¡Es la gestión! No los modelos de Estad
26/10/2012 | 17:20
No hay que saber demasiado de instituciones políticas para saber que hay modelos de Estado descentralizados que son un desastre y otros que funcionan muy bien. Igual ocurre con los modelos de Estado centralizados. A nadie se le ocurriría poner como ejemplo a Argetina de país federal bien gestionado. El país más descentralizado de todos es Suiza. Y así les va. Los países escandinavos tienen fórmulas más cercanas al centralismo y también son un ejemplo.
Un modelo de Estado es fruto de la historia. Estados Unidos, Canadá, Australia... son federales porque fueron conquistados paso a paso, escopeta a escopeta, creándose sus estados/provincias a medida que los colonos iban conquistando el Oeste o el desierto. Alemania es federal porque es un país joven, fruto de la fusión de repúblicas, principados, reinos, ciudades libres, que han mantenido sus estructuras propias y una profunda identidad, como el caso de Baviera. La generosidad de los länder ricos para recuperar y ayudar a los exestados de la antigua Alemania comunista, no ha sabido apreciarse demasiado fuera de ese país, mientras hacían lo mismo transfiriendo dinero a la periferia europea.
Como Alemania, Italia es un país joven, pero con estructuras más centralizadas y la voluntad actual de reducir el número de provincias. Pero, ¿bien gestionado Ja. Francia es el país centralista más grande de Europa, con sus ventajas e inconvenientes. En Francia se está debatiendo porque no existe un tejido empresarial mediano tan fuerte como en Alemania y, en algunos análisis, se justifica porque los gobiernos regionales no tienen tantas competencias. Nuestros vecinos siempre han preferido apostar por modelar su industria en mayúsculas, alrededor de sectores muy definidos, desde el gaullismo hasta ahora.
En una Europa federal, como algunos deseamos, lo lógico sería establecer modelos de gestión en cuatro niveles: federal, estatal, regional y local, acorde con el sentido común y, en casos muy especiales, las identidades locales. Abrir una empresa debería costar lo mismo en tiempo y dinero en Nápoles, Hamburgo o Sevilla. Sin embargo, nadie discute que el mobiliario urbano es un asunto local. ¿Sobre los impuestos? Es necesaria una mayor armonización fiscal.
¿Y España? Se ha unido un sistema inadecuado, artificial, poco acorde con la historia de España, que ahora es muy fácil criticar. Se ha gestionado mal y con manga ancha, sin el control suficiente y sin prever en la época de vacas gordas que podría ocurrir si se torcía el escenario. Hay que reformar el modelo de Estado, reduciendo provincias, fusionando autonomías, estbaleciendo un sistema fiscal más justo que no abuse de la solidaridad. Pero, incluso, si esto se alcanza a realizar, siempre una mala gestión puede estropearlo todo.
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