martes, 1 de noviembre de 2011

Los Sueldos de Caixa de Catalunya

La falsedad y la hipocresía pasan factura, a veces. Los dos representantes de CC OO en el consejo de administración de Caixa Catalunya, Josep Alonso y Genís Garriga, votaron en 2008 a favor de los contratos de alta dirección del nuevo tándem directivo de Adolf Todó y Jaume Masana, con pelotazos salariales, de blindaje y de pensiones, así como de la indemnización a Josep María Loza, el director general saliente. En ambos casos y en dos sesiones, CC OO votó a favor de lo mismo que ahora denuncia fuera de ella.
Las dos reuniones se celebraron el 19 de febrero y el 26 de marzo de 2008. En ambas, los consejeros de CC OO votaron afirmativamente unas retribuciones y pelotazos salariales en la alta dirección, lo mismo que el pasado día 25, en una mediática rueda de prensa en Madrid, el secretario general de Comfia-CC OO, José María Martínez, denunciaba con énfasis.
Es más, Martínez señaló como tres casos “sangrantes” a la CAM, CatalunyaCaixa y NovacaixaGalicia. Tres entidades nacionalizadas y en las que coinciden, en el periodo 2004-2010, espectaculares incrementos salariales de la cúpula directiva con fortísimas caídas en los resultados.
En el caso de Caixa Catalunya, Martínez destacó que la retribución de la alta dirección aumentó en ese periodo un 93%, mientras que los beneficios se desplomaron un 53%. Lo que no denunció es que CC OO, su propio sindicato, era uno de los responsables directos.
En la reunión del consejo del 19 de febrero de 2008, Narcís Serra, presidente de la entidad, planteó la conveniencia de compensar la dimisión voluntaria del director general, Josep M. Loza, que había “enladrillado” el balance de la caja. Pareció poco el compromiso por pensión que la entidad ya tenía dotado, unos 5,2 millones de euros; por lo que acabaron regalándole su salario completo durante siete años más, con una revalorización fija del 5% anual y aumentando sus pensiones como si permaneciese en la caja. Una minucia añadida de 5,6 millones de euros. En total 10,8 millones. Los dos representantes de CC OO votaron a favor.
En la reunión del 26 de marzo se plantearon los contratos del nuevo director general, Adolf Todó, y de su adjunto, Jaume Masana: dos millones de euros el primero y 1,5 millones anuales, Masana. Blindajes de 10 y 7,5 millones de euros, respectivamente, y una pensión vitalicia para Todó, que ahora le costaría a la caja 720.000 euros anuales. CC OO votó a favor.
Entre los dos consejos se aprobaron 45 millones de euros. Un festín para tres directivos de una caja en crisis y que representa el 23% del beneficio del grupo en 2008 (194 millones).
Una tercera representante sindical, Sara Cardona, también votó a favor de los pelotazos. Pero en este caso se conjugan anécdotas que ponen más en evidencia el papel de los sindicatos en las cajas de ahorros.
Cardona, la tercera plaza del cupo sindical dentro de un consejo de 21 sillones, votó en representación de CSICA. Pero su entrada en el consejo de Caixa Catalunya en 2005 fue como representante de UGT, porque pertenecía a este sindicato. ¿Qué sucedió? Los miembros de los sindicatos en los consejos de las Cajas, en los que tienen una cuota por ley, se disputan esta representación por el hecho de que quien está dentro de un consejo recibe dietas como cualquier otro consejero.
En Caixa Catalunya se remuneraba con un mínimo de 30.000 euros anuales a los consejeros y pueden superar los 60.000 si, además, se es miembro de la comisión ejecutiva. Dietas que, en el caso de los sindicalistas, se suman al salario como empleados, aunque estén “liberados” de su quehacer diario.
Sara Cardona pactó con sus jefes que como UGT había sacado en las elecciones sindicales un sólo sillón, se repartiría el condumio con otro compañero. Los dos primeros años lo ocuparía ella y los dos siguientes otro. Cuando llegó el momento del cambio se arrepintió. UGT amenazó con expulsarla, pero ella se afilió al minoritario CSICA. Sucesivas modificaciones de la Ley de Cajas Catalanas han permitido a los consejeros eternizarse, en lugar de los periodos legales anteriores de cuatro años.
Entre los 21 miembros del consejo de Caixa Catalunya que aprobaron estos disparates estaban también los representantes de la Diputación de Barcelona, entidad fundadora de la caja sin ánimo de lucro. Además, la que tenía que velar por el buen gobierno corporativo. También votaron a favor los consejeros representantes de los impositores. Al parecer, opinaron que el dinero de sus representados estaba mejor en los bolsillos de algunos directivos que en la caja.
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