CARLOS PUJOL, ESCRITOR
“El humor en la novela es la gran aportación de los españoles”
26 DIC 2011 | Miguel Maristany. Barcelona
Miguel Maristany.- Auténtico ‘hombre de letras’, el escritor catalán está a punto de publicar dos poemarios.
En la mejor veta
Perfil de Carlos Pujol
Con el paso de los años, Carlos Pujol (Barcelona, 1936) ha asentado un sólido magisterio sobre las nuevas generaciones de escritores. Autor de una obra extensa y de diversos géneros, ahora está a punto de publicar dos nuevos libros de poemas.
-¿Cómo ha logrado escribir su propia poesía habiendo traducido a tantos poetas insignes?
- Con cierto sentimiento de vergüenza. Se necesita valor para escribir poesía habiendo traducido a Baudelaire, por ejemplo. Era algo que tenía en mente ya desde la adolescencia, pero luego lo dejé correr porque descubrí que estaba imitando lo que me gustaba entonces.
-Explíqueme esta tardanza en sus primeras publicaciones de poesía.
-Tenía 45 años cuando publiqué la primera novela. Y al cabo de pocos años pensé: -Hombre, por qué no probar de nuevo con la poesía. Tenía más experiencia y las traducciones en verso me dieron muñeca. Cuando era estudiante comprendí que lo que hacía no llevaba a ninguna parte. Eran imitaciones y parodias de lo que yo admiraba. Mi poesía viene traída por la novela. Utilizo normalmente el recurso poético del monólogo dramático, que me llevó a pagar la deuda que tenía con Robert Browning, que fue si no el inventor, sí el que se dedicó mas a este género. Un personaje histórico conocido que cuenta sus cosas como si estuviera en un escenario. Y esto es una secuela de una actitud novelesca. Mi poesía es más de contar que de cantar.
-¿Sintió aprensión al poner versos en boca de Bernini o de Madame de Sevigné?
-Sí, desde luego, un gran respeto. Pero al entrar en ellos también descubres que hasta el sol tiene manchas.
-¿Qué papel ha jugado el humor en su obra?
- Un amigo mío considera que combinar el humor con la poesía es sacrilegio. Pero una novela requiere humor, que no es reírse de los demás, sino de uno mismo. El humor en la novela es el gran aporte de los españoles. El descubrimiento de la novela como humor. Los españoles inventamos, pero no sabemos sacar las patentes. Las patentes del Quijote las sacaron los ingleses. El humor es lo que da trasfondo y relativización de las cosas, más que los alarde técnicos. Sin embargo, cometimos el disparate de poner lecturas como Tiempo de silencio entre las obligatorias en el bachillerato. Como para desanimar a generaciones enteras de futuros lectores.
- ¿Cómo enmarca su poesía en la lírica española contemporánea?
- He tenido una gran ventaja: nadie me ha hecho caso. Al principio me produjo ciertas contrariedades, pero me ha dado libertad. Nadie se ha molestado en incluirme en estos grupos de los que todo el mundo disfruta: generaciones, escuelas... No sabría qué decirte. No me identifico con ninguna clasificación; me parecen bastante ramplonas. El peor enemigo de la literatura es la historia de la literatura. Al preguntar a mis alumnos -¿Qué sabe de García Lorca? La respuesta siempre era la misma: ‘Es de la generación del 27’. Y creían que con esto la cosa estaba explicada.
-¿Se ha desleído con el tiempo la influencia de la literatura francesa?
- Del todo. La cultura francesa y Francia en general se ha venido abajo completamente. Una literatura impresionante en riqueza e influencia que en el siglo XX se ha desplomado. Sobre todo en Barcelona, se vivía culturalmente pensando en París. La novela francesa, el premio Goncourt, la última película francesa, las últimas modas de la pintura... Cualquier cosa que pasaba en París era un acontecimiento. Todo esto ha pasado a la historia completamente. Las películas francesas no le interesan a nadie. Uno coge una revista francesa y ve cómo han llegado a este grado tremendo de la decadencia que es el ombligismo: hablan sólo de lo suyo.
-¿Le ha compensado traducir tanto en prosa como en verso?
-Empiezo a tener una edad venerable y me canso. He traducido un centenar de libros. Era un complemento muy mal pagado, pero yo era más joven y tenía más brío. Me lo tomaba como aprendizaje e ilusión y como un modesto complemento económico. Luego me dediqué de lleno a escribir. Traducir a Balzac o Jane Austen requiere sentarse durante tres o cuatro horas todos los días durante mucho tiempo. La poesía es más fragmentada; se puede ir haciendo mientras se pasea.
-Usted ha defendido con énfasis la literatura realista del XIX frente al experimentalismo del siglo XX.
-Las aventuras y cabriolas del siglo XX nunca me han convencido mucho, ni los autores que ahora se veneran con un buen grado de esnobismo, como Joyce. Ulises es una obra de ingeniería admirablemente bien hecha. De eso a compararlo con las novelas clásicas del XIX como Balzac, o Dostoyevski, incluso Henry James... El XIX es el gran siglo de la novela, y no sé si es realista, pero mantiene el respeto aparente por la realidad. Y creo que esto se ha perdido. El cine ha influido mucho y el lector de hoy ya no puede leer La Regenta, que empieza con aquel tour de force en lo alto del campanario de la catedral: páginas y páginas explicando qué se ve desde el campanario. Esto hoy no lo soporta nadie. El cine lo resuelve en un plano general. ¿Está bien o está mal? Las cosas cambian, cambia el lector.
- Se dice que la literatura es menos importante que antes.
-No tiene influencia. Este mundo que está cambiando tan rápido se refleja en la literatura con el adocenamiento literario de los best-seller.
-¿Nos han faltado en España tradiciones críticas como las de Francia o Inglaterra?
-Lo que podríamos llamar la sociedad literaria, en Francia o Inglaterra es mucho más sólida. Viene de raíz: de la educación y la escuela, mucho mejor que la nuestra. Los lectores son lectores mejores y más críticos. Fíjese que a Gracián y Calderón nos lo descubrieron los alemanes. Pero también me ha repugnado siempre la falta de espíritu crítico con lo propio. En la universidad no se podía discutir que el Arcipreste de Hita había sido un genio, que Lope de Vega era el no va más. Una especie de nacionalismo cultural. Dos palabras difíciles de casar. Cuando descubrí La Divina Comedia, me quedé viendo visiones. Aprendí italiano leyéndola. Pero en España siempre hemos vivido muy cerrados en nuestra tradición. Por eso escandalizaba Eugenio D’Ors, porque ha ido rompiendo fronteras. Parece que hay que ponerse de rodillas y rezar ante una cosa que se llama generación del 27. Pero con el tiempo no sé cómo quedarán, como discretos escritores, supongo. El todo por la patria no es un lema de cultura.
-Usted nunca ha escrito en catalán aun teniendo amigos como Sales o Perucho.
-Desde que tuve uso de razón el castellano era la lengua de expresión única: el cine, los tebeos, las novelas de kiosco, la escuela... Todo me vino completamente dado. Muchos años sin una sola clase en catalán. Además, me encontré con que mi devoción por la literatura catalana quedaba bastante mitigada porque la lengua en la que se había expresado la literatura catalana en el siglo XX me resultaba completamente ajena. La lengua de Carner, Riba, etc., era artificial, no tenía nada que ver con el catalán hablado. Josep Pla decía aquello tan divertido de que “el poeta Joan V. Foix es un gran poeta catalán que escribe en checoslovaco”. La sensación que uno tiene con Foix es de que está leyendo una cosa rarísima; nadie ha hablado de esta manera. La evolución del catalán tan controlado por unas opiniones políticas me parece que ha sido negativa porque no se ha atenido a la lengua viva, sino a una imposición. También es sintomático que Pompeu Fabra, el arquitecto de este asunto, fuese un ingeniero de profesión. Acabé encontrándome con que no puedo escribir en catalán, ni siquiera domino la ortografía. Para mí el catalán ha sido una magnífica lengua de comunicación.
- Aunque no haya hecho alarde, su condición de católico es muy visible en su obra.
- Pues sí. Nunca me ha gustado hacer un literatura confesional, porque la novela y la poesía es para todo el mundo. Pero no descartar a nadie empieza por no descartarse a uno mismo. No se puede dar la espalda a lo que uno es. El mundo literario se ha secularizado de forma brutal.
lunes, 26 de diciembre de 2011
La Cataluña de Miró
Blau
Creía que lo había aprendido en el parvulario. Pero no. Yo no sabía lo que era el azul hasta que he visto Blau de Joan Miró. Pueden descubrirlo (verlo en foto es una mala aproximación) en la Fundació Miró, que exhibe L'escala de l'evasió hasta marzo. Como aperitivo, les brindo algunos de los títulos de la muestra, que son excelentes cuadros mironianos avant l'image (y siguiendo a Rosa Maria Malet, que lo conoció bien, no descarto que el creador destilara en su lirismo algunas gotas de ironía): Jeune fille moitié brune moitié rousse glissant sur le sang des jacinthes gelées d'un camp de football en flammes... Por mucho que lo traduzcan, hay que verlo para saber de qué habla. Vale la pena.
Viví en familia con los Miró sin apreciar qué privilegio era.
¿Cómo recuerda a Miró?
Expresivo con los ojos y los gestos, pero parco en palabras y, cuando las usaba, era para crear imágenes. Este primer cuadro que ve –La masia– es su casa familiar de Mont-roig. Al final, se lo quedó Ernest Hemingway y se lo llevó a Cuba.
¿Eran amigos?
Y compañeros de cuadrilátero en París. Miró era buen deportista y se ejercitaba en el boxeo, como Hemingway, un gran púgil.
¿Cruzaron guantes los dos genios?
No tengo constancia, pero sé que Miró se llevó La masia a París para acabarla...
¡Está llena de vida!
Y anticipa los motivos mironianos: los astros y la tierra. Y entre los dos niveles: los pájaros y los animales. Pero era muy grande para venderlo (132x147 cm). Un marchante sugirió a Miró que lo partiera en ocho cuadros pequeñitos, porque "hoy los pisos son minúsculos y así lo podría vender mejor".
¡Ese sí que era un animal!
Hemingway al fin le pagó –poquito– por él.
¡Cuántas barretinas!
Es la serie Pagesos catalans, que pintó durante la dictadura de Primo de Rivera: en ella anticipaba su compromiso con los valores de la tierra, la cultura y la libertad.
Pero Miró no era de familia payesa.
Su padre era relojero, nacido en Siurana y su madre, mallorquina. Mantuvo con su padre una relación respetuosa pero fría. En sus cartas, Miró se afirma como artista frente al padre, quien lo presiona para que él, el hereu, fuera algo más serio que pintor.
Menos mal que le desobedeció.
La madre, en cambio, le enviaba sus ahorritos para que sobreviviera en París.
Los aprovechó.
Allí le atrapa el surrealismo, singularmente su amigo Breton, con quien se entusiasma y se rebela hasta el punto de que Miró llega a proclamar entusiasmado en uno de sus cónclaves: "¡Muera el Mediterráneo!".
¿...?
Infiero que era un modo de matar al padre por delegación en uno de los mitos fundacionales del noucentisme...
¿Acaso Miró veía su destino más allá de su origen?
Quiso enraizarse en lo más próximo, pero no para encerrarse, sino para abrirse al mundo con más fuerza y generosidad.
¡Y cuántas mujeres en su obra!
Su amigo Català-Roca refiere que Miró tuvo su primera experiencia erótica de niño cuando atisbaba cómo se desnudaba en la penumbra del camarote la matrona que lo acompañaba a la casa materna de Mallorca.
¿Miró fue fiel a su esposa?
Miró se casó, ya maduro, con Pilar Juncosa, en la que encontró a una compañera discreta y cariñosa que respetaba su espacio de creador y, sobre todo, le hacía la vida fácil.
¿Cómo lo sabe?
Lo pude apreciar cuando vivía con los Miró. Su hija, por cierto, se me quejó un día de que su padre era muy estricto con los horarios "de la nena".
Estos cuadros... ¡qué belleza!
Son las Constelaciones: Miró vendió a Pierre Matisse las 23 por una nevera eléctrica. Ya ve que Pilar era muy influyente.
¿Por eso el taller estaba impoluto?
¡Nooo! Miró no hubiera dejado nunca a Pilar entrar en su taller. Él de por sí ya era ordenado, pulcro, puntual, metódico y trabajador. La prueba es la ingente cantidad de sus bocetos, que custodiamos aquí.
Y este hueco... ¿No falta un cuadro?
Sólo hay fotos de Segador català en revolta del pabellón de la República –¡qué pena que se perdió!– en París. Este otro, anterior, ya expresa su compromiso antifascista y su sombrío presentimiento de la guerra: Home i dona davant un munt de excrements.
Título elocuente.
Alude a la frase de Rembrandt: "Entre la basura es donde hallo rubíes y esmeraldas".
¿Miró ya era universal en la guerra?
Sí, pero lo consagra su retrospectiva en el MoMA neoyorquino de 1940. Más tarde llega a vivir en Nueva York, donde manifiesta un interés –correspondido– por Pollock y el grupo de los expresionistas abstractos.
Esto es... es... es... Te deja mudo.
El tríptico Blau.
¿Y estas telas quemadas?
Miró experimentó con todo. Todo le interesaba. También el fuego. Se dijo que estos cuadros y sus agujeros eran una burla del artista hacía el negocio del arte y los millones que se pagan por las obras...
¿Y podría ser?
Tenía sentido del humor, pero no: aquí experimentaba con el fuego, como hizo con todos los elementos y texturas imaginables. Vea aquí la lona con que cubrían las uvas del carro de la vendimia: materialidad reveladora para él, aunque hubiera pasado desapercibida para cualquier otro mortal.
Une étoile caresse le sein d'une négresse...
Es una obra llena de poesía desde el título. Miró era un gran lector de poemas y frecuentó en París a Aragon, Leiris, Éluard... También este otro es revelador: Femme poignardée par le soleil récitant de poèmes fusées en formes géometriques du vol musical chauve-souris crachat de la mer.
Es un poema avant l'image.
Y aquí tiene otro emocionante, su homenaje a Puig Antich: L'esperança del condemnat a mort... Y fíjese en sus Manos volando hacia las constelaciones...
Creía que lo había aprendido en el parvulario. Pero no. Yo no sabía lo que era el azul hasta que he visto Blau de Joan Miró. Pueden descubrirlo (verlo en foto es una mala aproximación) en la Fundació Miró, que exhibe L'escala de l'evasió hasta marzo. Como aperitivo, les brindo algunos de los títulos de la muestra, que son excelentes cuadros mironianos avant l'image (y siguiendo a Rosa Maria Malet, que lo conoció bien, no descarto que el creador destilara en su lirismo algunas gotas de ironía): Jeune fille moitié brune moitié rousse glissant sur le sang des jacinthes gelées d'un camp de football en flammes... Por mucho que lo traduzcan, hay que verlo para saber de qué habla. Vale la pena.
Viví en familia con los Miró sin apreciar qué privilegio era.
¿Cómo recuerda a Miró?
Expresivo con los ojos y los gestos, pero parco en palabras y, cuando las usaba, era para crear imágenes. Este primer cuadro que ve –La masia– es su casa familiar de Mont-roig. Al final, se lo quedó Ernest Hemingway y se lo llevó a Cuba.
¿Eran amigos?
Y compañeros de cuadrilátero en París. Miró era buen deportista y se ejercitaba en el boxeo, como Hemingway, un gran púgil.
¿Cruzaron guantes los dos genios?
No tengo constancia, pero sé que Miró se llevó La masia a París para acabarla...
¡Está llena de vida!
Y anticipa los motivos mironianos: los astros y la tierra. Y entre los dos niveles: los pájaros y los animales. Pero era muy grande para venderlo (132x147 cm). Un marchante sugirió a Miró que lo partiera en ocho cuadros pequeñitos, porque "hoy los pisos son minúsculos y así lo podría vender mejor".
¡Ese sí que era un animal!
Hemingway al fin le pagó –poquito– por él.
¡Cuántas barretinas!
Es la serie Pagesos catalans, que pintó durante la dictadura de Primo de Rivera: en ella anticipaba su compromiso con los valores de la tierra, la cultura y la libertad.
Pero Miró no era de familia payesa.
Su padre era relojero, nacido en Siurana y su madre, mallorquina. Mantuvo con su padre una relación respetuosa pero fría. En sus cartas, Miró se afirma como artista frente al padre, quien lo presiona para que él, el hereu, fuera algo más serio que pintor.
Menos mal que le desobedeció.
La madre, en cambio, le enviaba sus ahorritos para que sobreviviera en París.
Los aprovechó.
Allí le atrapa el surrealismo, singularmente su amigo Breton, con quien se entusiasma y se rebela hasta el punto de que Miró llega a proclamar entusiasmado en uno de sus cónclaves: "¡Muera el Mediterráneo!".
¿...?
Infiero que era un modo de matar al padre por delegación en uno de los mitos fundacionales del noucentisme...
¿Acaso Miró veía su destino más allá de su origen?
Quiso enraizarse en lo más próximo, pero no para encerrarse, sino para abrirse al mundo con más fuerza y generosidad.
¡Y cuántas mujeres en su obra!
Su amigo Català-Roca refiere que Miró tuvo su primera experiencia erótica de niño cuando atisbaba cómo se desnudaba en la penumbra del camarote la matrona que lo acompañaba a la casa materna de Mallorca.
¿Miró fue fiel a su esposa?
Miró se casó, ya maduro, con Pilar Juncosa, en la que encontró a una compañera discreta y cariñosa que respetaba su espacio de creador y, sobre todo, le hacía la vida fácil.
¿Cómo lo sabe?
Lo pude apreciar cuando vivía con los Miró. Su hija, por cierto, se me quejó un día de que su padre era muy estricto con los horarios "de la nena".
Estos cuadros... ¡qué belleza!
Son las Constelaciones: Miró vendió a Pierre Matisse las 23 por una nevera eléctrica. Ya ve que Pilar era muy influyente.
¿Por eso el taller estaba impoluto?
¡Nooo! Miró no hubiera dejado nunca a Pilar entrar en su taller. Él de por sí ya era ordenado, pulcro, puntual, metódico y trabajador. La prueba es la ingente cantidad de sus bocetos, que custodiamos aquí.
Y este hueco... ¿No falta un cuadro?
Sólo hay fotos de Segador català en revolta del pabellón de la República –¡qué pena que se perdió!– en París. Este otro, anterior, ya expresa su compromiso antifascista y su sombrío presentimiento de la guerra: Home i dona davant un munt de excrements.
Título elocuente.
Alude a la frase de Rembrandt: "Entre la basura es donde hallo rubíes y esmeraldas".
¿Miró ya era universal en la guerra?
Sí, pero lo consagra su retrospectiva en el MoMA neoyorquino de 1940. Más tarde llega a vivir en Nueva York, donde manifiesta un interés –correspondido– por Pollock y el grupo de los expresionistas abstractos.
Esto es... es... es... Te deja mudo.
El tríptico Blau.
¿Y estas telas quemadas?
Miró experimentó con todo. Todo le interesaba. También el fuego. Se dijo que estos cuadros y sus agujeros eran una burla del artista hacía el negocio del arte y los millones que se pagan por las obras...
¿Y podría ser?
Tenía sentido del humor, pero no: aquí experimentaba con el fuego, como hizo con todos los elementos y texturas imaginables. Vea aquí la lona con que cubrían las uvas del carro de la vendimia: materialidad reveladora para él, aunque hubiera pasado desapercibida para cualquier otro mortal.
Une étoile caresse le sein d'une négresse...
Es una obra llena de poesía desde el título. Miró era un gran lector de poemas y frecuentó en París a Aragon, Leiris, Éluard... También este otro es revelador: Femme poignardée par le soleil récitant de poèmes fusées en formes géometriques du vol musical chauve-souris crachat de la mer.
Es un poema avant l'image.
Y aquí tiene otro emocionante, su homenaje a Puig Antich: L'esperança del condemnat a mort... Y fíjese en sus Manos volando hacia las constelaciones...
sábado, 24 de diciembre de 2011
Rahola Embajas Muy Caras
Las embajadas
Tenemos embajada en la Quinta Avenida de Nueva York y suprimimos profesores para sordos
Artículos | 23/12/2011 - 00:00h
PILAR RAHOLA
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Aparte del discurso contra las embajadas de algunos micrófonos poco amigos, echo de menos una crítica seria desde casa, no en vano el gasto de estas delegaciones es insostenible. Por ejemplo, los dos casos más chillones: la oficina de 280 metros cuadrados que tenemos en el Rockefeller Center de Manhattan nos cuesta 330.000 euros anuales de alquiler; la de París, de 580 metros cuadrados, nos cuesta 399.000.
Sumado a los locales hay que contar el gasto de personal, con la coletilla del sueldo de los delegados, considerados como directores generales y que cobran 88.000 euros el año, más dietas. La suma supera el millón de euros, y no se ha reducido en los actuales presupuestos.
En paralelo, se presenta una reducción drástica de la Agència de Cooperació al Desenvolupament, que desde el 2010 ha perdido un 30% de presupuesto, lo cual castiga la acción solidaria catalana. Y, finalmente, el global de la acción exterior –que implica toda la actividad internacional de la Generalitat– aumenta su presupuesto en 4 millones de euros, y llega a los 39. Es decir, con respecto al exterior sólo se reduce la solidaridad, se aumenta el gasto exterior y se mantienen intactas las embajadas, si bien es cierto que en las épocas gloriosas de Carod se llegó a doblar el presupuesto. Hasta aquí las cifras y, por lo visto, las intenciones. Ahora la reflexión.
¿Tienen lógica estas embajadas y más cuando ya tenemos las oficinas del Copca (ahora con otro nombre) que hacen las funciones de ayuda comercial al extranjero? Personalmente creo que fueron un disparate que llegó al paroxismo con la oficina de Nueva York, donde literalmente el tripartito se volvió loco y echó la casa por la ventana. Sólo la inauguración, con el viaje oficial de una nutrida comitiva de amigos y adosados, ya costó más de 80.000 euros. Y ya había empezado la crisis que ahora nos tenemos que comer en términos de una deuda pública astronómica. Sobra decir que el resultado de estas delegaciones, con respecto a los objetivos, es indescriptible y llega a la misma altura que la preparación diplomática que tenía el hermano de Carod para dirigir la lujosa sede de París: cero al cuadrado. Es una vergüenza mantenerlas abiertas, primero porque se están reduciendo gastos básicos para la asistencia a la gente, y es imposible explicar por qué tenemos oficina en la Quinta Avenida y suprimimos a los profesores para sordos de las escuelas. Y segundo porque no responde a ninguna estrategia nacional inteligente, sino a la afición a montarnos paridas mentales cuando nos sentimos frustrados.
En cualquier caso, prefiero que le den el dinero a Bonaventura Clotet para que continúe su investigación sobre el sida –eso sí que es proyección internacional– que no que lo gasten en montajes de nuevo ricos que sólo responden a la megalomanía de políticos caducados. Y que, además, no nos podemos pagar.
Tenemos embajada en la Quinta Avenida de Nueva York y suprimimos profesores para sordos
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PILAR RAHOLA
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Aparte del discurso contra las embajadas de algunos micrófonos poco amigos, echo de menos una crítica seria desde casa, no en vano el gasto de estas delegaciones es insostenible. Por ejemplo, los dos casos más chillones: la oficina de 280 metros cuadrados que tenemos en el Rockefeller Center de Manhattan nos cuesta 330.000 euros anuales de alquiler; la de París, de 580 metros cuadrados, nos cuesta 399.000.
Sumado a los locales hay que contar el gasto de personal, con la coletilla del sueldo de los delegados, considerados como directores generales y que cobran 88.000 euros el año, más dietas. La suma supera el millón de euros, y no se ha reducido en los actuales presupuestos.
En paralelo, se presenta una reducción drástica de la Agència de Cooperació al Desenvolupament, que desde el 2010 ha perdido un 30% de presupuesto, lo cual castiga la acción solidaria catalana. Y, finalmente, el global de la acción exterior –que implica toda la actividad internacional de la Generalitat– aumenta su presupuesto en 4 millones de euros, y llega a los 39. Es decir, con respecto al exterior sólo se reduce la solidaridad, se aumenta el gasto exterior y se mantienen intactas las embajadas, si bien es cierto que en las épocas gloriosas de Carod se llegó a doblar el presupuesto. Hasta aquí las cifras y, por lo visto, las intenciones. Ahora la reflexión.
¿Tienen lógica estas embajadas y más cuando ya tenemos las oficinas del Copca (ahora con otro nombre) que hacen las funciones de ayuda comercial al extranjero? Personalmente creo que fueron un disparate que llegó al paroxismo con la oficina de Nueva York, donde literalmente el tripartito se volvió loco y echó la casa por la ventana. Sólo la inauguración, con el viaje oficial de una nutrida comitiva de amigos y adosados, ya costó más de 80.000 euros. Y ya había empezado la crisis que ahora nos tenemos que comer en términos de una deuda pública astronómica. Sobra decir que el resultado de estas delegaciones, con respecto a los objetivos, es indescriptible y llega a la misma altura que la preparación diplomática que tenía el hermano de Carod para dirigir la lujosa sede de París: cero al cuadrado. Es una vergüenza mantenerlas abiertas, primero porque se están reduciendo gastos básicos para la asistencia a la gente, y es imposible explicar por qué tenemos oficina en la Quinta Avenida y suprimimos a los profesores para sordos de las escuelas. Y segundo porque no responde a ninguna estrategia nacional inteligente, sino a la afición a montarnos paridas mentales cuando nos sentimos frustrados.
En cualquier caso, prefiero que le den el dinero a Bonaventura Clotet para que continúe su investigación sobre el sida –eso sí que es proyección internacional– que no que lo gasten en montajes de nuevo ricos que sólo responden a la megalomanía de políticos caducados. Y que, además, no nos podemos pagar.
jueves, 8 de diciembre de 2011
La Apertura 2012:
Cuando leemos las clasificaciones de las mejores universidades del mundo, vemos que no tenemos ninguna española entre las primeras 200. Y en cambio, contamos con varias escuelas de negocio en el top ten mundial de los mejores rankings.
En mi experiencia de más de diez años en una de las más prestigiosas escuelas de negocios, con frecuencia he reflexionado con muchos colegas y primeros directivos sobre cuáles son los factores del éxito de éstas, y si es posible aplicarlas a la reforma de la universidad española. Me atreveré a enunciar las diez claves que considero más importantes.
1. Competencia. Como decía Peter Drucker, no se trata de debatir si es mejor lo público o lo privado, sino si es mejor la situación de monopolio o la competencia. La ciencia económica y la evidencia empírica nos muestran la ineficiencia para el consumidor de sistemas de monopolio. Por el contrario, la fuerte competencia tanto en el mercado nacional como internacional significa un acicate diario para mejorar los programas.
2. Libertad de mercado de profesionales. Tener un mercado libre donde la oferta y la demanda de los mejores profesionales marcan las reglas del juego, introduce el mejor caldo de cultivo para la excelencia.
3. Profesionalización y autonomía de la gestión. Desde hace años, las labores de gestión de las escuelas se han dejado en manos de profesionales del management, con el principio de especialización y la certeza de que una cosa es enseñar dirección y otra muy distinta es dirigir una institución.
4. Transparencia, evaluación y actitud de rendición de cuentas. En una Business School cada uno de los programas tiene una evaluación detallada y los resultados influyen decisivamente en la carrera, promoción y retribución de los profesores y directivos implicados en los mismos.
5. Gestión de personas. Se cuida especialmente el principal activo de una institución que maneja, principalmente, "conocimiento". De esta forma, hay un proceso muy cuidado para la contratación, carrera y evaluación del desempeño de los profesores.
6. Método orientado a las necesidades del mercado y basado en la exigencia. Escuchar al mercado y atender sus necesidades lleva a una actitud de orientación al cliente continua. El hecho de no disponer de otros ingresos adicionales a los generados por las matrículas de los participantes, hace que se orienten los programas a los retos y necesidades que demanda en cada momento el mercado. Por otro lado, la combinación de competencia interna de cara a la calificación de los alumnos, con la indispensable cooperación para poder superar con éxito el programa y la necesidad de basar una parte importante del programa en el trabajo en equipo, conlleva a una exitosa combinación de exigencia y colaboración.
7. Apertura internacional. Desde el principio, nuestro punto de referencia ha sido el mercado extranjero. El mundo globalizado tiene consecuencias en un claustro internacional, una mezcla de alumnos de muy diversa procedencia y una oferta de programas internacionales. Nuestra vocación social ha estado presente en el apoyo a muchas escuelas en Latinoamérica, Asia y África, que han aportado múltiples posibilidades de mejora y un conocimiento privilegiado de otras realidades culturales.
8. Benchmarking con los mejores. Cuando la competencia se juega en un campo internacional, la necesidad de compararse con los mejores de cada país es un imperativo. En este ejercicio surgen de manera natural mejoras constantes y un proceso de calidad permanente, así como posibilidades de alianzas con las escuelas que mejor se adecúan a las sinergias buscadas.
9. Estrategia clara. Una misión de excelencia y un posicionamiento y diferenciación. Todo esto consiste en "desarrollar líderes que quieran tener un profundo, positivo y duradero impacto en las personas, compañías y sociedad a través de la profesionalidad, la integridad y el espíritu de servicio". Con una misión clara y mantenida durante los años, se puede conseguir una estrategia exitosa de posicionamiento y diferenciación a través de la excelencia.
10. Multidisciplinariedad y diversidad. Por último, el diseño de los programas, la configuración departamental y la existencia de Centros de Investigación, donde se agrupan profesores e investigadores con diversas formaciones, facilita compartir conocimientos y abordar los retos formativos con enfoques nuevos y complementarios.
Un informe educativo editado por Mckinsey en el 2008 (Cómo hicieron los sistemas educativos con mejor desempeño del mundo para alcanzar sus objetivos) afirma que los mejores sistemas educativos dan fe de que pueden lograrse mejoras de importancia en los resultados en el corto plazo y de que la aplicación universal de estas prácticas podría tener enorme impacto para la mejora de los sistemas educativos con dificultades, donde quiera que estén.
Además, en otro informe de la misma consultora (How the world’s most improved school systems keep getting better) se resalta que la mejora del sistema escolar es el arte de la disciplina de la práctica repetida y el aprendizaje en el contexto del sistema: la práctica y la interiorización de la pedagogía.
De la misma forma que hace poco mas de 50 años no existían en España Escuelas de negocio y hoy tenemos varias en los primeros puestos mundiales, la universidad española, con una de las historias más antiguas y prestigiosas del mundo, puede volver a recuperar la posición que le corresponde. La aplicación de estos principios ha llevado al éxito a las Escuelas de negocio españolas y es razonable plantear su aplicabilidad, con las adaptaciones necesarias, a la universidad. La importancia para el presente de nuestros jóvenes y el futuro de la competitividad de nuestro país es crucial.
*Antonio Núñez es director del Center for Public Leadership del IESE, donde ha ocupado distintas posiciones como director de programas.
En mi experiencia de más de diez años en una de las más prestigiosas escuelas de negocios, con frecuencia he reflexionado con muchos colegas y primeros directivos sobre cuáles son los factores del éxito de éstas, y si es posible aplicarlas a la reforma de la universidad española. Me atreveré a enunciar las diez claves que considero más importantes.
1. Competencia. Como decía Peter Drucker, no se trata de debatir si es mejor lo público o lo privado, sino si es mejor la situación de monopolio o la competencia. La ciencia económica y la evidencia empírica nos muestran la ineficiencia para el consumidor de sistemas de monopolio. Por el contrario, la fuerte competencia tanto en el mercado nacional como internacional significa un acicate diario para mejorar los programas.
2. Libertad de mercado de profesionales. Tener un mercado libre donde la oferta y la demanda de los mejores profesionales marcan las reglas del juego, introduce el mejor caldo de cultivo para la excelencia.
3. Profesionalización y autonomía de la gestión. Desde hace años, las labores de gestión de las escuelas se han dejado en manos de profesionales del management, con el principio de especialización y la certeza de que una cosa es enseñar dirección y otra muy distinta es dirigir una institución.
4. Transparencia, evaluación y actitud de rendición de cuentas. En una Business School cada uno de los programas tiene una evaluación detallada y los resultados influyen decisivamente en la carrera, promoción y retribución de los profesores y directivos implicados en los mismos.
5. Gestión de personas. Se cuida especialmente el principal activo de una institución que maneja, principalmente, "conocimiento". De esta forma, hay un proceso muy cuidado para la contratación, carrera y evaluación del desempeño de los profesores.
6. Método orientado a las necesidades del mercado y basado en la exigencia. Escuchar al mercado y atender sus necesidades lleva a una actitud de orientación al cliente continua. El hecho de no disponer de otros ingresos adicionales a los generados por las matrículas de los participantes, hace que se orienten los programas a los retos y necesidades que demanda en cada momento el mercado. Por otro lado, la combinación de competencia interna de cara a la calificación de los alumnos, con la indispensable cooperación para poder superar con éxito el programa y la necesidad de basar una parte importante del programa en el trabajo en equipo, conlleva a una exitosa combinación de exigencia y colaboración.
7. Apertura internacional. Desde el principio, nuestro punto de referencia ha sido el mercado extranjero. El mundo globalizado tiene consecuencias en un claustro internacional, una mezcla de alumnos de muy diversa procedencia y una oferta de programas internacionales. Nuestra vocación social ha estado presente en el apoyo a muchas escuelas en Latinoamérica, Asia y África, que han aportado múltiples posibilidades de mejora y un conocimiento privilegiado de otras realidades culturales.
8. Benchmarking con los mejores. Cuando la competencia se juega en un campo internacional, la necesidad de compararse con los mejores de cada país es un imperativo. En este ejercicio surgen de manera natural mejoras constantes y un proceso de calidad permanente, así como posibilidades de alianzas con las escuelas que mejor se adecúan a las sinergias buscadas.
9. Estrategia clara. Una misión de excelencia y un posicionamiento y diferenciación. Todo esto consiste en "desarrollar líderes que quieran tener un profundo, positivo y duradero impacto en las personas, compañías y sociedad a través de la profesionalidad, la integridad y el espíritu de servicio". Con una misión clara y mantenida durante los años, se puede conseguir una estrategia exitosa de posicionamiento y diferenciación a través de la excelencia.
10. Multidisciplinariedad y diversidad. Por último, el diseño de los programas, la configuración departamental y la existencia de Centros de Investigación, donde se agrupan profesores e investigadores con diversas formaciones, facilita compartir conocimientos y abordar los retos formativos con enfoques nuevos y complementarios.
Un informe educativo editado por Mckinsey en el 2008 (Cómo hicieron los sistemas educativos con mejor desempeño del mundo para alcanzar sus objetivos) afirma que los mejores sistemas educativos dan fe de que pueden lograrse mejoras de importancia en los resultados en el corto plazo y de que la aplicación universal de estas prácticas podría tener enorme impacto para la mejora de los sistemas educativos con dificultades, donde quiera que estén.
Además, en otro informe de la misma consultora (How the world’s most improved school systems keep getting better) se resalta que la mejora del sistema escolar es el arte de la disciplina de la práctica repetida y el aprendizaje en el contexto del sistema: la práctica y la interiorización de la pedagogía.
De la misma forma que hace poco mas de 50 años no existían en España Escuelas de negocio y hoy tenemos varias en los primeros puestos mundiales, la universidad española, con una de las historias más antiguas y prestigiosas del mundo, puede volver a recuperar la posición que le corresponde. La aplicación de estos principios ha llevado al éxito a las Escuelas de negocio españolas y es razonable plantear su aplicabilidad, con las adaptaciones necesarias, a la universidad. La importancia para el presente de nuestros jóvenes y el futuro de la competitividad de nuestro país es crucial.
*Antonio Núñez es director del Center for Public Leadership del IESE, donde ha ocupado distintas posiciones como director de programas.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Asesinato de Eduardo dato el 8 de Marzo de 1921
Eduardo Dato Iradier nació en La Coruña en 1856 y muere en Madrid , el 8 de marzo 1921, cuando tenía sesenta y cuatro años, dejando mujer y dos hijas. Se doctoró en derecho y alcanzó prestigio ejerciendo su profesión. en 1884. Con Maura-Silvela fue ministro de Gobernación (1899-1900) y de Gracia y Justicia (1902-03) . Elaboró la primera legislación laboral y creo el ministerio de Trabajo y el Instituto Nacional de Previsión. Llegó a ser alcalde de Madrid y la presidencia de las Cortes.
Tras el bienio liberal, 1915-1917, vuelve por segunda vez, el 11 de junio para enfrentarse a la crisis de 1917 de la Huelga Revolucionaria del PSOE. El coste fue alto y tuvo que ceder el gobierno a García Prieto y La Cierva. El 5 de mayo de 1920 subió por tercera y última vez a la Presidencia del Gobierno. Sus tres presidencias de gobierno estuvieron marcadas por: la I Guerra Mundial, la crisis de 1917 y el pistolerismo catalán.
Tras el bienio liberal, 1915-1917, vuelve por segunda vez, el 11 de junio para enfrentarse a la crisis de 1917 de la Huelga Revolucionaria del PSOE. El coste fue alto y tuvo que ceder el gobierno a García Prieto y La Cierva. El 5 de mayo de 1920 subió por tercera y última vez a la Presidencia del Gobierno. Sus tres presidencias de gobierno estuvieron marcadas por: la I Guerra Mundial, la crisis de 1917 y el pistolerismo catalán.
Les Homenots la Octava Entrega
DOMINGO, ABRIL 29, 2007
Homenots
Josep Pla
Homenots: vuitena sèrie. Obres completes - XXVII
Biblioteca Selecta. Primera edición, 1962. 206 páginas.
Registro: 2944-61
Este libro contiene la octava serie de los homenots de Josep Pla. Un homenot (que en catalán significa hombre, curiosamente con sentido despectivo) es un apunte biográfico (los de esta serie son de unas cuarenta páginas cada uno) de hombres que Pla conoció personalmente y por los que tenía admiración, por una u otra razón. Componen esta serie los cinco homenots siguientes:
El filólogo menorquín Francesc de Borja Moll, autor, junto a mossèn Alcover, del monumental Diccionari Català-Valencià-Balear.
El poeta Joan Salvat-Papasseit.
El industrial Joan Miquel, impulsor del desarrollo de la industria ampurdanesa del corcho en el primer tercio del siglo XX. Josep Pla procedía, precisamente, de esa comarca de Gerona.
El filólogo Joan Corominas, autor, entre otras obras, del monumental Onomasticon Cataloniae, en el que se recopilan todos los nombres de lugar y de persona del ámbito lingüístico catalán. Una de las personas que más ha trabajado en la historia de Cataluña, según el propio Josep Pla. Más que un homenot al uso, se trata de una transcripción de una conversacion entre Pla y Corominas.
El historiador y editor gerundense Jaume Vicens Vives.
Aunque muchos reconocen que Pla es uno de los mejores prosistas catalanes del siglo XX, hoy en día resulta una figura controvertida. Ello se debe tanto a razones políticas, como de estilo. En lo político, Pla es un individuo de derechas, amante del orden, el progreso y el esfuerzo, tal como muestra la selección de homenots, con la probable excepción de Salvat-Papasseit. Esta adscripción política (más bien rasgo del carácter), añadida al hecho de vivir en la primera mitad del siglo XX, es lo que le ha convertido en un personaje incómodo, y si alguna vez fue profeta, lo fue lejos de su tierra. Compárese, por ejemplo, la extensión de los artículos de Wikipedia sobre Pla en catalán y castellano.
El estilo de Pla puede parecer a algunos seco, pues huye tanto de la efusión sentimental como de la recreación fantástica. Su trabajo principal fue de periodista, y su vocación la descripción de la realidad, y lo demás son hostias. Resulta a veces desordenado y repetitivo en la exposición (sobre todo en el homenot de Miquel), pero su adjetivación es, la mayoría de las veces, brillante e irónica, aunque cariñosa. Una muestra de homenot de Salvat-Papasseit:
Físicament parlant, Segura i Salvat oferien un gran contrast, i si el primer fou un home gras, corpulent, vermell i exterior, fins a l'extrem que sempre tingué una gran visualitat d'elàstics i de ventre important, Salvat fou un estret de pit pàl·lid i emmorenit, secardí, encongit, els ulls una mica enfonsats i generalment molt abrigat: tenia tot l'aspecte de l'home malaltís, i jo no podia deixar d'imaginar-me'l darrera dels vidres d'una finestra qualsevol, en un estat de convalescència permanent, amb un mocador al coll, de seda blanca.
Homenots
Josep Pla
Homenots: vuitena sèrie. Obres completes - XXVII
Biblioteca Selecta. Primera edición, 1962. 206 páginas.
Registro: 2944-61
Este libro contiene la octava serie de los homenots de Josep Pla. Un homenot (que en catalán significa hombre, curiosamente con sentido despectivo) es un apunte biográfico (los de esta serie son de unas cuarenta páginas cada uno) de hombres que Pla conoció personalmente y por los que tenía admiración, por una u otra razón. Componen esta serie los cinco homenots siguientes:
El filólogo menorquín Francesc de Borja Moll, autor, junto a mossèn Alcover, del monumental Diccionari Català-Valencià-Balear.
El poeta Joan Salvat-Papasseit.
El industrial Joan Miquel, impulsor del desarrollo de la industria ampurdanesa del corcho en el primer tercio del siglo XX. Josep Pla procedía, precisamente, de esa comarca de Gerona.
El filólogo Joan Corominas, autor, entre otras obras, del monumental Onomasticon Cataloniae, en el que se recopilan todos los nombres de lugar y de persona del ámbito lingüístico catalán. Una de las personas que más ha trabajado en la historia de Cataluña, según el propio Josep Pla. Más que un homenot al uso, se trata de una transcripción de una conversacion entre Pla y Corominas.
El historiador y editor gerundense Jaume Vicens Vives.
Aunque muchos reconocen que Pla es uno de los mejores prosistas catalanes del siglo XX, hoy en día resulta una figura controvertida. Ello se debe tanto a razones políticas, como de estilo. En lo político, Pla es un individuo de derechas, amante del orden, el progreso y el esfuerzo, tal como muestra la selección de homenots, con la probable excepción de Salvat-Papasseit. Esta adscripción política (más bien rasgo del carácter), añadida al hecho de vivir en la primera mitad del siglo XX, es lo que le ha convertido en un personaje incómodo, y si alguna vez fue profeta, lo fue lejos de su tierra. Compárese, por ejemplo, la extensión de los artículos de Wikipedia sobre Pla en catalán y castellano.
El estilo de Pla puede parecer a algunos seco, pues huye tanto de la efusión sentimental como de la recreación fantástica. Su trabajo principal fue de periodista, y su vocación la descripción de la realidad, y lo demás son hostias. Resulta a veces desordenado y repetitivo en la exposición (sobre todo en el homenot de Miquel), pero su adjetivación es, la mayoría de las veces, brillante e irónica, aunque cariñosa. Una muestra de homenot de Salvat-Papasseit:
Físicament parlant, Segura i Salvat oferien un gran contrast, i si el primer fou un home gras, corpulent, vermell i exterior, fins a l'extrem que sempre tingué una gran visualitat d'elàstics i de ventre important, Salvat fou un estret de pit pàl·lid i emmorenit, secardí, encongit, els ulls una mica enfonsats i generalment molt abrigat: tenia tot l'aspecte de l'home malaltís, i jo no podia deixar d'imaginar-me'l darrera dels vidres d'una finestra qualsevol, en un estat de convalescència permanent, amb un mocador al coll, de seda blanca.
martes, 22 de noviembre de 2011
Antoni Gaudi
Gaudí
Notes – La misèria
ANTONI GAUDÍ (I CORNET) NASQUÉ EL 25 DE JUNY de 1852 i morí el 10 de juny de 1926. No arribà a complir setanta-quatre anys per molt pocs dies.
És molt versemblant de pensar que Gaudí nasqué al mas de la Calderera, residència habitual del seu pare, que per tradició famlliar era calderer, i que fou batejat a l'església parroquial de Sant Pere de Reus. Fou batejat a la parròquia de Reus perquè el mas de la Calderera era més a prop de Reus que de Riudoms. Aquest fet ha donat origen a la confusió –pintoresca– en la qüestió de saber si Gaudí nasquè en el terme de Riudoms o en el de Reus.
Sobre Gaudí hi ha una immensa quantitat de papers escrits. Cada dia en surten de nous, a tot arreu –en els països més allunyats de la terra. La glòria de Gaudí va en augment. Gaudí és el català del seu temps que, havent estat més entranyablement adherit primer a Catalunya i després al Mediterrani, té una dimensió universal més vasta, una volada d'arc d'obertura més llarguera.
Sobre Gaudí no tenim encara el llibre complet que necessitaríem –la seva vida i la seva obra–, la biografia global que en el món anglo-saxó es dedica als seus grans homes. Tenim en català tres excel·lents llibres sobre Gaudí: el de l'arquitecte Ràfols, el de l'arquitecte Martinell i el de l'arquitecte Bergós. Tots tres són apreciabilíssims –sobretot el de Bergós, sense que això vulgui dir que els altres dos no siguin molt notables. Falta, però, el gran llibre complet –fins a l'extrem on les coses humanes poden ser completes–, autèntic, sense escamotejar res, verídic. La veritat no pot fer cap mal a Gaudí –des de cap punt de vista. En la vida dels homes hi ha coses importants i altres menys. Sovint, però, aquestes darreres coses són les que expliquen les altres –les decisives. Tot és sempre més complex que no sembla de primer cop d'ull.
Mentre Gaudí es formava a l'Escola d'Arquitectura i en la vida de Barcelona, Ferdinand Brunetière era un dels pontífexs més importants i escoltats de la vida intel·lectual de París. Professor molt brillant de l'Escola Normal, era a més a més director de la «Revue des Deux Mondes», llavors d'una influència decisiva sobre la societat europea –Rússia inclosa. A Barcelona es llegien, en aquells moments, molts papers francesos, i l'enlluernament dels snobs rics era la vida de París. En un moment determinat, monsieur Brunetière féu estampar el següent judici: «La catedral gòtica és idènticament la mateixa d'un cap a l'altre d'Europa; és, una forma arquitectura única en la qual hom no sent cap personalitat». La tradició francesa continuava, però amb un altre matís. Així com els homes del XVIII francès havien dit que el gòtic és la salvatgeria obscurantista, la petrificació del fanatisme religiós, ara Brunetiére trobava que el gòtic no tenia prou personalitat, que no arribava en aquell punt de salvatgeria que el seu gust exigia.
Recollim aquesta opinió no pas per l'interès intrínsec que pugui tenir, sinó perquè la seva mateixa singularitat en fa potser un dels slogans, una d'aquelles frases de sentit impel·lent, que es troben en la base de tots els «ismes» –en aquest cas, en la base del modernisme. Tots els moviments d'avantguarda tenen, en la seva arrencada, escandaloses quintaessències despectives. Seria en tot cas interessant de saber si Gaudí la conegué directament o indirectament, donada la relació que tingué amb els intel·lectuals del temps més sensibles a les palpitacions de més enllà de les fronteres –amb Yxart, amb Toda, etc.–, el fet és possible. És un judici que es presta a treure'n deduccions que, servides per una vitalitat com la de Gaudí –vitalitat formidable–, han de produir grans conseqüències. Des de molts punts de vista, en tot cas, Gaudí és inseparable del moviment modernista; no pas inseparable del que podríem anomenar el credo modernista, sinó de les condicions de llibertat folgada, que feren possible el moviment. Gaudí, però, fou un modernista d'una personalitat tan enorme, que en fou una branca infinitament més important que la soca mateixa.
També em sembla correcte de situar Gaudí en el seu temps i de veure els tributs que hagué de pagar a la seva època. Donada l'evolució posterior de Gaudí, aquesta és una qüestió accidental i desproveïda d'importància, en definitiva, però és una qüestió que no es pot negligir, perquè explica la passió que caracteritzà, en un sentit o en un altre, la mentalitat del gran arquitecte. Els collfreds solen ser immutables. Gaudí no fou mai un collfred, ni quan tingué, davant de la religió, una posició ni quan tingué la contrària.
En la biografia del crític Feliu Elles (Joan Sacs) sobre el pintor Simó Gómez, llibre premiat i editat per l'antiga Junta d'Exposicions de Barcelona, s'hi troben (pàg. 109) les notícies següents:
«El cenacle del Cafè Pelayo tenia un apèndix interessant. Era una petita tertúlia... la dels antielericals, els quals, segons es deia, es reunien allí solament per renegar en comú, com un ritu nocturn. Aquest cenacle el formaven l'arquitecte Gaudí, un altre arquitecte anomenat Oliveres i un senyor Fargas. Gaudí, llavors debutant en l'arquitectura, era ple de talent i de bones iniciatives, col·laborant en la construcció del pare de la Ciutadella, projectant els bells fanals de la plaça Reial, etc. Era tan apassionadament anticatòlic, que no vacil·lava gens davant de les més baladreres manifestacions de l'anticlericalisme, aturant-se, per exemple, davant de la porta de les esglésies per esbroncar els fidels (que hi entraven o en sortien) al crit, aleshores molt eloqüent, de "llanuts". Nostre Senyor el va ben castigar!
»En acabar la cerimònia renegaire, els contertulis se n'anaven amb la satisfacció del deure complert, excepte Gaudí, que es quedava uns minuts tot sol i després s'ajuntava a la tertúlia dels Guimerà, Yxart, Vllanova.»
Com que en llegir aquestes notícies m'intrigaren una mica, un dia que vaig trobar Feliu Elies –excel·lent amic– a la biblioteca de l'Ateneu, em vaig permetre de fer-li una referència al que acabo de reportar.
–El que heu escrit sobre la tertúlia del Cafè Pelayo i de Gaudí és sorprenent...
–I tal! –em contestà-. La informació és crua, però, desgraciadament, és certa. La tinc d'una persona que hi era, vull dir d'un dels assistents de més assiduïtat i de més relleu de la penya de Guimerà: de l'arquitecte Domènech i Montaner. Quan es tracta de coses personals, Domènech és un home biliós, groc i crispat, però sap moltes coses; parlant del seu temps és inesgotable, un arxiu vivent i, sobretot, és un arxiu de coses de primera mà, autèntiques. Sempre que em semblà necessari contrastar alguna notícia donada per ell resultà certa, confirmada plenament.
Quaranta anys després d'aquesta conversa, parlava de Gaudí, a Lausana, amb Josep Pijoan.
–No conec pas el llibre de l'Apa sobre el pintor Simó Gómez –deia Pijoan–, però el que diu de Gaudí, i que vós em reporteu, no m'estranya gens. Gaudí fou un home travessat de contradiccions fins a un grau indescriptible. En la seva joventut, sobretot, degué passar per moments d'una passió vehement. La seva crisi religiosa durà molts anys. La seva vida és plena de zones d'ombra que ningú no es preocuparà mai d'aclarir. En el nostre país hi ha un interès excessiu a mantenir les ficcions, encara que de tant en tant es cremin unes quantes esglésies. Gaudí fou un català de fons tràgic com el mateix Maragall.
Després d'una petita pausa:
–Ja sabeu que jo sostinc que, al català, li prova l'emigració, sobretot si és intel·ligent. A tota la gent de la península li passa el mateix. A l'estranger, s'hi enyora, certament, però com que viu en una societat més autèntica, més oberta als mèrits positius, dóna un gran rendiment. En general, el rendiment del català de l'interior, si s'exceptua algun treball excepcional d'erudició, és migradissim; és sobretot un treball desconnectat dels corrents del temps. Podreu dir-me, és clar, que Maragall i Gaudí no necessitaren pas exiliar-se per a fer alguna cosa realment positiva. Potser es podria discutir. Sobre Maragall, certament, la profecia és difícil.
Sobre Gaudí, us diré que hauria estat l'home –l'únic home del món– capaç de fer la catedral de Nova-York si aquesta ciutat hagués considerat indispensable tenir la catedral proporcionada al seu volum i al seu esperit. Gaudí és l'últim arquitecte espiritualista, de sensibilitat religiosa, de la història de l'arquitectura. Després d'ell hi ha hagut arquitectes excepcionals, extraordinaris constructors, dedicats, però, exclusivament, a fer coses pràctiques, obres posades al servei del benestar material d'enormes masses que només aspiren a viure bé. I no us dic pas tot això fent valer la meva carrera d'arquitecte i el coneixement personal que tinc dels meus col·legues. No. El que us dic, ho veu una criatura de bolquers. Gaudí fou un apassionat grandiós, i per això jo l'he defensat i el defenso sempre. Maragall també ho fou, però d'una altra manera. Gaudí fou un apassionat per concentració religiosa, per flamarada interna. La passió de Maragall era més complexa, es manifestava amb més cautela, utilitzant eufemismes que per mi no ho són, ja que per mi Maragall és claríssim, literal i explícit.
Mentre Pijoan em parlava en aquest to, es discutia a Barcelona, sobre les planes d'una revista, a quin poble Gaudí havia nascut exactament. Fins a la data, tothom es pensava que havia nascut a Reus, però resulta que Riudoms tenia també moltes probabilitats. Vaig pensar en la cançó antiga:
De Reus a Riudoms
diuen que hi ha una hora,
i de Riudoms a Reus
la mateixa estona.
És una discussió sense sentit. La confusió s'explica simplement pel que dèiem al principi –que no és una opinió personal, sinó que prové directíssimament de l'ambient que conserva l'esperit de Gaudí d'una manera més estricta i correcta. Però el fet és extremament curiós, perquè demostra que quan governen els uns hi ha interès que les coses siguin d'una manera, i quan governen els altres, d'una manera diferent. Algú tingué interès, donat que Riudoms, en relació a Reus, és un poble d'antecedents més enraonats, més agraris i més beatets, a fer-hi néixer Gaudí, que nasqué al mas al·ludit del terme de Riudoms i fou batejat a Reus. Ja veieu que com a problema és important! De Reus a Riudoms hi ha una hora... a peu!
El senyor Vllaplana i Pujolar, apotecari de Vic i membre de la Junta de Museus de la mateixa ciutat, m'envia una referència sobre l'estada que el gran arquitecte hi féu l'any 1910.
Tot el que fa referència a Gaudí és del més gran interès. al meu modest entendre, aquest interès és independent de les raons que hom pugui tenir –raons merament personals– perquè la seva obra agradi o no agradi –més o menys. Gaudí és una de les figures més altes de l'època que vivim en aquest país. El volum d'aquesta figura creix cada dia, dintre i fora de les fronteres –creix, potser, més a fora que a dins. L'arquitecte de la Sagrada Famí;lia s'està convertint en el més gran arquitecte del seu temps. Tot el que sigui contribuir al coneixement d'aquesta figura, aportant la informació que hom en tingui –per petita que sigui–, és fer un treball positiu. Les persones que tractaren personalment Gaudí són cada dia més escasses. El temps passa, la gent envelleix i se'n va avall inexorablement, amb aquella absoluta discreció, sense deixar el menor rastre manejable –escrit–, caminant de puntetes, com és habitual i ha estat habitual en tot temps. És per això que quan apareix un testimoni directe és indispensable recollir-lo, per contribuir almenys a la biografia que algun dia es farà de Gaudí.
A la primavera de 1910, Gaudí visqué tres setmanes a Vic. L'arquitecte es trobava, llavors, en una de les etapes més intenses, de feina més espessa, de fervor més nerviós, del procés de construcció de la Sagrada Família. Ja tenia una gran fama. La seva obra avançava enmig d'una gran polèmica. En molts sectors de la vida intel·lectual de Barcelona, aquesta obra era objecte d'una crítica permanent. Però seria un error de creure que tothom es manifestava d'una manera adversa. En general, els llibertins, els anomenats «esperits forts», la majoria dels artistes, gairebé tots ells enamorats de la vida de París, les llengües viperines més frívoles del país, eren contra l'obra de Gaudí. A favor de l'arquitecte hi havia, en la superfície s'entén, el bisbe Torras i Bages, l'Acadèmia de Sant Lluc, Prat de la Riba, el P. Casanovas, S.I., el senyor Maragall, Cambó, Josep Pijoan... i molt poca cosa més. Els cauts no deien res, feien el bocatancat, esperaven, com sempre, que les coses s'aclarissin. Els citats en primer terme dominaven les tertúlies i els diaris, eren l'escuma brillant de la Barcelona del moment. Però la Sagrada Família s'anava fent, amb el ritme lent de les catedrals, però s'anava fent.
–A la primavera de 1910 –em diu el senyor Vllaplana–, a conseqüència del treball excessiu i de la deficient alimentació –Gaudí era vegetarià–, l'arquitecte es trobà molt malament. Els metges diagnosticaren una anèmia cerebral, cosa que alarmà tots els seus amics. El P. Casanovas, de la Companyia de Jesús, home d'acció, decidí posar-se en moviment. El portà al despatx d'un metge especialista, el qual ordenà al malalt de passar una temporada fora de Barcelona, recollir-se en un lloc tranquil, fer un règim d'alimentació més substanciós i abstenir-se de tot treball intel·lectual. Si tot això li ho hagués recomanat un metge, per més eminent que hagués estat, Gaudí no n'hauria fet cap cas, perquè no estigué mai per metges ni per res relacionat amb l'economia de la seva persona. Però, com que pel mig hi havia el P. Casanovas, obeí.
–El senyor Gaudí s'ha de cuidar, està molt flac, està una mica desnodrit... –deia el reverend pare jesuïta.
La crema de convents de l'any 1909 havia enfervorit algunes consciències, havia donat a entendre a algunes persones que les coses no anaven pas prou bé. És en aquest moment que se situa la projecció de la influència del P. Casanovas sobre el sector més intel·ligentment conservador de la classe dirigent. En les Memòries, Josep M. de Sagarra escriu:
«El dia 18 de desembre de 1909 sortí a les planes de "La Veu" un article extraordinari de Joan Maragall titulat L'església cremada. Era un escrit Maragall cent per cent, amb tota l'arravatada força d'aquell gran poeta, amb tota la sang i el trèmolo patètic, i fins l'il·luminisme que ell posava en aquella mena d'escrits. És sense dubte un dels articles de Maragall que va fer més forat i que provocà un nombre més gran de suspensions en els sopars de la burgesia catalanista durant la nit en què va publicar-se. Doncs bé, l'article l'envià don Joan a don Enric Prat de la Riba, que era director de "La Veu". Don Enric el va llegir de cap a peus, el va trobar magnífic, i ell, que no acostumava a descompondre's, es va sentir endut per la flama lírica de l'escrit de Maragall. Però Prat de la Riba, que representava la prudència i el bon sentit en persona, davant la literatura de don Joan es va espantar una mica. Ell no era un teòleg i don Joan tocava punts delicats, amb aquella generosa despreocupació, una mica anàrquica, que se li revoltava, de tant en tant, en el subconscient poètic. Don Enric es volgué sagnar amb salut; va fer treure galerades de l'article i les envià al P. Casanovas. Jo vaig penetrar a la cambra del jesuïta en el moment que el seu llapis infal·lible es va permetre fer algunes petites esmenes o supressions sobre el text de Maragall. El P. Casanovas em va mostrar les galerades que feia una hora, li havia enviat Prat de la Riba i em posà al corrent de la qüestió demanant-me que no ho digués, a ningú».
El P. Casanovas tenia una gran amistat amb la família Rocafiguera, de Vic, i considerà que el millor (per a Gaudí) seria que es desplacés en aquella ciutat, que judicà ideal perquè l'arquitecte hi reposés i guanyés uns quants quilos, sobretot tenint en compte que la senyora Concepció Vila, vídua del senyor Josep Rocafiguera, havia ofert i una hospitalitat magnífica oferint la seva pròpia casa per tot el temps que convingués al millorament del senyor Gaudí. Per precisar bé les coses es creuaren unes atentes cartes entre el P. Casanovas i la senyora Concepció plenes de compliments i d'exhalacions de generositat, indicadores de l'excel·lent acollida que la proposta del P. Casanovas havia rebut per part de la família Rocafiguera. En tot aquest petit tripijoc el senyor Gaudí havia fet un paper absolutament passiu.
Així, un bon dia arribaren a Vic el P. Casanovas i Gaudí. El primer hi estigué poc: temps de fer les presentacions i de deixar instal·lat l'arquitecte a casa Rocafiguera. Gaudí fou un home esquerp, tancat, obsessionat, marginal a tota vida social possible. Tant la senyora vídua Rocafiguera com els seus fills el tractaren familiarment i feren tot l'imaginable per fer-li l'estada agradable i distreta. «La qüestió és que es distregui», havia dit el P. Casanovas en acomiadar-se de l'hospitalària família.
–Dos dies després d'haver arribat l'arquitecte –continua dient el senyor Vilaplana ndash; em vingué a veure la senyora Concepció, parenta meva, i em digué:
»–Quimet, no sabem pas què fer amb aquest bon senyor. Parla molt poc, sembla molt trist i, tot i que fem els possibles per complaure'l, em sembla que s'avorreix. No és pas car de mantenir, per altra part: no té gana, no menja res; no sé pas què li podria venir de gust... Jo pensava que tu ens podries ajudar a sortir del compromís. ¿Què dirà el P. Casanovas si el senyor Gaudí no millora una mica? Potser tu series el més indicat per a treure'l a passeig i per a acompanyar-lo a veure Vic i els voltants de la població. El caminar potser el distrauria, tindria més gana i l'anèmia li aniria passant ...
»–Encantat! –vaig dir a la meva parenta-. Avui mateix el vindré a cercar i farem un passeig.
»Aquella tarda vaig anar a casa Rocafiguera, em presentaren Gaudí i sortirem al carrer. Caminava molt a poc a poc, estava molt flac i tenia un color a la cara molt trencat i malaltís.
»En el curs d'aquella i d'altres sortides visitàrem la catedral, el museu i el més notable de la ciutat. Ens arribàrem també als afores, el vaig portar a veure les esglésies romàniques de Sant Sixt i de Sant Fructuós, que són molt a prop de Vic, i fins i tot visitàrem alguna casa de pagès dels encontorns, les que em semblà que per una raó o altra mereixien una visita.
»En el curs d'aquests passeigs, sortírem naturalment a parlar de moltes coses i fins i tot de coses d'art i d'arqueologia. Sobre aquestes qüestions em semblà que Gaudí tenia idees molt singulars. Parlant de l'arquitectura gòtica, em digué que era una arquitectura coixa i imperfecta, perquè una forma gòtica, per a aguantar-se, necessita les crosses dels contraforts i dels arcbotants. La Sagrada Família –afegia – s'aguanta sense crosses perquè jo no estic per crosses ni per caminadors d'artifici. Una altra de les seves obsessions –i dic obsessions per la quantitat de vegades que ho repetí – consistí a afirmar que l'art vertader s'havia produït en els voltants del Mediterrani i enlloc més. Vaig permetre'm tímidament objectar-li que alguna cosa s'havia fet també en altres llocs i que, limitant-nos a Europa, no es podien pas deixar de tenir en compte les magnífiques catedrals de l'Occident europeu, l'arquitectura urbana medieval de Flandes, Holanda i Alemanya, els magnífics palaus de la noblesa francesa i anglesa... Em contestà, destemprat, irritat, que el que jo deia no tenia res a veure amb l'art vertader, que tot allò havia estat tret de matrius més antigues i més autentiqués, l'origen de les quals se situava en el Mediterrani. Li vaig replicar que, en tot cas, artistes com Rembrandt, Van Eyck i Van Dyck, entre tants i tants altres, havien estat grans artistes i que l'Europa del Nord havia donat vidriers, moblistes, tapissers, terrissers de primer ordre. Quan sentí aquestes afirmacions es crispà furiosament.
»–Esteu fent referència –em digué – a artistes de menjador burgès, a decoradors de segon ordre que no tenen comparació possible amb els artistes que han treballat en els països mediterranis.
»Aviat em vaig adonar que les meves contestacions, tot i ser formulades de la manera més amable al meu abast, l'irritaven de mala manera i sobretot d'una manera agra i morbosa. En vista d'això –exactament per prevenir un atac–, vaig decidir de no parlar més d'aquestes coses, eliminant de la conversa tot allò que el podria molestar, al meu entendre. Discutir amb Gaudí no era pas agradable, i no pas precisament perquè us atabalés amb una gran riquesa d'arguments. No era agradable, perquè discutia en forma de martell.
»Un dia em digué que anys enrera havia comprat un llibre d'un autor francès que tractava de les curioses i variades formes corbades i ondulades que la fusta agafava en assecar-se –de les guerxades de la fusta, en una paraula. Em semblà que donava molta importància a aquest llibre, fins a l'extrem que vaig suposar que les singularíssimes corbes que Gaudí fa donar a les seves voltes i als seus panys de paret són fetes pensant en les tumefaccions í ondulacions de la fusta guerxada.
»En el curs de les nostres conversacions sortírem a parlar rarissimes vegades de la Sagrada Família i en general de les seves obres arquitectòniques. Si Gaudí sobretot discutint era orgullós i peremptori, aquesta discreció davant de la seva obra em demostrà que era un home sense vanitat.
»Una vegada li vaig preguntar si havia viatjat gaire. Em respongué que no havia viatjat gens, que els seus escassíssims desplaçaments havien estat molt curts i que mai no havia sentit el desig de viatjar. Afegí que molt de tant en tant es mirava alguna fotografia d'alguna cosa d'art i que pràcticament –segons ell – això era tot el que havia vist en aquest ram. De vegades produïa la impressió de ser un snob de la humilitat, de la migradesa i de la precarietat. Hi ha gent que diuen que ho saben tot i no saben res; que afirmen haver-ho vist tot i no han vist res. Gaudí operava de la manera contrària, però en aquest punt no me'l vaig creure mai.
»Un dia que passàvem per la carretera de Vilatorta, descobrí a la llinda de la finestra baixa d'un mol! una ingènua representació d'un calvari esculpit, feta probablement per algun rústec artesà, molt inhàbll en el coneixement del dibuix. Fou per aquesta raó, segons digué, que l'obra li féu gràcia.
»-Quina llàstima que l'amic Jujol no pugui veure aquest calvari! –va dir fent una cara trista-. Tant que li agradaria!
»Crec que el senyor Gaudí –diu per sintetitzar l'apotecari Vilaplana – fou un bon home, incapaç de fer mai a ningú, tossut com un marrà, un cristià senzill i d'una sobrietat impressionant.
»Vull afegir a aquestes noticies un episodi de la seva vida d'arquitecte que no és gaire conegut –almenys jo no he vist que hi facin cap referència les biografies més corrents que sobre d'ell circulen. En la vida dels homes, tot té la seva importància: els èxits i els fracassos. Ara que el nom de Gaudí està en plena, gloriosa ascensió, aquest episodi s'ha de recordar, entre altres raons perquè li produí un contratemps molt gran.
»En el moment de l'Exposició Universal de París de final de segle, tingué la curiosa pensada de portar-hi un testimoni del que ell considerà com la seva obra decisiva: la Sagrada Família. Amb l'ajuda pecuniària del seu admirador i protector el senyor Eusebi Güell, féu construir diverses maquetes molt voluminoses del Temple Expiatori. La confecció d'aquests artefactes, la seva tramesa a París en enormes caixes, l'enrenou que tot això produí, costà un grapat de mils de pessetes –d'aquelles! A París, calgué llogar una gran sala en un dels palaus de l'Exposició, cosa que no fou pas fàcil ni barata, precisament. ¿Però què es el que no hauria fet el senyor Güell per al seu arquitecte i gran amic? Gaudí es trobava, en el moment de què parlem, en el període de liquidació de la seva etapa de joventut, ja totalment lliurat, activament lliurat (cosa que no fou pas fàcil), al dogmatisme catòlic. Aquell home que havia cultivat amb una passió pueril totes les formes de la vida exterior, que havia vestit tan bé, que havia menjat com un gourmet, a qui agradava d'alçar el cap quan passava en cotxe pel Passeig de Gràcia, que havia dedicat tantes hores a la conversa i a l'entregent, s'anava tornant cada dia més pobre, més marginal i més esquerp. L'últim lligam, però, que l'unia amb el seu petit món antic era el senyor Güell...
»En fi: la pensada de l'Exposició fou un fracàs complet. Ni el públic que passà per la sala, ni els tècnics, ni els crítics, no demostraren el menor interès per la tramesa de l'arquitecte. Tingué un gran desengany, a conseqüència del qual passà una llarga temporada afirmant en forma de martell i cara de pomes agres que els francesos eren uns ignorants, que no sabien el que és l'arquitectura, ni l'art, ni res. Els francesos havien de ser fatalment els últims d'interessar-se per l'obra de Gaudí, com en el país els últims d'interessar-se havien de ser Eugeni d'Ors i el noucentisme. Aquests, no solament perquè l'arquitecte del Pantarca fou sempre el Pal·ladi, sinó per afrancesament fins al moll de l'os, és a dir, perquè el Pal·ladi els agradava amb etiqueta francesa i amb l'esperit del XVIII francès, que era el que feia titil·lar Xènius –exactament les sobretaules i els salons de Paris del segle XVIII. Els francesos estrictes, quin interès podien posar en l'obra de Gaudí? Imbuïts de racionalisme fins al moll de l'os, de neoclàssic glaçat, de simetrisme, amb tendències sensuals estilitzades en el rococó i la mignardise, no es podien interessar de cap manera. I, de fet, ni els catòlics francesos importants que han passat per Barcelona no s'interessaren mai per la Sagrada Família.
De tota manera, l'episodi de l'Exposició de Paris fou un error de data: una anticipació de mig segle. Feta la tramesa en aquests moments –ara que, als francesos, els comencen d'agradar (segons diuen els papers, però jo en dubto) els ferros modernistes de l'entrada de les estacions del metro–, aquelles maquetes hagueren tingut (almenys per snobisme) el que se sol anomenar un succès d'estime.
Aquest estiu (1959), anant a Portugal, per carretera, via Galícia, vaig aturar-me algunes hores primer a León i a Astorga per veure les obres que en aquestes dues poblacions s'hi feren sota la direcció de Gaudí. En realitat s'hauria de seguir un ordre invers, després l'ordre cronològic, que coincideix, a més a més, amb l'ordre d'importància dels edificis. El primer encàrrec fou el de la construcció del palau episcopal d'Astorga, perquè a Astorga, tot i ser una població petita, hi ha bisbe. Després li caigué l'encàrrec de León: una casa de pisos.
León és una capital de província bastant gran, que té un clima molt fresc, amb una certa animació i moltes ganes de viure. Les imatges tradicionals, levítiques, de León, s'han esvaït. És una població simpàtica, oberta, que ha superat el punt aclaparador de la vida de província sense tenir l'excés de desori i de caotisme de la seva nova situació. Tota la població es troba, però, posada sota els efectes de la seva immensa, impressionant, prodigiosa catedral gòtica. El seu volum és tan grandiós, que afecta la totalitat de l'urbanisme ciutadà que la volta. Després de la catedral, fa l'efecte que tot el restant de León és ben poca cosa, per no dir res –fins i tot alguna peça d'arquitectura que en altres lloes tindria un gran relleu. La catedral ho mata tot i, encara que la seva planta es trobi sobre el mateix pla de la ciutat, fa l'efecte que tota la resta queda a la planta dels seus peus.
Davant d'una situació semblant, no deu pas ser gaire divertit fer d'arquitecte a León.
Gaudí rebé l'encàrrec de fer una casa molt a prop de la catedral, de la part dels senyors Fernàndez-Andrés, i així sorgí l'anomenada Casa de los Botines, com en diuen en aquell país. No és pas una de les obres més gaudínianes de l'arquitecte, però té una personalitat inconfusible. Comparant aquesta obra amb l'arquitectura coetània o contemporània que s'ha fet a León, s'ha de reconèixer que Gaudí se'n sortí molt bé. No s'assembla pas a cap altra casa de León, ni de l'antic regne de León ni de Castella la Vella. És una casa ferma, de pedra blanquinosa (el material no és gaire simpàtic), d'una punta de llapis absolutament sui generis. Gaudí no és mai un arquitecte de catàleg (antic o modern), com són una quantitat molt important d'arquitectes. Sempre és particularíssim, fins i tot quan a León li encarregaren una casa de pisos.
Era a l'estiu, darrers de juliol; feia molt bon dia, el cel era claríssim, i mentre contemplava, des de la terrassa d'un cafè, la Casa de los Botines, em semblava trobar-me en un país molt diferent, en un clima molt distint , molt més al nord, però molt més. La casa té un aspecte molt noble i fou feta pensant en un clima inhòspit amb temperatures molt baixes i amb nevades abundants i persistents. El país de León és, certament, fred i els propietaris de la futura casa degueren insistir perquè l'arquitecte no oblidés en el seu projecte aquest fet. El bisbe Grau, d'Astorga, que li encarregà la construcció del palau episcopal, insistí també en la necessitat que no fos oblidada la calefacció, per l'amor de Déu (vegi's la biografia de Gaudí de J. F. Ràfols). L'arquitecte, naturalment, ho tingué en compte i projectà pensant en l'hivern. És quan fa mal temps –només cal veure les postals que de la casa es veuen- que la seva visualitat dóna el màxim rendiment. Coberta de neu, fa pensar en alguna construcció que es pot veure a Finlàndia, però no pas de l'època que els russos hi construïen segons els motllos neoclàssics italians o francesos, sinó en construccions més modernes, sotmeses al pathos del clima hivernal sobre un país de boscos i d'aigües lívides.
–Si viera usted esta casa, en invierno, con mal tiempo, le tiritaeían las entretelas... –em diu el cambrer del cafè.
És la reacció natural: pel sol fet de ser l'única casa de León feta pensant en l'hivern –o una de les poques–, la seva singularitat accentua, d'una manera, en certa mesura teatral, la frigidesa del clima.
El fet que aquest país contingui una superabundància de carquinyoliets arquitectònics més aviat primets, la tendència de Gaudí de construir, sempre que estigué al seu abast, en pedra, el converteixen en un arquitecte d'hivern, cosa que no li fa pas cap mal –em sembla.
La Seu d'Astorga sembla haver tingut una certa tendència a tenir bisbes catalans. L'actual bisbe és d'aquest país. S. I. Fèlix Torres Amat, autor del Diccionario de escritores catalanes, fou bisbe d'Astorga. A l'època de Gaudí, fou bisbe de la diòcesi el senyor J. B. Grau Vallespinós, que a més de català era de Reus, com l'arquitecte mateix. No crec pas, però, que la seva relació hagués estat originada per Reus. Gaudí era l'arquitecte del senyor Güell. El senyor Güell era cunyat del marquès de Comillas. Els primers marquesos de Comillas tingueren molta importància en l'art piadós i diplomàtic de fer bisbes. En el seu temps, en feren alguns de molt celebrats. Davant d'aquest panorama, ¿qui millor que Gaudí per a fer el palau episcopal d'Astorga? Per a acabar-ho d'arrodonir, resultà que el bisbe, com ja he dit, era de Reus. No s'hauria pas pogut imaginar una composició més acabada. És la seva perfecció el que explica que Gaudí tingui insòlitament una obra important a la capital del país de los Maragatos i una casa a León, que fou en realitat la torna de l'edifici eclesiàstic.
Homenots (sisena sèrie). Ed. Selecta, 1956
Notes – La misèria
ANTONI GAUDÍ (I CORNET) NASQUÉ EL 25 DE JUNY de 1852 i morí el 10 de juny de 1926. No arribà a complir setanta-quatre anys per molt pocs dies.
És molt versemblant de pensar que Gaudí nasqué al mas de la Calderera, residència habitual del seu pare, que per tradició famlliar era calderer, i que fou batejat a l'església parroquial de Sant Pere de Reus. Fou batejat a la parròquia de Reus perquè el mas de la Calderera era més a prop de Reus que de Riudoms. Aquest fet ha donat origen a la confusió –pintoresca– en la qüestió de saber si Gaudí nasquè en el terme de Riudoms o en el de Reus.
Sobre Gaudí hi ha una immensa quantitat de papers escrits. Cada dia en surten de nous, a tot arreu –en els països més allunyats de la terra. La glòria de Gaudí va en augment. Gaudí és el català del seu temps que, havent estat més entranyablement adherit primer a Catalunya i després al Mediterrani, té una dimensió universal més vasta, una volada d'arc d'obertura més llarguera.
Sobre Gaudí no tenim encara el llibre complet que necessitaríem –la seva vida i la seva obra–, la biografia global que en el món anglo-saxó es dedica als seus grans homes. Tenim en català tres excel·lents llibres sobre Gaudí: el de l'arquitecte Ràfols, el de l'arquitecte Martinell i el de l'arquitecte Bergós. Tots tres són apreciabilíssims –sobretot el de Bergós, sense que això vulgui dir que els altres dos no siguin molt notables. Falta, però, el gran llibre complet –fins a l'extrem on les coses humanes poden ser completes–, autèntic, sense escamotejar res, verídic. La veritat no pot fer cap mal a Gaudí –des de cap punt de vista. En la vida dels homes hi ha coses importants i altres menys. Sovint, però, aquestes darreres coses són les que expliquen les altres –les decisives. Tot és sempre més complex que no sembla de primer cop d'ull.
Mentre Gaudí es formava a l'Escola d'Arquitectura i en la vida de Barcelona, Ferdinand Brunetière era un dels pontífexs més importants i escoltats de la vida intel·lectual de París. Professor molt brillant de l'Escola Normal, era a més a més director de la «Revue des Deux Mondes», llavors d'una influència decisiva sobre la societat europea –Rússia inclosa. A Barcelona es llegien, en aquells moments, molts papers francesos, i l'enlluernament dels snobs rics era la vida de París. En un moment determinat, monsieur Brunetière féu estampar el següent judici: «La catedral gòtica és idènticament la mateixa d'un cap a l'altre d'Europa; és, una forma arquitectura única en la qual hom no sent cap personalitat». La tradició francesa continuava, però amb un altre matís. Així com els homes del XVIII francès havien dit que el gòtic és la salvatgeria obscurantista, la petrificació del fanatisme religiós, ara Brunetiére trobava que el gòtic no tenia prou personalitat, que no arribava en aquell punt de salvatgeria que el seu gust exigia.
Recollim aquesta opinió no pas per l'interès intrínsec que pugui tenir, sinó perquè la seva mateixa singularitat en fa potser un dels slogans, una d'aquelles frases de sentit impel·lent, que es troben en la base de tots els «ismes» –en aquest cas, en la base del modernisme. Tots els moviments d'avantguarda tenen, en la seva arrencada, escandaloses quintaessències despectives. Seria en tot cas interessant de saber si Gaudí la conegué directament o indirectament, donada la relació que tingué amb els intel·lectuals del temps més sensibles a les palpitacions de més enllà de les fronteres –amb Yxart, amb Toda, etc.–, el fet és possible. És un judici que es presta a treure'n deduccions que, servides per una vitalitat com la de Gaudí –vitalitat formidable–, han de produir grans conseqüències. Des de molts punts de vista, en tot cas, Gaudí és inseparable del moviment modernista; no pas inseparable del que podríem anomenar el credo modernista, sinó de les condicions de llibertat folgada, que feren possible el moviment. Gaudí, però, fou un modernista d'una personalitat tan enorme, que en fou una branca infinitament més important que la soca mateixa.
També em sembla correcte de situar Gaudí en el seu temps i de veure els tributs que hagué de pagar a la seva època. Donada l'evolució posterior de Gaudí, aquesta és una qüestió accidental i desproveïda d'importància, en definitiva, però és una qüestió que no es pot negligir, perquè explica la passió que caracteritzà, en un sentit o en un altre, la mentalitat del gran arquitecte. Els collfreds solen ser immutables. Gaudí no fou mai un collfred, ni quan tingué, davant de la religió, una posició ni quan tingué la contrària.
En la biografia del crític Feliu Elles (Joan Sacs) sobre el pintor Simó Gómez, llibre premiat i editat per l'antiga Junta d'Exposicions de Barcelona, s'hi troben (pàg. 109) les notícies següents:
«El cenacle del Cafè Pelayo tenia un apèndix interessant. Era una petita tertúlia... la dels antielericals, els quals, segons es deia, es reunien allí solament per renegar en comú, com un ritu nocturn. Aquest cenacle el formaven l'arquitecte Gaudí, un altre arquitecte anomenat Oliveres i un senyor Fargas. Gaudí, llavors debutant en l'arquitectura, era ple de talent i de bones iniciatives, col·laborant en la construcció del pare de la Ciutadella, projectant els bells fanals de la plaça Reial, etc. Era tan apassionadament anticatòlic, que no vacil·lava gens davant de les més baladreres manifestacions de l'anticlericalisme, aturant-se, per exemple, davant de la porta de les esglésies per esbroncar els fidels (que hi entraven o en sortien) al crit, aleshores molt eloqüent, de "llanuts". Nostre Senyor el va ben castigar!
»En acabar la cerimònia renegaire, els contertulis se n'anaven amb la satisfacció del deure complert, excepte Gaudí, que es quedava uns minuts tot sol i després s'ajuntava a la tertúlia dels Guimerà, Yxart, Vllanova.»
Com que en llegir aquestes notícies m'intrigaren una mica, un dia que vaig trobar Feliu Elies –excel·lent amic– a la biblioteca de l'Ateneu, em vaig permetre de fer-li una referència al que acabo de reportar.
–El que heu escrit sobre la tertúlia del Cafè Pelayo i de Gaudí és sorprenent...
–I tal! –em contestà-. La informació és crua, però, desgraciadament, és certa. La tinc d'una persona que hi era, vull dir d'un dels assistents de més assiduïtat i de més relleu de la penya de Guimerà: de l'arquitecte Domènech i Montaner. Quan es tracta de coses personals, Domènech és un home biliós, groc i crispat, però sap moltes coses; parlant del seu temps és inesgotable, un arxiu vivent i, sobretot, és un arxiu de coses de primera mà, autèntiques. Sempre que em semblà necessari contrastar alguna notícia donada per ell resultà certa, confirmada plenament.
Quaranta anys després d'aquesta conversa, parlava de Gaudí, a Lausana, amb Josep Pijoan.
–No conec pas el llibre de l'Apa sobre el pintor Simó Gómez –deia Pijoan–, però el que diu de Gaudí, i que vós em reporteu, no m'estranya gens. Gaudí fou un home travessat de contradiccions fins a un grau indescriptible. En la seva joventut, sobretot, degué passar per moments d'una passió vehement. La seva crisi religiosa durà molts anys. La seva vida és plena de zones d'ombra que ningú no es preocuparà mai d'aclarir. En el nostre país hi ha un interès excessiu a mantenir les ficcions, encara que de tant en tant es cremin unes quantes esglésies. Gaudí fou un català de fons tràgic com el mateix Maragall.
Després d'una petita pausa:
–Ja sabeu que jo sostinc que, al català, li prova l'emigració, sobretot si és intel·ligent. A tota la gent de la península li passa el mateix. A l'estranger, s'hi enyora, certament, però com que viu en una societat més autèntica, més oberta als mèrits positius, dóna un gran rendiment. En general, el rendiment del català de l'interior, si s'exceptua algun treball excepcional d'erudició, és migradissim; és sobretot un treball desconnectat dels corrents del temps. Podreu dir-me, és clar, que Maragall i Gaudí no necessitaren pas exiliar-se per a fer alguna cosa realment positiva. Potser es podria discutir. Sobre Maragall, certament, la profecia és difícil.
Sobre Gaudí, us diré que hauria estat l'home –l'únic home del món– capaç de fer la catedral de Nova-York si aquesta ciutat hagués considerat indispensable tenir la catedral proporcionada al seu volum i al seu esperit. Gaudí és l'últim arquitecte espiritualista, de sensibilitat religiosa, de la història de l'arquitectura. Després d'ell hi ha hagut arquitectes excepcionals, extraordinaris constructors, dedicats, però, exclusivament, a fer coses pràctiques, obres posades al servei del benestar material d'enormes masses que només aspiren a viure bé. I no us dic pas tot això fent valer la meva carrera d'arquitecte i el coneixement personal que tinc dels meus col·legues. No. El que us dic, ho veu una criatura de bolquers. Gaudí fou un apassionat grandiós, i per això jo l'he defensat i el defenso sempre. Maragall també ho fou, però d'una altra manera. Gaudí fou un apassionat per concentració religiosa, per flamarada interna. La passió de Maragall era més complexa, es manifestava amb més cautela, utilitzant eufemismes que per mi no ho són, ja que per mi Maragall és claríssim, literal i explícit.
Mentre Pijoan em parlava en aquest to, es discutia a Barcelona, sobre les planes d'una revista, a quin poble Gaudí havia nascut exactament. Fins a la data, tothom es pensava que havia nascut a Reus, però resulta que Riudoms tenia també moltes probabilitats. Vaig pensar en la cançó antiga:
De Reus a Riudoms
diuen que hi ha una hora,
i de Riudoms a Reus
la mateixa estona.
És una discussió sense sentit. La confusió s'explica simplement pel que dèiem al principi –que no és una opinió personal, sinó que prové directíssimament de l'ambient que conserva l'esperit de Gaudí d'una manera més estricta i correcta. Però el fet és extremament curiós, perquè demostra que quan governen els uns hi ha interès que les coses siguin d'una manera, i quan governen els altres, d'una manera diferent. Algú tingué interès, donat que Riudoms, en relació a Reus, és un poble d'antecedents més enraonats, més agraris i més beatets, a fer-hi néixer Gaudí, que nasqué al mas al·ludit del terme de Riudoms i fou batejat a Reus. Ja veieu que com a problema és important! De Reus a Riudoms hi ha una hora... a peu!
El senyor Vllaplana i Pujolar, apotecari de Vic i membre de la Junta de Museus de la mateixa ciutat, m'envia una referència sobre l'estada que el gran arquitecte hi féu l'any 1910.
Tot el que fa referència a Gaudí és del més gran interès. al meu modest entendre, aquest interès és independent de les raons que hom pugui tenir –raons merament personals– perquè la seva obra agradi o no agradi –més o menys. Gaudí és una de les figures més altes de l'època que vivim en aquest país. El volum d'aquesta figura creix cada dia, dintre i fora de les fronteres –creix, potser, més a fora que a dins. L'arquitecte de la Sagrada Famí;lia s'està convertint en el més gran arquitecte del seu temps. Tot el que sigui contribuir al coneixement d'aquesta figura, aportant la informació que hom en tingui –per petita que sigui–, és fer un treball positiu. Les persones que tractaren personalment Gaudí són cada dia més escasses. El temps passa, la gent envelleix i se'n va avall inexorablement, amb aquella absoluta discreció, sense deixar el menor rastre manejable –escrit–, caminant de puntetes, com és habitual i ha estat habitual en tot temps. És per això que quan apareix un testimoni directe és indispensable recollir-lo, per contribuir almenys a la biografia que algun dia es farà de Gaudí.
A la primavera de 1910, Gaudí visqué tres setmanes a Vic. L'arquitecte es trobava, llavors, en una de les etapes més intenses, de feina més espessa, de fervor més nerviós, del procés de construcció de la Sagrada Família. Ja tenia una gran fama. La seva obra avançava enmig d'una gran polèmica. En molts sectors de la vida intel·lectual de Barcelona, aquesta obra era objecte d'una crítica permanent. Però seria un error de creure que tothom es manifestava d'una manera adversa. En general, els llibertins, els anomenats «esperits forts», la majoria dels artistes, gairebé tots ells enamorats de la vida de París, les llengües viperines més frívoles del país, eren contra l'obra de Gaudí. A favor de l'arquitecte hi havia, en la superfície s'entén, el bisbe Torras i Bages, l'Acadèmia de Sant Lluc, Prat de la Riba, el P. Casanovas, S.I., el senyor Maragall, Cambó, Josep Pijoan... i molt poca cosa més. Els cauts no deien res, feien el bocatancat, esperaven, com sempre, que les coses s'aclarissin. Els citats en primer terme dominaven les tertúlies i els diaris, eren l'escuma brillant de la Barcelona del moment. Però la Sagrada Família s'anava fent, amb el ritme lent de les catedrals, però s'anava fent.
–A la primavera de 1910 –em diu el senyor Vllaplana–, a conseqüència del treball excessiu i de la deficient alimentació –Gaudí era vegetarià–, l'arquitecte es trobà molt malament. Els metges diagnosticaren una anèmia cerebral, cosa que alarmà tots els seus amics. El P. Casanovas, de la Companyia de Jesús, home d'acció, decidí posar-se en moviment. El portà al despatx d'un metge especialista, el qual ordenà al malalt de passar una temporada fora de Barcelona, recollir-se en un lloc tranquil, fer un règim d'alimentació més substanciós i abstenir-se de tot treball intel·lectual. Si tot això li ho hagués recomanat un metge, per més eminent que hagués estat, Gaudí no n'hauria fet cap cas, perquè no estigué mai per metges ni per res relacionat amb l'economia de la seva persona. Però, com que pel mig hi havia el P. Casanovas, obeí.
–El senyor Gaudí s'ha de cuidar, està molt flac, està una mica desnodrit... –deia el reverend pare jesuïta.
La crema de convents de l'any 1909 havia enfervorit algunes consciències, havia donat a entendre a algunes persones que les coses no anaven pas prou bé. És en aquest moment que se situa la projecció de la influència del P. Casanovas sobre el sector més intel·ligentment conservador de la classe dirigent. En les Memòries, Josep M. de Sagarra escriu:
«El dia 18 de desembre de 1909 sortí a les planes de "La Veu" un article extraordinari de Joan Maragall titulat L'església cremada. Era un escrit Maragall cent per cent, amb tota l'arravatada força d'aquell gran poeta, amb tota la sang i el trèmolo patètic, i fins l'il·luminisme que ell posava en aquella mena d'escrits. És sense dubte un dels articles de Maragall que va fer més forat i que provocà un nombre més gran de suspensions en els sopars de la burgesia catalanista durant la nit en què va publicar-se. Doncs bé, l'article l'envià don Joan a don Enric Prat de la Riba, que era director de "La Veu". Don Enric el va llegir de cap a peus, el va trobar magnífic, i ell, que no acostumava a descompondre's, es va sentir endut per la flama lírica de l'escrit de Maragall. Però Prat de la Riba, que representava la prudència i el bon sentit en persona, davant la literatura de don Joan es va espantar una mica. Ell no era un teòleg i don Joan tocava punts delicats, amb aquella generosa despreocupació, una mica anàrquica, que se li revoltava, de tant en tant, en el subconscient poètic. Don Enric es volgué sagnar amb salut; va fer treure galerades de l'article i les envià al P. Casanovas. Jo vaig penetrar a la cambra del jesuïta en el moment que el seu llapis infal·lible es va permetre fer algunes petites esmenes o supressions sobre el text de Maragall. El P. Casanovas em va mostrar les galerades que feia una hora, li havia enviat Prat de la Riba i em posà al corrent de la qüestió demanant-me que no ho digués, a ningú».
El P. Casanovas tenia una gran amistat amb la família Rocafiguera, de Vic, i considerà que el millor (per a Gaudí) seria que es desplacés en aquella ciutat, que judicà ideal perquè l'arquitecte hi reposés i guanyés uns quants quilos, sobretot tenint en compte que la senyora Concepció Vila, vídua del senyor Josep Rocafiguera, havia ofert i una hospitalitat magnífica oferint la seva pròpia casa per tot el temps que convingués al millorament del senyor Gaudí. Per precisar bé les coses es creuaren unes atentes cartes entre el P. Casanovas i la senyora Concepció plenes de compliments i d'exhalacions de generositat, indicadores de l'excel·lent acollida que la proposta del P. Casanovas havia rebut per part de la família Rocafiguera. En tot aquest petit tripijoc el senyor Gaudí havia fet un paper absolutament passiu.
Així, un bon dia arribaren a Vic el P. Casanovas i Gaudí. El primer hi estigué poc: temps de fer les presentacions i de deixar instal·lat l'arquitecte a casa Rocafiguera. Gaudí fou un home esquerp, tancat, obsessionat, marginal a tota vida social possible. Tant la senyora vídua Rocafiguera com els seus fills el tractaren familiarment i feren tot l'imaginable per fer-li l'estada agradable i distreta. «La qüestió és que es distregui», havia dit el P. Casanovas en acomiadar-se de l'hospitalària família.
–Dos dies després d'haver arribat l'arquitecte –continua dient el senyor Vilaplana ndash; em vingué a veure la senyora Concepció, parenta meva, i em digué:
»–Quimet, no sabem pas què fer amb aquest bon senyor. Parla molt poc, sembla molt trist i, tot i que fem els possibles per complaure'l, em sembla que s'avorreix. No és pas car de mantenir, per altra part: no té gana, no menja res; no sé pas què li podria venir de gust... Jo pensava que tu ens podries ajudar a sortir del compromís. ¿Què dirà el P. Casanovas si el senyor Gaudí no millora una mica? Potser tu series el més indicat per a treure'l a passeig i per a acompanyar-lo a veure Vic i els voltants de la població. El caminar potser el distrauria, tindria més gana i l'anèmia li aniria passant ...
»–Encantat! –vaig dir a la meva parenta-. Avui mateix el vindré a cercar i farem un passeig.
»Aquella tarda vaig anar a casa Rocafiguera, em presentaren Gaudí i sortirem al carrer. Caminava molt a poc a poc, estava molt flac i tenia un color a la cara molt trencat i malaltís.
»En el curs d'aquella i d'altres sortides visitàrem la catedral, el museu i el més notable de la ciutat. Ens arribàrem també als afores, el vaig portar a veure les esglésies romàniques de Sant Sixt i de Sant Fructuós, que són molt a prop de Vic, i fins i tot visitàrem alguna casa de pagès dels encontorns, les que em semblà que per una raó o altra mereixien una visita.
»En el curs d'aquests passeigs, sortírem naturalment a parlar de moltes coses i fins i tot de coses d'art i d'arqueologia. Sobre aquestes qüestions em semblà que Gaudí tenia idees molt singulars. Parlant de l'arquitectura gòtica, em digué que era una arquitectura coixa i imperfecta, perquè una forma gòtica, per a aguantar-se, necessita les crosses dels contraforts i dels arcbotants. La Sagrada Família –afegia – s'aguanta sense crosses perquè jo no estic per crosses ni per caminadors d'artifici. Una altra de les seves obsessions –i dic obsessions per la quantitat de vegades que ho repetí – consistí a afirmar que l'art vertader s'havia produït en els voltants del Mediterrani i enlloc més. Vaig permetre'm tímidament objectar-li que alguna cosa s'havia fet també en altres llocs i que, limitant-nos a Europa, no es podien pas deixar de tenir en compte les magnífiques catedrals de l'Occident europeu, l'arquitectura urbana medieval de Flandes, Holanda i Alemanya, els magnífics palaus de la noblesa francesa i anglesa... Em contestà, destemprat, irritat, que el que jo deia no tenia res a veure amb l'art vertader, que tot allò havia estat tret de matrius més antigues i més autentiqués, l'origen de les quals se situava en el Mediterrani. Li vaig replicar que, en tot cas, artistes com Rembrandt, Van Eyck i Van Dyck, entre tants i tants altres, havien estat grans artistes i que l'Europa del Nord havia donat vidriers, moblistes, tapissers, terrissers de primer ordre. Quan sentí aquestes afirmacions es crispà furiosament.
»–Esteu fent referència –em digué – a artistes de menjador burgès, a decoradors de segon ordre que no tenen comparació possible amb els artistes que han treballat en els països mediterranis.
»Aviat em vaig adonar que les meves contestacions, tot i ser formulades de la manera més amable al meu abast, l'irritaven de mala manera i sobretot d'una manera agra i morbosa. En vista d'això –exactament per prevenir un atac–, vaig decidir de no parlar més d'aquestes coses, eliminant de la conversa tot allò que el podria molestar, al meu entendre. Discutir amb Gaudí no era pas agradable, i no pas precisament perquè us atabalés amb una gran riquesa d'arguments. No era agradable, perquè discutia en forma de martell.
»Un dia em digué que anys enrera havia comprat un llibre d'un autor francès que tractava de les curioses i variades formes corbades i ondulades que la fusta agafava en assecar-se –de les guerxades de la fusta, en una paraula. Em semblà que donava molta importància a aquest llibre, fins a l'extrem que vaig suposar que les singularíssimes corbes que Gaudí fa donar a les seves voltes i als seus panys de paret són fetes pensant en les tumefaccions í ondulacions de la fusta guerxada.
»En el curs de les nostres conversacions sortírem a parlar rarissimes vegades de la Sagrada Família i en general de les seves obres arquitectòniques. Si Gaudí sobretot discutint era orgullós i peremptori, aquesta discreció davant de la seva obra em demostrà que era un home sense vanitat.
»Una vegada li vaig preguntar si havia viatjat gaire. Em respongué que no havia viatjat gens, que els seus escassíssims desplaçaments havien estat molt curts i que mai no havia sentit el desig de viatjar. Afegí que molt de tant en tant es mirava alguna fotografia d'alguna cosa d'art i que pràcticament –segons ell – això era tot el que havia vist en aquest ram. De vegades produïa la impressió de ser un snob de la humilitat, de la migradesa i de la precarietat. Hi ha gent que diuen que ho saben tot i no saben res; que afirmen haver-ho vist tot i no han vist res. Gaudí operava de la manera contrària, però en aquest punt no me'l vaig creure mai.
»Un dia que passàvem per la carretera de Vilatorta, descobrí a la llinda de la finestra baixa d'un mol! una ingènua representació d'un calvari esculpit, feta probablement per algun rústec artesà, molt inhàbll en el coneixement del dibuix. Fou per aquesta raó, segons digué, que l'obra li féu gràcia.
»-Quina llàstima que l'amic Jujol no pugui veure aquest calvari! –va dir fent una cara trista-. Tant que li agradaria!
»Crec que el senyor Gaudí –diu per sintetitzar l'apotecari Vilaplana – fou un bon home, incapaç de fer mai a ningú, tossut com un marrà, un cristià senzill i d'una sobrietat impressionant.
»Vull afegir a aquestes noticies un episodi de la seva vida d'arquitecte que no és gaire conegut –almenys jo no he vist que hi facin cap referència les biografies més corrents que sobre d'ell circulen. En la vida dels homes, tot té la seva importància: els èxits i els fracassos. Ara que el nom de Gaudí està en plena, gloriosa ascensió, aquest episodi s'ha de recordar, entre altres raons perquè li produí un contratemps molt gran.
»En el moment de l'Exposició Universal de París de final de segle, tingué la curiosa pensada de portar-hi un testimoni del que ell considerà com la seva obra decisiva: la Sagrada Família. Amb l'ajuda pecuniària del seu admirador i protector el senyor Eusebi Güell, féu construir diverses maquetes molt voluminoses del Temple Expiatori. La confecció d'aquests artefactes, la seva tramesa a París en enormes caixes, l'enrenou que tot això produí, costà un grapat de mils de pessetes –d'aquelles! A París, calgué llogar una gran sala en un dels palaus de l'Exposició, cosa que no fou pas fàcil ni barata, precisament. ¿Però què es el que no hauria fet el senyor Güell per al seu arquitecte i gran amic? Gaudí es trobava, en el moment de què parlem, en el període de liquidació de la seva etapa de joventut, ja totalment lliurat, activament lliurat (cosa que no fou pas fàcil), al dogmatisme catòlic. Aquell home que havia cultivat amb una passió pueril totes les formes de la vida exterior, que havia vestit tan bé, que havia menjat com un gourmet, a qui agradava d'alçar el cap quan passava en cotxe pel Passeig de Gràcia, que havia dedicat tantes hores a la conversa i a l'entregent, s'anava tornant cada dia més pobre, més marginal i més esquerp. L'últim lligam, però, que l'unia amb el seu petit món antic era el senyor Güell...
»En fi: la pensada de l'Exposició fou un fracàs complet. Ni el públic que passà per la sala, ni els tècnics, ni els crítics, no demostraren el menor interès per la tramesa de l'arquitecte. Tingué un gran desengany, a conseqüència del qual passà una llarga temporada afirmant en forma de martell i cara de pomes agres que els francesos eren uns ignorants, que no sabien el que és l'arquitectura, ni l'art, ni res. Els francesos havien de ser fatalment els últims d'interessar-se per l'obra de Gaudí, com en el país els últims d'interessar-se havien de ser Eugeni d'Ors i el noucentisme. Aquests, no solament perquè l'arquitecte del Pantarca fou sempre el Pal·ladi, sinó per afrancesament fins al moll de l'os, és a dir, perquè el Pal·ladi els agradava amb etiqueta francesa i amb l'esperit del XVIII francès, que era el que feia titil·lar Xènius –exactament les sobretaules i els salons de Paris del segle XVIII. Els francesos estrictes, quin interès podien posar en l'obra de Gaudí? Imbuïts de racionalisme fins al moll de l'os, de neoclàssic glaçat, de simetrisme, amb tendències sensuals estilitzades en el rococó i la mignardise, no es podien interessar de cap manera. I, de fet, ni els catòlics francesos importants que han passat per Barcelona no s'interessaren mai per la Sagrada Família.
De tota manera, l'episodi de l'Exposició de Paris fou un error de data: una anticipació de mig segle. Feta la tramesa en aquests moments –ara que, als francesos, els comencen d'agradar (segons diuen els papers, però jo en dubto) els ferros modernistes de l'entrada de les estacions del metro–, aquelles maquetes hagueren tingut (almenys per snobisme) el que se sol anomenar un succès d'estime.
Aquest estiu (1959), anant a Portugal, per carretera, via Galícia, vaig aturar-me algunes hores primer a León i a Astorga per veure les obres que en aquestes dues poblacions s'hi feren sota la direcció de Gaudí. En realitat s'hauria de seguir un ordre invers, després l'ordre cronològic, que coincideix, a més a més, amb l'ordre d'importància dels edificis. El primer encàrrec fou el de la construcció del palau episcopal d'Astorga, perquè a Astorga, tot i ser una població petita, hi ha bisbe. Després li caigué l'encàrrec de León: una casa de pisos.
León és una capital de província bastant gran, que té un clima molt fresc, amb una certa animació i moltes ganes de viure. Les imatges tradicionals, levítiques, de León, s'han esvaït. És una població simpàtica, oberta, que ha superat el punt aclaparador de la vida de província sense tenir l'excés de desori i de caotisme de la seva nova situació. Tota la població es troba, però, posada sota els efectes de la seva immensa, impressionant, prodigiosa catedral gòtica. El seu volum és tan grandiós, que afecta la totalitat de l'urbanisme ciutadà que la volta. Després de la catedral, fa l'efecte que tot el restant de León és ben poca cosa, per no dir res –fins i tot alguna peça d'arquitectura que en altres lloes tindria un gran relleu. La catedral ho mata tot i, encara que la seva planta es trobi sobre el mateix pla de la ciutat, fa l'efecte que tota la resta queda a la planta dels seus peus.
Davant d'una situació semblant, no deu pas ser gaire divertit fer d'arquitecte a León.
Gaudí rebé l'encàrrec de fer una casa molt a prop de la catedral, de la part dels senyors Fernàndez-Andrés, i així sorgí l'anomenada Casa de los Botines, com en diuen en aquell país. No és pas una de les obres més gaudínianes de l'arquitecte, però té una personalitat inconfusible. Comparant aquesta obra amb l'arquitectura coetània o contemporània que s'ha fet a León, s'ha de reconèixer que Gaudí se'n sortí molt bé. No s'assembla pas a cap altra casa de León, ni de l'antic regne de León ni de Castella la Vella. És una casa ferma, de pedra blanquinosa (el material no és gaire simpàtic), d'una punta de llapis absolutament sui generis. Gaudí no és mai un arquitecte de catàleg (antic o modern), com són una quantitat molt important d'arquitectes. Sempre és particularíssim, fins i tot quan a León li encarregaren una casa de pisos.
Era a l'estiu, darrers de juliol; feia molt bon dia, el cel era claríssim, i mentre contemplava, des de la terrassa d'un cafè, la Casa de los Botines, em semblava trobar-me en un país molt diferent, en un clima molt distint , molt més al nord, però molt més. La casa té un aspecte molt noble i fou feta pensant en un clima inhòspit amb temperatures molt baixes i amb nevades abundants i persistents. El país de León és, certament, fred i els propietaris de la futura casa degueren insistir perquè l'arquitecte no oblidés en el seu projecte aquest fet. El bisbe Grau, d'Astorga, que li encarregà la construcció del palau episcopal, insistí també en la necessitat que no fos oblidada la calefacció, per l'amor de Déu (vegi's la biografia de Gaudí de J. F. Ràfols). L'arquitecte, naturalment, ho tingué en compte i projectà pensant en l'hivern. És quan fa mal temps –només cal veure les postals que de la casa es veuen- que la seva visualitat dóna el màxim rendiment. Coberta de neu, fa pensar en alguna construcció que es pot veure a Finlàndia, però no pas de l'època que els russos hi construïen segons els motllos neoclàssics italians o francesos, sinó en construccions més modernes, sotmeses al pathos del clima hivernal sobre un país de boscos i d'aigües lívides.
–Si viera usted esta casa, en invierno, con mal tiempo, le tiritaeían las entretelas... –em diu el cambrer del cafè.
És la reacció natural: pel sol fet de ser l'única casa de León feta pensant en l'hivern –o una de les poques–, la seva singularitat accentua, d'una manera, en certa mesura teatral, la frigidesa del clima.
El fet que aquest país contingui una superabundància de carquinyoliets arquitectònics més aviat primets, la tendència de Gaudí de construir, sempre que estigué al seu abast, en pedra, el converteixen en un arquitecte d'hivern, cosa que no li fa pas cap mal –em sembla.
La Seu d'Astorga sembla haver tingut una certa tendència a tenir bisbes catalans. L'actual bisbe és d'aquest país. S. I. Fèlix Torres Amat, autor del Diccionario de escritores catalanes, fou bisbe d'Astorga. A l'època de Gaudí, fou bisbe de la diòcesi el senyor J. B. Grau Vallespinós, que a més de català era de Reus, com l'arquitecte mateix. No crec pas, però, que la seva relació hagués estat originada per Reus. Gaudí era l'arquitecte del senyor Güell. El senyor Güell era cunyat del marquès de Comillas. Els primers marquesos de Comillas tingueren molta importància en l'art piadós i diplomàtic de fer bisbes. En el seu temps, en feren alguns de molt celebrats. Davant d'aquest panorama, ¿qui millor que Gaudí per a fer el palau episcopal d'Astorga? Per a acabar-ho d'arrodonir, resultà que el bisbe, com ja he dit, era de Reus. No s'hauria pas pogut imaginar una composició més acabada. És la seva perfecció el que explica que Gaudí tingui insòlitament una obra important a la capital del país de los Maragatos i una casa a León, que fou en realitat la torna de l'edifici eclesiàstic.
Homenots (sisena sèrie). Ed. Selecta, 1956
Gerona La Bella
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Gerona: medieval, judía, bella
18 de Noviembre de 2011 - 13:10:47 - Carmelo Jordá
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Pocas ciudades de España pueden presumir de tener una carta de presentación como la de Gerona: esa estampa de las casas sobre el río Oñar, con los campanarios de la Catedral y San Félix elevándose tras las fachadas abigarradas es, sin duda, uno de los rincones más atractivos de Cataluña, preferiblemente a media tarde cuando el sol casi poniente cubre las casas con una luz cálida, dorada y casi diría que mullida.
Y lo mejor es que la maravilla no se acaba ahí sino que, más bien al contrario, ese es el telón de entrada: cruzando los estrechos puentes, y atravesando por pequeños túneles esta especia de muralla de viviendas entramos en un casco viejo realmente espectacular.
Tiene esta ciudad vieja dos partes claramente diferenciada: una llana, más cercana al río de calles estrechas para los coches pero sobradamente amplias para el tráfico humano. Son vías que se llenan de tiendas, restaurantes y bares y que, en cuanto se ensanchan en una placita, se llenan también de terrazas en las que comer o, al menos, tomar un café mientras observamos el ir y venir de indígenas y turistas paseantes.
El Call jueu
La otra zona es todavía más hermosa, o al menos es hermosa de una forma muy diferente: el conjunto de calles, algunas más bien callejones, que suben casi en vertical hacia la Catedral. Era, lo fue exactamente hasta 1492, el barrio judío de la ciudad (Call jueu, como se los llamaba en catalán), uno de los más importantes de Cataluña.
Poco queda hoy, al fin y al cabo han pasado más de cinco siglos, pero sí podemos acercarnos al ambiente que debería tener esa barriada de calles estrechas con escalones que pasan a través de balconadas que unen las casas de ambos lados.
Además, en una manzana de casas que fue prácticamente el centro neurálgico de este barrio (aunque no en las viviendas originales, derribadas siglos atrás) se encuentra el más que interesante Museo de Historia de los Judíos, que nos cuenta la historia de los miles de sefardíes que vivían en Gerona y en toda Cataluña antes de 1492.
No es una historia agradable, pero sí que se aprende mucho de la historia de persecuciones y agresiones que vivieron hasta llegar a la expulsión final. Además, podemos ver piezas de arte, lápidas, manuscritos originales y bellas reproducciones a gran tamaño... no deben perdérselo.
Grandes monumentos
La Catedral es, seguramente, el gran monumento de Gerona, y lo es tanto por su belleza como por su tamaño y, si me apuran, más que nada porque es un templo realmente peculiar: de una enorme y altísima nave tanto por dentro como por fuera parece un gigantesco cubo.
Probablemente es más atractivo el interior que el exterior, pese a la fachada barroca y la gran escalinata. Pero dentro la enorme bóveda y la luz que se cuela a través de los grandes rosetones logran crear un ambiente realmente especial.
Otro gran monumento es la muralla, obviamente restaurada porque, como decíamos, la ciudad entera fue arrasada en 1809. Juzgando por lo que podemos ver, el trabajo ha sido minucioso y hoy en día es posible recorrer buena parte de lo que era el cinturón defensivo de la ciudad.
Lo mejor, además de comprobar que la muralla era una defensa fenomenal, las vistas sobre los tejados de toda la ciudad, a una altura perfecta para disfrutar del panorama.
Gerona: medieval, judía, bella
18 de Noviembre de 2011 - 13:10:47 - Carmelo Jordá
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Pocas ciudades de España pueden presumir de tener una carta de presentación como la de Gerona: esa estampa de las casas sobre el río Oñar, con los campanarios de la Catedral y San Félix elevándose tras las fachadas abigarradas es, sin duda, uno de los rincones más atractivos de Cataluña, preferiblemente a media tarde cuando el sol casi poniente cubre las casas con una luz cálida, dorada y casi diría que mullida.
Y lo mejor es que la maravilla no se acaba ahí sino que, más bien al contrario, ese es el telón de entrada: cruzando los estrechos puentes, y atravesando por pequeños túneles esta especia de muralla de viviendas entramos en un casco viejo realmente espectacular.
Tiene esta ciudad vieja dos partes claramente diferenciada: una llana, más cercana al río de calles estrechas para los coches pero sobradamente amplias para el tráfico humano. Son vías que se llenan de tiendas, restaurantes y bares y que, en cuanto se ensanchan en una placita, se llenan también de terrazas en las que comer o, al menos, tomar un café mientras observamos el ir y venir de indígenas y turistas paseantes.
El Call jueu
La otra zona es todavía más hermosa, o al menos es hermosa de una forma muy diferente: el conjunto de calles, algunas más bien callejones, que suben casi en vertical hacia la Catedral. Era, lo fue exactamente hasta 1492, el barrio judío de la ciudad (Call jueu, como se los llamaba en catalán), uno de los más importantes de Cataluña.
Poco queda hoy, al fin y al cabo han pasado más de cinco siglos, pero sí podemos acercarnos al ambiente que debería tener esa barriada de calles estrechas con escalones que pasan a través de balconadas que unen las casas de ambos lados.
Además, en una manzana de casas que fue prácticamente el centro neurálgico de este barrio (aunque no en las viviendas originales, derribadas siglos atrás) se encuentra el más que interesante Museo de Historia de los Judíos, que nos cuenta la historia de los miles de sefardíes que vivían en Gerona y en toda Cataluña antes de 1492.
No es una historia agradable, pero sí que se aprende mucho de la historia de persecuciones y agresiones que vivieron hasta llegar a la expulsión final. Además, podemos ver piezas de arte, lápidas, manuscritos originales y bellas reproducciones a gran tamaño... no deben perdérselo.
Grandes monumentos
La Catedral es, seguramente, el gran monumento de Gerona, y lo es tanto por su belleza como por su tamaño y, si me apuran, más que nada porque es un templo realmente peculiar: de una enorme y altísima nave tanto por dentro como por fuera parece un gigantesco cubo.
Probablemente es más atractivo el interior que el exterior, pese a la fachada barroca y la gran escalinata. Pero dentro la enorme bóveda y la luz que se cuela a través de los grandes rosetones logran crear un ambiente realmente especial.
Otro gran monumento es la muralla, obviamente restaurada porque, como decíamos, la ciudad entera fue arrasada en 1809. Juzgando por lo que podemos ver, el trabajo ha sido minucioso y hoy en día es posible recorrer buena parte de lo que era el cinturón defensivo de la ciudad.
Lo mejor, además de comprobar que la muralla era una defensa fenomenal, las vistas sobre los tejados de toda la ciudad, a una altura perfecta para disfrutar del panorama.
martes, 15 de noviembre de 2011
Los Votos de los catalanes en las generales
Si cada vez que llegan unas elecciones se analiza el voto de los catalanes desde el prisma del nacionalismo –de un lado u otro–, solamente podemos llegar a la conclusión de que este pueblo no sabe lo que quiere. Unas veces se inclina por el españolismo, otras anhela la independencia... Pero la realidad es distinta. Los catalanes deben de tener muy claro para qué sirve su voto en cada elección y lo modulan a conveniencia. "Cuando las circunstancias cambian, yo cambio", dice Chacón que dijo Keynes –la frase era más bien "cuando cambio de idea, yo lo digo. ¿y ustedes?"– en un arrebato de versatilidad.
La tendencia de las encuestas en Catalunya indica un gran trasvase de votos del PSC al PP. La lectura elemental es que, sumados, reflejan un afianzamiento del antisoberanismo, pese a que otros sondeos apuntan a una subida del sentimiento independentista en estos años. ¿Qué esquizofrenia es esta? Sólo es una adaptación de los dos fenómenos que se han venido dando con singular fuerza en Catalunya: el voto dual y el abstencionismo diferencial.
Tradicionalmente, los votantes duales elegían la papeleta de CiU en las autonómicas y la del PSC en las generales (salvo un porcentaje minoritario, que optaba por el PP). El abstencionismo diferencial, más acusado, consistía en que los electores socialistas de las generales se quedaban en casa cuando llegaban las autonómicas. Los estudiosos de estos fenómenos –han dado de sí mucha literatura– definen el perfil de los votantes duales como adultos nacidos en Catalunya, con cierto nivel de estudios y conocimiento de la lengua catalana escrita, mientras que entre los abstencionistas diferenciales hay más jóvenes, inmigrantes, sin estudios ni un buen conocimiento del catalán. Los expertos creen que, mirando el fenómeno en perspectiva, de cada diez votantes socialistas que traicionan a su partido en las autonómicas, seis se abstienen y cuatro se pasan a CiU.
¿Qué está pasando esta vez? Pues que la desesperación de la crisis puede llevar a muchos de esos socialistas que se abstienen en las autonómicas a optar por el PP con la esperanza de que se dé un vuelco a la situación. En realidad, se están moviendo en la misma órbita en el eje identitario. Además, cada vez hay más ciudadanos que deciden poco en función de la ideología (sea derecha-izquierda, sea españolismo-catalanismo) y más por la credibilidad de los líderes...
Si los augurios de los sondeos se cumplen, no es que los catalanes se hayan convertido al españolismo acérrimo, como tampoco son tan ciertas las interpretaciones contrarias en otros momentos. Quizá simplemente Catalunya es más que una instantánea electoral y mucho más compleja y plural de lo que a veces se pretende mostrar.
La tendencia de las encuestas en Catalunya indica un gran trasvase de votos del PSC al PP. La lectura elemental es que, sumados, reflejan un afianzamiento del antisoberanismo, pese a que otros sondeos apuntan a una subida del sentimiento independentista en estos años. ¿Qué esquizofrenia es esta? Sólo es una adaptación de los dos fenómenos que se han venido dando con singular fuerza en Catalunya: el voto dual y el abstencionismo diferencial.
Tradicionalmente, los votantes duales elegían la papeleta de CiU en las autonómicas y la del PSC en las generales (salvo un porcentaje minoritario, que optaba por el PP). El abstencionismo diferencial, más acusado, consistía en que los electores socialistas de las generales se quedaban en casa cuando llegaban las autonómicas. Los estudiosos de estos fenómenos –han dado de sí mucha literatura– definen el perfil de los votantes duales como adultos nacidos en Catalunya, con cierto nivel de estudios y conocimiento de la lengua catalana escrita, mientras que entre los abstencionistas diferenciales hay más jóvenes, inmigrantes, sin estudios ni un buen conocimiento del catalán. Los expertos creen que, mirando el fenómeno en perspectiva, de cada diez votantes socialistas que traicionan a su partido en las autonómicas, seis se abstienen y cuatro se pasan a CiU.
¿Qué está pasando esta vez? Pues que la desesperación de la crisis puede llevar a muchos de esos socialistas que se abstienen en las autonómicas a optar por el PP con la esperanza de que se dé un vuelco a la situación. En realidad, se están moviendo en la misma órbita en el eje identitario. Además, cada vez hay más ciudadanos que deciden poco en función de la ideología (sea derecha-izquierda, sea españolismo-catalanismo) y más por la credibilidad de los líderes...
Si los augurios de los sondeos se cumplen, no es que los catalanes se hayan convertido al españolismo acérrimo, como tampoco son tan ciertas las interpretaciones contrarias en otros momentos. Quizá simplemente Catalunya es más que una instantánea electoral y mucho más compleja y plural de lo que a veces se pretende mostrar.
sábado, 12 de noviembre de 2011
domingo, 6 de noviembre de 2011
Los Cuatro que hablan Castellano
Hubo un tiempo en que hablar en castellano en el Parlamento catalán era casi inconcebible y si alguien se atrevía a usarlo, era recibido con murmullos o amagos de plante. A finales de los años noventa, el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, reprochó al entonces presidente del grupo parlamentario del PPC, Alberto Fernández, que no utilizara el catalán, «una lengua por la que murieron muchas personas», dijo. Hoy, el uso del español en la Cámara autonómica sigue siendo excepcional, pero hay cuatro diputados que se han propuesto levantar las barreras lingüísticas y trasladar la realidad social catalana, donde se usan con normalidad ambas lenguas, a esta institución. Se trata de María de Llanos de Luna y María José García, ambas del PP, y Carmen de Rivera y Jordi Cañas, miembros de Ciudadanos.
Los cuatro realizan sus intervenciones exclusivamente en castellano y han luchado para que así conste en las actas parlamentarias. Todo un pulso a la Cataluña oficial donde el catalán es la única lengua vehicular de la escuela pública, los comerciantes que no rotulan en ese idioma son multados —107 sanciones en el primer semestre de 2011, más de la mitad que en todo el año anterior— y el sector del cine está obligado a cumplir con unas cuotas de doblaje. Un idioma cuya promoción, a pesar de la crisis económica y los recortes en ámbitos como la sanidad o la educación, cuesta a la Generalitat 160 millones de euros al año.
Transcripción en castellano
¿Resistentes o disidentes? Jordi Cañas prefiere autodenominarse «disidente» porque implica una actitud proactiva en una Cámara «donde se había impuesto un dogma consistente en hacer política exclusivamente en catalán, desde las instituciones o desde los medios de comunicación». Este licenciado en Geografía e Historia, que ha debutado como diputado de Ciudadanos en esta legislatura, nació en Barcelona, pero utiliza normalmente el castellano «porque me da la gana, así de claro. Eso es lo que le he contestado a algún parlamentario que me ha preguntado al respecto en los pasillos de la Cámara, aunque una persona no tiene por qué dar explicaciones sobre eso. Yo hablo en catalán cuando me apetece, no porque me lo imponga alguien. Lo normal es posible, pese a figuras como esa “sacerdotisa” de la inmersión lingüística que es Irene Rigau», consejera de Educación.
Carmen de Rivera (C's)
Asegura que no le incomoda hacer sus intervenciones en castellano en un Parlamento donde todas las comunicaciones, tanto orales como escritas, se hacen en catalán. «No somos peores catalanes por hablar en castellano. Supone una garantía de pluralidad que el ciudadano vea a sus representantes hablar con normalidad en dos lenguas», explica. Respecto a la posibilidad de que aumente el número de diputados que utilizan el castellano, se muestra optimista y cree que, en un futuro, otros seguirán su ejemplo.
Cañas recuerda que, en un principio, las intervenciones orales en castellano se traducían al catalán en las actas, «pero nosotros hemos logrado que se transcriban en el idioma original para que quede constancia histórica de que en este Parlamento autonómico se utilizan ambos idiomas». En su opinión, «con la entrada de Ciudadanos en la Cámara catalana se produjo un antes y un después en el uso del castellano, nosotros rompimos el patrón, pues mientras estuvo Josep Piqué al frente del PPC ningún diputado de este grupo hablaba en castellano en el Parlamento».
María José García (PP)
La diputada popular María José García discrepa: «No se trata de ponernos medallas o buscar la rivalidades, pero lo cierto es que si alguien se ha roto la cara por el castellano hemos sido nosotros. Hace años, un diputado del PP se quedó solo en el hemiciclo porque, cuando empezó a hablar en ese idioma, otros parlamentarios se levantaron y abandonaron la Cámara». García, nacida en Jaén, es ingeniera industrial, especializada en técnicas energéticas, y también se estrena como diputada en esta legislatura.
Actualmente es la responsable de asuntos lingüísticos del grupo parlamentario popular. «Creo que nuestra presidenta, Alicia Sánchez-Camacho, ha sido muy valiente al confiar esa responsabilidad a una persona que se expresa en castellano», afirma. Esta diputada lleva más de quince años en Cataluña y estudió catalán «porque me interesaba y porque considero que este idioma es un patrimonio cultural español. Pero mi cometido es que se cumpla la ley y no puede ser que lo que es un derecho constitucional, avalado por varias sentencias judiciales, se acabe convirtiendo en una cruzada».
García se refiere a las sentencias del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía y del Tribunal Supremo, respecto a la inmersión lingüística en el sistema educativo, en las que se advierte de que la lengua catalana no puede prevalecer en ningún caso sobre la castellana. Fallos que el gobierno nacionalista de Artur Mas se niega a cumplir.
A su entender «es asombroso que hablar en un idioma que utiliza la mitad de los catalanes sea noticia. El entorno en el que nos movemos, el Parlamento, la Generalitat... es hostil al castellano». En este sentido, denuncia el intento de relegar esta lengua «a un nivel coloquial, sin carácter oficial», pues según recuerda «toda la rotulación de la Cámara, los documentos, el diario de sesiones... Todo está escrito en catalán». Lamenta también que en la web del Parlamento «pueda escoger el idioma castellano, pero sólo se traducen los titulares, los contenidos están en catalán».
Indiferencia y naturalidad
María José García realiza un esfuerzo adicional en su lucha por la normalidad de la lengua castellana, pues presenta todas sus iniciativas parlamentarias en esta lengua con la finalidad de que quede constancia por escrito. «Te sientes como si estuvieras infringiendo un gran pacto tácito, pero es necesario combatir la imposición “de facto” del catalán», dice.
En su opinión, algunos diputados «hacen teatro», pues «a pesar de tener una mayor competencia lingüística en castellano, intervienen en catalán. ¡Qué casualidad que ningún diputado del Partido Socialista se sienta más cómodo en castellano!».
Ningún parlamentario le ha reprochado sus intervenciones en español. «A la cara no lo han hecho, pero supongo que a mis espaldas sí lo cuestionan. Lo mejor en esos casos es combatir esas voces con la indiferencia y la naturalidad. No lo haces para demostrar nada. Yo quiero vivir en Cataluña igual que he vivido en Salamanca, Lugo o Jaén. No me pueden hacer sentir rara», dice García.
María de Llanos Luna (PP)
Carmen de Rivera, nacida en Barcelona y licenciada en Derecho por la Universidad de Barcelona, es diputada de Ciudadanos en el Parlamento catalán desde septiembre de 2009. «Hablo en castellano porque tengo más fluidez. No debería ser noticia que lo hagamos en el Parlamento porque es la lengua cooficial en Cataluña». Asegura que nadie le ha reprochado nunca esta opción «y si alguien lo hiciera, te aseguro que yo la lío». No obstante, afirma que algunos diputados «te miran raro, murmuran, no sabes si te están escuchando».
De Rivera explica que en algunas comisiones parlamentarias «si un diputado se dirige a mí en catalán, yo le contesto en catalán, por una cuestión de educación». Está en contra de ese lema nacionalista del «no cambies de idioma» cuando alguien habla en castellano. «Hemos vivido en la Cámara catalana situaciones estrambóticas, como por ejemplo que un señor de Salamanca intervenga en castellano y determinados diputados sigan hablando en catalán».
Jordi Cañas (C's)
Mientras en la calle «no hay ningún problema en hablar los dos idiomas», cree que existe una «ingeniería política» que impone el catalán como elemento de cohesión social. «Y eso, lamentablemente, va a más. Hemos presenciado cómo el consejero catalán de Salud pedía perdón en un Pleno del Parlamento porque se le había escapado una frase en castellano ¿Hasta dónde vamos a llegar?».
Explica que su madre y su abuela hablaban en catalán entre ellas «pero se dirigían a mí en castellano. Mi madre incluso llegó a sentirse culpable por no haberme inculcado más el catalán». A diferencia de su compañero de partido, De Rivera es pesimista sobre la posible extensión del castellano en la Cámara catalana.
Aleccionar a los niños
La diputada María de Llanos de Luna, nacida en Sevilla y licenciada en Derecho por la Universidad de Murcia, es actualmente portavoz adjunta del PP en el Parlamento autonómico. «Hablar en castellano en la Cámara es una forma de llevar la normalidad social a las instituciones. Socialmente se usan ambos idiomas de forma indistinta e incluso cuando hay un grupo de amigos, se intercalan las dos lenguas con naturalidad. Eso no ocurre en las instituciones».
De Luna, que tiene el nivel C de catalán, asegura que nunca se ha sentido incómoda por pertenecer a una minoría que utiliza el castellano en el hemiciclo y que, a pesar del sistema de inmersión lingüística que existe en los colegios, cuestionado por varias sentencias judiciales, «es necesario que los niños vean que se puede llegar a donde quieras utilizando el castellano, incluso a ser representante del pueblo de Cataluña como soy yo. Lamentablemente, a los menores se les inculca que sólo tienen futuro si estudian en catalán».
La diputada cree que «los gestos valen más que las palabras y hablar en una de las dos lenguas oficiales, en este caso en castellano, erradica esa idea de que sólo expresándote en catalán puedes llegar a ser alguien». Destaca la libertad de elección que el PP ha dado a sus diputados para que se expresen en la lengua que prefieran. «La mía es el castellano, estamos en una comunidad autonóma española y por eso la utilizo».
Los cuatro realizan sus intervenciones exclusivamente en castellano y han luchado para que así conste en las actas parlamentarias. Todo un pulso a la Cataluña oficial donde el catalán es la única lengua vehicular de la escuela pública, los comerciantes que no rotulan en ese idioma son multados —107 sanciones en el primer semestre de 2011, más de la mitad que en todo el año anterior— y el sector del cine está obligado a cumplir con unas cuotas de doblaje. Un idioma cuya promoción, a pesar de la crisis económica y los recortes en ámbitos como la sanidad o la educación, cuesta a la Generalitat 160 millones de euros al año.
Transcripción en castellano
¿Resistentes o disidentes? Jordi Cañas prefiere autodenominarse «disidente» porque implica una actitud proactiva en una Cámara «donde se había impuesto un dogma consistente en hacer política exclusivamente en catalán, desde las instituciones o desde los medios de comunicación». Este licenciado en Geografía e Historia, que ha debutado como diputado de Ciudadanos en esta legislatura, nació en Barcelona, pero utiliza normalmente el castellano «porque me da la gana, así de claro. Eso es lo que le he contestado a algún parlamentario que me ha preguntado al respecto en los pasillos de la Cámara, aunque una persona no tiene por qué dar explicaciones sobre eso. Yo hablo en catalán cuando me apetece, no porque me lo imponga alguien. Lo normal es posible, pese a figuras como esa “sacerdotisa” de la inmersión lingüística que es Irene Rigau», consejera de Educación.
Carmen de Rivera (C's)
Asegura que no le incomoda hacer sus intervenciones en castellano en un Parlamento donde todas las comunicaciones, tanto orales como escritas, se hacen en catalán. «No somos peores catalanes por hablar en castellano. Supone una garantía de pluralidad que el ciudadano vea a sus representantes hablar con normalidad en dos lenguas», explica. Respecto a la posibilidad de que aumente el número de diputados que utilizan el castellano, se muestra optimista y cree que, en un futuro, otros seguirán su ejemplo.
Cañas recuerda que, en un principio, las intervenciones orales en castellano se traducían al catalán en las actas, «pero nosotros hemos logrado que se transcriban en el idioma original para que quede constancia histórica de que en este Parlamento autonómico se utilizan ambos idiomas». En su opinión, «con la entrada de Ciudadanos en la Cámara catalana se produjo un antes y un después en el uso del castellano, nosotros rompimos el patrón, pues mientras estuvo Josep Piqué al frente del PPC ningún diputado de este grupo hablaba en castellano en el Parlamento».
María José García (PP)
La diputada popular María José García discrepa: «No se trata de ponernos medallas o buscar la rivalidades, pero lo cierto es que si alguien se ha roto la cara por el castellano hemos sido nosotros. Hace años, un diputado del PP se quedó solo en el hemiciclo porque, cuando empezó a hablar en ese idioma, otros parlamentarios se levantaron y abandonaron la Cámara». García, nacida en Jaén, es ingeniera industrial, especializada en técnicas energéticas, y también se estrena como diputada en esta legislatura.
Actualmente es la responsable de asuntos lingüísticos del grupo parlamentario popular. «Creo que nuestra presidenta, Alicia Sánchez-Camacho, ha sido muy valiente al confiar esa responsabilidad a una persona que se expresa en castellano», afirma. Esta diputada lleva más de quince años en Cataluña y estudió catalán «porque me interesaba y porque considero que este idioma es un patrimonio cultural español. Pero mi cometido es que se cumpla la ley y no puede ser que lo que es un derecho constitucional, avalado por varias sentencias judiciales, se acabe convirtiendo en una cruzada».
García se refiere a las sentencias del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía y del Tribunal Supremo, respecto a la inmersión lingüística en el sistema educativo, en las que se advierte de que la lengua catalana no puede prevalecer en ningún caso sobre la castellana. Fallos que el gobierno nacionalista de Artur Mas se niega a cumplir.
A su entender «es asombroso que hablar en un idioma que utiliza la mitad de los catalanes sea noticia. El entorno en el que nos movemos, el Parlamento, la Generalitat... es hostil al castellano». En este sentido, denuncia el intento de relegar esta lengua «a un nivel coloquial, sin carácter oficial», pues según recuerda «toda la rotulación de la Cámara, los documentos, el diario de sesiones... Todo está escrito en catalán». Lamenta también que en la web del Parlamento «pueda escoger el idioma castellano, pero sólo se traducen los titulares, los contenidos están en catalán».
Indiferencia y naturalidad
María José García realiza un esfuerzo adicional en su lucha por la normalidad de la lengua castellana, pues presenta todas sus iniciativas parlamentarias en esta lengua con la finalidad de que quede constancia por escrito. «Te sientes como si estuvieras infringiendo un gran pacto tácito, pero es necesario combatir la imposición “de facto” del catalán», dice.
En su opinión, algunos diputados «hacen teatro», pues «a pesar de tener una mayor competencia lingüística en castellano, intervienen en catalán. ¡Qué casualidad que ningún diputado del Partido Socialista se sienta más cómodo en castellano!».
Ningún parlamentario le ha reprochado sus intervenciones en español. «A la cara no lo han hecho, pero supongo que a mis espaldas sí lo cuestionan. Lo mejor en esos casos es combatir esas voces con la indiferencia y la naturalidad. No lo haces para demostrar nada. Yo quiero vivir en Cataluña igual que he vivido en Salamanca, Lugo o Jaén. No me pueden hacer sentir rara», dice García.
María de Llanos Luna (PP)
Carmen de Rivera, nacida en Barcelona y licenciada en Derecho por la Universidad de Barcelona, es diputada de Ciudadanos en el Parlamento catalán desde septiembre de 2009. «Hablo en castellano porque tengo más fluidez. No debería ser noticia que lo hagamos en el Parlamento porque es la lengua cooficial en Cataluña». Asegura que nadie le ha reprochado nunca esta opción «y si alguien lo hiciera, te aseguro que yo la lío». No obstante, afirma que algunos diputados «te miran raro, murmuran, no sabes si te están escuchando».
De Rivera explica que en algunas comisiones parlamentarias «si un diputado se dirige a mí en catalán, yo le contesto en catalán, por una cuestión de educación». Está en contra de ese lema nacionalista del «no cambies de idioma» cuando alguien habla en castellano. «Hemos vivido en la Cámara catalana situaciones estrambóticas, como por ejemplo que un señor de Salamanca intervenga en castellano y determinados diputados sigan hablando en catalán».
Jordi Cañas (C's)
Mientras en la calle «no hay ningún problema en hablar los dos idiomas», cree que existe una «ingeniería política» que impone el catalán como elemento de cohesión social. «Y eso, lamentablemente, va a más. Hemos presenciado cómo el consejero catalán de Salud pedía perdón en un Pleno del Parlamento porque se le había escapado una frase en castellano ¿Hasta dónde vamos a llegar?».
Explica que su madre y su abuela hablaban en catalán entre ellas «pero se dirigían a mí en castellano. Mi madre incluso llegó a sentirse culpable por no haberme inculcado más el catalán». A diferencia de su compañero de partido, De Rivera es pesimista sobre la posible extensión del castellano en la Cámara catalana.
Aleccionar a los niños
La diputada María de Llanos de Luna, nacida en Sevilla y licenciada en Derecho por la Universidad de Murcia, es actualmente portavoz adjunta del PP en el Parlamento autonómico. «Hablar en castellano en la Cámara es una forma de llevar la normalidad social a las instituciones. Socialmente se usan ambos idiomas de forma indistinta e incluso cuando hay un grupo de amigos, se intercalan las dos lenguas con naturalidad. Eso no ocurre en las instituciones».
De Luna, que tiene el nivel C de catalán, asegura que nunca se ha sentido incómoda por pertenecer a una minoría que utiliza el castellano en el hemiciclo y que, a pesar del sistema de inmersión lingüística que existe en los colegios, cuestionado por varias sentencias judiciales, «es necesario que los niños vean que se puede llegar a donde quieras utilizando el castellano, incluso a ser representante del pueblo de Cataluña como soy yo. Lamentablemente, a los menores se les inculca que sólo tienen futuro si estudian en catalán».
La diputada cree que «los gestos valen más que las palabras y hablar en una de las dos lenguas oficiales, en este caso en castellano, erradica esa idea de que sólo expresándote en catalán puedes llegar a ser alguien». Destaca la libertad de elección que el PP ha dado a sus diputados para que se expresen en la lengua que prefieran. «La mía es el castellano, estamos en una comunidad autonóma española y por eso la utilizo».
viernes, 4 de noviembre de 2011
Explicar el Independentismo!!!!
"Un mal negocio” La Vanguardia. David García 18/11/2010.
El aumento del independentismo en Catalunya no es casual ni responde a circunstancias difíciles de explicar.
Si dejamos las razones identitarias a un lado y nos centramos en el día a día, ¿quién puede defender el
expolio que padecen todos los catalanes, independientemente de si se sienten españoles o catalanes?
- ¿Quién puede defender que España robe a Catalunya 60 millones de euros al día a partir del déficit fiscal?.
- ¿Quién puede defender que los estudiantes catalanes reciban sólo el 5% de todas las becas del estado y los estudiantes de Madrid reciban el 58%?.
- ¿Quién no querría ver aumentada la renta per cápita anual de los catalanes en unos 2.400€ al año si tuviésemos seguridad social propia?
- ¿Quién puede defender que el "Ministerio de Cultura" haga un gasto anual por cada español de 47€ y por cada catalán sólo de 5€?
- ¿Quién querría viajar con el 40% de los trenes construidos por el Estado durante la década de los 70 que se consideraron obsoletos y que aún circulan por Catalunya, mientras que Madrid sólo tiene el 4%?.
- ¿Quién no querría ver a su país 7 veces más rico como dijo el Premio Nobel de Economía Aplicada en la UB el pasado mes de mayo?
- ¿Quién puede defender que 1 de cada 3 años el Ministerio de Fomento no invierte nada de nada en Catalunya?
- ¿Quién quiere, pese a ser catalán y sentirse español, que cada año nos roben 20.000.000.000 de euros (11% del PIB), siendo así la región del mundo que sufre más déficit por parte de su gobierno?
- ¿Realmente sentirse español en Catalunya compensa eso? Como residente en Catalunya, quién puede tolerar que por cada 12,7 millones de euros que se invierten en medioambiente en el aeropuerto de el Prat, se inviertan 300 millones al de Barajas?
Por muy españolista que uno sea en Catalunya:
-¿Se puede defender que entre 1985 y 2005 sólo se hayan construido en Catalunya 20km de autovías, mientras que en Madrid se hagan cerca de 900 en idéntico periodo?
¿Se puede aceptar y no protestar cuando en Catalunya sólo se invierte un promedio del 12% del PIB español anual pese a aportar el 22% del mismo PIB español?
- ¿Se puede aceptar el agravio que hemos sufrido con el AVE?. En Catalunya, por el AVE, el gobierno invirtió 316€ por catalán, pero en el mismo año invirtió 1.198€ por andaluz, 894€ por madrileño, 574€ por aragonés y 407€ por castellano manchego.
- ¿Se puede aceptar pagar peajes y más peajes? Con la dependencia de Catalunya con respecto a España nosotros los catalanes, independientemente de si nos sentimos españoles o catalanes, estamos perdiendo la oportunidad de vivir mejor. Estamos perdiendo la oportunidad de dar un futuro mejor a nuestros hijos.
España es un mal negocio a nivel cultural pero sobre todo a nivel económico, y lo es porque tratar a Catalunya como una colonia forma parte de su "leitmotiv" nacional.
Passa-ho, com més gent ho llegeixi millor.
I per acabar... el Govern Espanyol regalarà al F.C. Reial Madrid 1.000.000 d´Euros amb l’excusa de patrocinar la imatge d´Espanya a la resta del món.
O sigui que els catalans també subvencionem al Reial Madrid!
El aumento del independentismo en Catalunya no es casual ni responde a circunstancias difíciles de explicar.
Si dejamos las razones identitarias a un lado y nos centramos en el día a día, ¿quién puede defender el
expolio que padecen todos los catalanes, independientemente de si se sienten españoles o catalanes?
- ¿Quién puede defender que España robe a Catalunya 60 millones de euros al día a partir del déficit fiscal?.
- ¿Quién puede defender que los estudiantes catalanes reciban sólo el 5% de todas las becas del estado y los estudiantes de Madrid reciban el 58%?.
- ¿Quién no querría ver aumentada la renta per cápita anual de los catalanes en unos 2.400€ al año si tuviésemos seguridad social propia?
- ¿Quién puede defender que el "Ministerio de Cultura" haga un gasto anual por cada español de 47€ y por cada catalán sólo de 5€?
- ¿Quién querría viajar con el 40% de los trenes construidos por el Estado durante la década de los 70 que se consideraron obsoletos y que aún circulan por Catalunya, mientras que Madrid sólo tiene el 4%?.
- ¿Quién no querría ver a su país 7 veces más rico como dijo el Premio Nobel de Economía Aplicada en la UB el pasado mes de mayo?
- ¿Quién puede defender que 1 de cada 3 años el Ministerio de Fomento no invierte nada de nada en Catalunya?
- ¿Quién quiere, pese a ser catalán y sentirse español, que cada año nos roben 20.000.000.000 de euros (11% del PIB), siendo así la región del mundo que sufre más déficit por parte de su gobierno?
- ¿Realmente sentirse español en Catalunya compensa eso? Como residente en Catalunya, quién puede tolerar que por cada 12,7 millones de euros que se invierten en medioambiente en el aeropuerto de el Prat, se inviertan 300 millones al de Barajas?
Por muy españolista que uno sea en Catalunya:
-¿Se puede defender que entre 1985 y 2005 sólo se hayan construido en Catalunya 20km de autovías, mientras que en Madrid se hagan cerca de 900 en idéntico periodo?
¿Se puede aceptar y no protestar cuando en Catalunya sólo se invierte un promedio del 12% del PIB español anual pese a aportar el 22% del mismo PIB español?
- ¿Se puede aceptar el agravio que hemos sufrido con el AVE?. En Catalunya, por el AVE, el gobierno invirtió 316€ por catalán, pero en el mismo año invirtió 1.198€ por andaluz, 894€ por madrileño, 574€ por aragonés y 407€ por castellano manchego.
- ¿Se puede aceptar pagar peajes y más peajes? Con la dependencia de Catalunya con respecto a España nosotros los catalanes, independientemente de si nos sentimos españoles o catalanes, estamos perdiendo la oportunidad de vivir mejor. Estamos perdiendo la oportunidad de dar un futuro mejor a nuestros hijos.
España es un mal negocio a nivel cultural pero sobre todo a nivel económico, y lo es porque tratar a Catalunya como una colonia forma parte de su "leitmotiv" nacional.
Passa-ho, com més gent ho llegeixi millor.
I per acabar... el Govern Espanyol regalarà al F.C. Reial Madrid 1.000.000 d´Euros amb l’excusa de patrocinar la imatge d´Espanya a la resta del món.
O sigui que els catalans també subvencionem al Reial Madrid!
martes, 1 de noviembre de 2011
Los Sueldos de Caixa de Catalunya
La falsedad y la hipocresía pasan factura, a veces. Los dos representantes de CC OO en el consejo de administración de Caixa Catalunya, Josep Alonso y Genís Garriga, votaron en 2008 a favor de los contratos de alta dirección del nuevo tándem directivo de Adolf Todó y Jaume Masana, con pelotazos salariales, de blindaje y de pensiones, así como de la indemnización a Josep María Loza, el director general saliente. En ambos casos y en dos sesiones, CC OO votó a favor de lo mismo que ahora denuncia fuera de ella.
Las dos reuniones se celebraron el 19 de febrero y el 26 de marzo de 2008. En ambas, los consejeros de CC OO votaron afirmativamente unas retribuciones y pelotazos salariales en la alta dirección, lo mismo que el pasado día 25, en una mediática rueda de prensa en Madrid, el secretario general de Comfia-CC OO, José María Martínez, denunciaba con énfasis.
Es más, Martínez señaló como tres casos “sangrantes” a la CAM, CatalunyaCaixa y NovacaixaGalicia. Tres entidades nacionalizadas y en las que coinciden, en el periodo 2004-2010, espectaculares incrementos salariales de la cúpula directiva con fortísimas caídas en los resultados.
En el caso de Caixa Catalunya, Martínez destacó que la retribución de la alta dirección aumentó en ese periodo un 93%, mientras que los beneficios se desplomaron un 53%. Lo que no denunció es que CC OO, su propio sindicato, era uno de los responsables directos.
En la reunión del consejo del 19 de febrero de 2008, Narcís Serra, presidente de la entidad, planteó la conveniencia de compensar la dimisión voluntaria del director general, Josep M. Loza, que había “enladrillado” el balance de la caja. Pareció poco el compromiso por pensión que la entidad ya tenía dotado, unos 5,2 millones de euros; por lo que acabaron regalándole su salario completo durante siete años más, con una revalorización fija del 5% anual y aumentando sus pensiones como si permaneciese en la caja. Una minucia añadida de 5,6 millones de euros. En total 10,8 millones. Los dos representantes de CC OO votaron a favor.
En la reunión del 26 de marzo se plantearon los contratos del nuevo director general, Adolf Todó, y de su adjunto, Jaume Masana: dos millones de euros el primero y 1,5 millones anuales, Masana. Blindajes de 10 y 7,5 millones de euros, respectivamente, y una pensión vitalicia para Todó, que ahora le costaría a la caja 720.000 euros anuales. CC OO votó a favor.
Entre los dos consejos se aprobaron 45 millones de euros. Un festín para tres directivos de una caja en crisis y que representa el 23% del beneficio del grupo en 2008 (194 millones).
Una tercera representante sindical, Sara Cardona, también votó a favor de los pelotazos. Pero en este caso se conjugan anécdotas que ponen más en evidencia el papel de los sindicatos en las cajas de ahorros.
Cardona, la tercera plaza del cupo sindical dentro de un consejo de 21 sillones, votó en representación de CSICA. Pero su entrada en el consejo de Caixa Catalunya en 2005 fue como representante de UGT, porque pertenecía a este sindicato. ¿Qué sucedió? Los miembros de los sindicatos en los consejos de las Cajas, en los que tienen una cuota por ley, se disputan esta representación por el hecho de que quien está dentro de un consejo recibe dietas como cualquier otro consejero.
En Caixa Catalunya se remuneraba con un mínimo de 30.000 euros anuales a los consejeros y pueden superar los 60.000 si, además, se es miembro de la comisión ejecutiva. Dietas que, en el caso de los sindicalistas, se suman al salario como empleados, aunque estén “liberados” de su quehacer diario.
Sara Cardona pactó con sus jefes que como UGT había sacado en las elecciones sindicales un sólo sillón, se repartiría el condumio con otro compañero. Los dos primeros años lo ocuparía ella y los dos siguientes otro. Cuando llegó el momento del cambio se arrepintió. UGT amenazó con expulsarla, pero ella se afilió al minoritario CSICA. Sucesivas modificaciones de la Ley de Cajas Catalanas han permitido a los consejeros eternizarse, en lugar de los periodos legales anteriores de cuatro años.
Entre los 21 miembros del consejo de Caixa Catalunya que aprobaron estos disparates estaban también los representantes de la Diputación de Barcelona, entidad fundadora de la caja sin ánimo de lucro. Además, la que tenía que velar por el buen gobierno corporativo. También votaron a favor los consejeros representantes de los impositores. Al parecer, opinaron que el dinero de sus representados estaba mejor en los bolsillos de algunos directivos que en la caja.
TEMAS RELACIONADOS: EconomíaCaixa Catalunya
Las dos reuniones se celebraron el 19 de febrero y el 26 de marzo de 2008. En ambas, los consejeros de CC OO votaron afirmativamente unas retribuciones y pelotazos salariales en la alta dirección, lo mismo que el pasado día 25, en una mediática rueda de prensa en Madrid, el secretario general de Comfia-CC OO, José María Martínez, denunciaba con énfasis.
Es más, Martínez señaló como tres casos “sangrantes” a la CAM, CatalunyaCaixa y NovacaixaGalicia. Tres entidades nacionalizadas y en las que coinciden, en el periodo 2004-2010, espectaculares incrementos salariales de la cúpula directiva con fortísimas caídas en los resultados.
En el caso de Caixa Catalunya, Martínez destacó que la retribución de la alta dirección aumentó en ese periodo un 93%, mientras que los beneficios se desplomaron un 53%. Lo que no denunció es que CC OO, su propio sindicato, era uno de los responsables directos.
En la reunión del consejo del 19 de febrero de 2008, Narcís Serra, presidente de la entidad, planteó la conveniencia de compensar la dimisión voluntaria del director general, Josep M. Loza, que había “enladrillado” el balance de la caja. Pareció poco el compromiso por pensión que la entidad ya tenía dotado, unos 5,2 millones de euros; por lo que acabaron regalándole su salario completo durante siete años más, con una revalorización fija del 5% anual y aumentando sus pensiones como si permaneciese en la caja. Una minucia añadida de 5,6 millones de euros. En total 10,8 millones. Los dos representantes de CC OO votaron a favor.
En la reunión del 26 de marzo se plantearon los contratos del nuevo director general, Adolf Todó, y de su adjunto, Jaume Masana: dos millones de euros el primero y 1,5 millones anuales, Masana. Blindajes de 10 y 7,5 millones de euros, respectivamente, y una pensión vitalicia para Todó, que ahora le costaría a la caja 720.000 euros anuales. CC OO votó a favor.
Entre los dos consejos se aprobaron 45 millones de euros. Un festín para tres directivos de una caja en crisis y que representa el 23% del beneficio del grupo en 2008 (194 millones).
Una tercera representante sindical, Sara Cardona, también votó a favor de los pelotazos. Pero en este caso se conjugan anécdotas que ponen más en evidencia el papel de los sindicatos en las cajas de ahorros.
Cardona, la tercera plaza del cupo sindical dentro de un consejo de 21 sillones, votó en representación de CSICA. Pero su entrada en el consejo de Caixa Catalunya en 2005 fue como representante de UGT, porque pertenecía a este sindicato. ¿Qué sucedió? Los miembros de los sindicatos en los consejos de las Cajas, en los que tienen una cuota por ley, se disputan esta representación por el hecho de que quien está dentro de un consejo recibe dietas como cualquier otro consejero.
En Caixa Catalunya se remuneraba con un mínimo de 30.000 euros anuales a los consejeros y pueden superar los 60.000 si, además, se es miembro de la comisión ejecutiva. Dietas que, en el caso de los sindicalistas, se suman al salario como empleados, aunque estén “liberados” de su quehacer diario.
Sara Cardona pactó con sus jefes que como UGT había sacado en las elecciones sindicales un sólo sillón, se repartiría el condumio con otro compañero. Los dos primeros años lo ocuparía ella y los dos siguientes otro. Cuando llegó el momento del cambio se arrepintió. UGT amenazó con expulsarla, pero ella se afilió al minoritario CSICA. Sucesivas modificaciones de la Ley de Cajas Catalanas han permitido a los consejeros eternizarse, en lugar de los periodos legales anteriores de cuatro años.
Entre los 21 miembros del consejo de Caixa Catalunya que aprobaron estos disparates estaban también los representantes de la Diputación de Barcelona, entidad fundadora de la caja sin ánimo de lucro. Además, la que tenía que velar por el buen gobierno corporativo. También votaron a favor los consejeros representantes de los impositores. Al parecer, opinaron que el dinero de sus representados estaba mejor en los bolsillos de algunos directivos que en la caja.
TEMAS RELACIONADOS: EconomíaCaixa Catalunya
La Vanguardia de Zapatero
El conde, Javier de Godó, no lo entiende de otra manera, máxime en horas difíciles como las actuales en las que el apoyo del poder se hace imprescindible. La Generalitat de Artur Mas le viene subvencionado a precio de oro la edición catalana de La Vanguardia y ayudando generosamente en otros medios como la televisión de nuevo cuño.
Pero el conde de Godó lleva ya unos meses cortejando a Rajoy. Incluso organizó un almuerzo en su propio domicilio para demostrar a Mariano qué él es un punto de referencia obligada en esa Cataluña que tanto inquieta al gallego. Ahí estuvieron sentados los grandes y medianos empresarios (Bufrau, Sánchez Llibre, Fainé, Carulla, etc…) que preguntaron al jefe de la derecha española sobre todo de economía. Tampoco faltó el todavía director del diario catalán, José Antich, el hombre que Piqué recomendó a José María Aznar para director y el entonces presidente, a su vez, a Javier Godó.
Antich se pasó al “enemigo” cuando en el 2004 el PP se fue al averno. Entonces, se puso a favor de Zapatero y del tripartito catalán. Ahora, dada su buena relación con Mariano (asistió a la boda de su hija) pretende seguir en el machito del principal medio informativo de Cataluña.
Antich se apoya también en la derecha en su amistad con Jorge Fernández Díaz, un político profesional, miembro supernumerario del Opus Dei, que ha caído en desgracia en Cataluña, pero que mantiene el hilo personal con Rajoy. Es su única fuerza. Fernández Díaz siempre se ha mostrado dócil al poder catalán. En cualquier caso, el PPC bajo su liderazgo nunca dejó de ser marginal.
Pero el conde de Godó lleva ya unos meses cortejando a Rajoy. Incluso organizó un almuerzo en su propio domicilio para demostrar a Mariano qué él es un punto de referencia obligada en esa Cataluña que tanto inquieta al gallego. Ahí estuvieron sentados los grandes y medianos empresarios (Bufrau, Sánchez Llibre, Fainé, Carulla, etc…) que preguntaron al jefe de la derecha española sobre todo de economía. Tampoco faltó el todavía director del diario catalán, José Antich, el hombre que Piqué recomendó a José María Aznar para director y el entonces presidente, a su vez, a Javier Godó.
Antich se pasó al “enemigo” cuando en el 2004 el PP se fue al averno. Entonces, se puso a favor de Zapatero y del tripartito catalán. Ahora, dada su buena relación con Mariano (asistió a la boda de su hija) pretende seguir en el machito del principal medio informativo de Cataluña.
Antich se apoya también en la derecha en su amistad con Jorge Fernández Díaz, un político profesional, miembro supernumerario del Opus Dei, que ha caído en desgracia en Cataluña, pero que mantiene el hilo personal con Rajoy. Es su única fuerza. Fernández Díaz siempre se ha mostrado dócil al poder catalán. En cualquier caso, el PPC bajo su liderazgo nunca dejó de ser marginal.
La Vanguardia de Zapatero
El conde, Javier de Godó, no lo entiende de otra manera, máxime en horas difíciles como las actuales en las que el apoyo del poder se hace imprescindible. La Generalitat de Artur Mas le viene subvencionado a precio de oro la edición catalana de La Vanguardia y ayudando generosamente en otros medios como la televisión de nuevo cuño.
Pero el conde de Godó lleva ya unos meses cortejando a Rajoy. Incluso organizó un almuerzo en su propio domicilio para demostrar a Mariano qué él es un punto de referencia obligada en esa Cataluña que tanto inquieta al gallego. Ahí estuvieron sentados los grandes y medianos empresarios (Bufrau, Sánchez Llibre, Fainé, Carulla, etc…) que preguntaron al jefe de la derecha española sobre todo de economía. Tampoco faltó el todavía director del diario catalán, José Antich, el hombre que Piqué recomendó a José María Aznar para director y el entonces presidente, a su vez, a Javier Godó.
Antich se pasó al “enemigo” cuando en el 2004 el PP se fue al averno. Entonces, se puso a favor de Zapatero y del tripartito catalán. Ahora, dada su buena relación con Mariano (asistió a la boda de su hija) pretende seguir en el machito del principal medio informativo de Cataluña.
Antich se apoya también en la derecha en su amistad con Jorge Fernández Díaz, un político profesional, miembro supernumerario del Opus Dei, que ha caído en desgracia en Cataluña, pero que mantiene el hilo personal con Rajoy. Es su única fuerza. Fernández Díaz siempre se ha mostrado dócil al poder catalán. En cualquier caso, el PPC bajo su liderazgo nunca dejó de ser marginal.
Pero el conde de Godó lleva ya unos meses cortejando a Rajoy. Incluso organizó un almuerzo en su propio domicilio para demostrar a Mariano qué él es un punto de referencia obligada en esa Cataluña que tanto inquieta al gallego. Ahí estuvieron sentados los grandes y medianos empresarios (Bufrau, Sánchez Llibre, Fainé, Carulla, etc…) que preguntaron al jefe de la derecha española sobre todo de economía. Tampoco faltó el todavía director del diario catalán, José Antich, el hombre que Piqué recomendó a José María Aznar para director y el entonces presidente, a su vez, a Javier Godó.
Antich se pasó al “enemigo” cuando en el 2004 el PP se fue al averno. Entonces, se puso a favor de Zapatero y del tripartito catalán. Ahora, dada su buena relación con Mariano (asistió a la boda de su hija) pretende seguir en el machito del principal medio informativo de Cataluña.
Antich se apoya también en la derecha en su amistad con Jorge Fernández Díaz, un político profesional, miembro supernumerario del Opus Dei, que ha caído en desgracia en Cataluña, pero que mantiene el hilo personal con Rajoy. Es su única fuerza. Fernández Díaz siempre se ha mostrado dócil al poder catalán. En cualquier caso, el PPC bajo su liderazgo nunca dejó de ser marginal.
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