ayer Mas se vendría abajo sin remisión. Porque si CiU debe el 26-N completar su mayoría con ERC, la iniciativa encallará.
Esa es la explicación por la que el presidente de la Generalidad enfatizó que el nacionalismo catalán no es étnico, sino que de carácter cultural y por lo tanto no excluyente. Llegó a afirmar que el “alma” de Cataluña es la “mezcla”, de tal suerte que así estaba haciendo un llamamiento a las bolsas electorales que en segunda y tercera generación tienen su origen otras zonas de España y que, tradicionalmente, alimentan al PSC (los socialistas catalanes han venido ganando las legislativas hasta el pasado 22-N) y, en menor medida, al PP. Es decir, a los ciudadanos de la Cataluña que no registran pulsión identitaria. Lo que Mas pretendió ayer fue depositar la semilla de un gran movimiento, de heterogénea naturaleza, que secunde el programa electoral  de CiU en el que se plasmará el fondo, la forma y el calendario del llamado derecho a decidir que Mas equiparó al de autodeterminación. 
En el discurso del presidente de la Generalidad hubodos omisiones estratégicas: no hizo reproche alguno a los tripartitos que presidieron Maragall y Montilla, y no reconoció a la Constitución española de 1978 y a los Estatutos de 1979 y de 2006 ni una sola virtualidad en la histórica recuperación de las institucionales, la lengua y la gestión de los asuntos públicos de Cataluña. Y, en cambio, abundó en perfilar al Gobierno central y al Estado español como el responsable último de que Cataluña deba abordar la crucial decisión que se le va proponer, la más importante en sus“últimos trescientos años”. Omisiones, responsabilidades ajenas… ¿y las propias? Una legislatura quebrada en su ecuador, no es precisamente un éxito por más que se reclame una “nueva legitimación” después de una manifestación, la del 11-S, que aunque de gran dimensión, se ha convertido en una hipérbola redentora de todos los errores políticos y de gestión de Mas y su Gobierno.
Por todas estas razones, el discurso de Mas seguramente ha sido muy efectivo en Cataluña (acertó TVE 24 horas en retransmitirlo en directo), en el bien entendido que puso en marcha el mecanismo de una posible secesión a la que le faltan etapas decisivas. Las elecciones van a ser a cara de perro en Cataluña porque son allí tan decisivas como lo son en el conjunto de España, cuyos políticos tienen que construir un discurso que ofrezca alternativa al de Mas, que narre la razón histórica y presente (más allá de la contabilidad) de la unidad de España y su compatibilidad con la identidad catalana, sin descartar -en atención a las proporciones del llamado malestar catalán- que sea perentoriamente preciso idear fórmulas de encuentro que  resulten verosímiles y eficaces para unos y otros. Porque convendría que nadie se engañe: ayer Mas puso en marcha la maquinaria secesionista que puede acabar en fracaso -si los planes de CiU no se cumplen al milímetro- o en un escenario español que se aproximaría a disensos territoriales como son el escocés, el quebequés o el belga.