domingo, 25 de marzo de 2012

Mas apuesta por la ruptura

Independencia. Estado propio. Salvar la patria. Tropa de choque. Ganar la batalla. Soldados derrotados. Aire épico. Éstos fueron los conceptos más repetidos durante el Congreso de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) que se celebra este fin de semana en la localidad tarraconense de Reus. Incluso el presidente de la Generalitat, Artur Mas, que pasará a ser presidente de la formación en sustitución de Jordi Pujol, se sumó al carro de la euforia independentista y reclamó que Cataluña sea una nación “con Estado propio”. No habló de independencia, aunque sí de "parecerse a Massachussets". Pero, evidentemente, dio una vuelta a la tuerca de las reivindicaciones nacionalistas.

Lo mismo exigió en la jornada de ayer el consejero de interior y ex secretario general del partido, Felip Puig, quien llegó a amenazar que si Cataluña no consigue su pacto fiscal “buscaremos otros objetivos, como un Estado propio en el marco de la Europa a la que pertenecemos”. Aún así, Convergència buscará ese pacto “por la vía del diálogo de la negociación democrática o por la vía de la radicalidad democrática”. Y Oriol Pujol, nuevo secretario general, que abogó por "avanzar hacia el Estado propio". Incluso una enmienda a la ponencia política aprobada ayer por la tarde (se llevó el 86% de los votos) clama por construir un Estado propio, al constatar que España ahoga a Cataluña, genera déficit fiscal y no respeta la identidad lingüística y cultural de Cataluña. Así, un texto oficial aprobado por CDC, por primera vez, exige que "el catalanismo apueste por la independencia", que se ha de apostar por "un Estado propio" y se habla de Cataluña como "país independiente" y "nación libre".

Diversas fuentes consultadas por El Confidencial apuntan a que lo que los insistentes mensajes nacionalistas de este fin de semana esconden es una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que transija y conceda un pacto fiscal a la comunidad similar al concierto económico que tienen el País Vasco y Navarra. Eso, de momento, es impensable. El jefe del Ejecutivo central está dispuesto a mejorar la financiación catalana, pero esa mejora está condicionada a la salida de la crisis, a que el Estado tenga más ingresos. Y como no existe la certeza de que eso vaya a ocurrir ni a corto ni a medio plazo, un pacto fiscal como el que reclama Artur Mas “es imposible”.

Consciente de que no puede mantener una eterna luna de miel con el PP, el presidente catalán ha jugado sus bazas tácticas en el congreso de su partido. Para empezar, el sector soberanista ha copado plenamente las estructuras de la formación, barriendo a la anterior generación y a los moderados. Los nuevos hombres fuertes provienen, en su mayoría, de las juventudes de Convergència y de la Federación Nacional de Estudiantes de Cataluña (FNEC) y tienen las manos libres para marcar la hoja de ruta que ponga en marcha la “transición nacional hacia la soberanía plena”.

Fue una jugada calculada. Al principio de esta legislatura, Mas habló con Oriol Pujol Ferrusola, que será el nuevo secretario general. “Tuvimos una primera conversación. Me hubiera costado muy poco hacerle una propuesta para ser Consejero, para ser miembro del Gobierno. Pero por lo que hablamos, entendí que estaba plenamente dispuesto a asumir sólo, o principalmente, la dirección del partido. Por tanto, a partir de ahora, yo no me desentenderé de todo, pero sobre las espaldas de Oriol habrá la altísima responsabilidad de dirigir el día a día de Convergència”, reconoció ayer Artur Mas. Eso significa una apuesta por el ala independentista de CDC. Porque junto a Oriol se alinean otros jóvenes dirigentes tradicionalmente identificados con el sector duro: Francesc Homs, Josep Rull, Lluís Corominas...

El control de la estructura de CDC es sólo el comienzo de la nueva era del nacionalismo. En realidad, el presidente catalán guarda un as en la manga. Sabe que no podrá contar con el PP más allá de este año, ya que no puede quedarse de brazos cruzados si Rajoy no accede al pacto fiscal. Sus bases le pedirán que rompa con el PP y no tendrá más remedio que hacerlo si quiere dominar el espectro del nacionalismo político. La estrategia, por tanto, pasaría por no pactar los presupuestos del año que viene con nadie, sino prorrogarlos y convocar elecciones anticipadas.

En esos comicios, CiU se presentaría como la única capaz de plantar cara a Madrid y reclamaría la exclusiva de la defensa de Cataluña frente al Estado. Con ello, esperan captar a un segmento del electorado de ERC o de otras formaciones independentistas y aprovecharse de que su principal rival, el PSC, está todavía en fase de recuperación interna y electoral tras los malos resultados de las autonómicas, las municipales y las legislativas. “Una convocatoria de elecciones anticipadas beneficiaría, sin duda a CiU”, zanja una de las fuentes consultadas.

El peligro de una consulta popular

La jugada de Mas es muy clara: si obtiene el pacto fiscal, se presenta ante su electorado con los deberes cumplidos. Además, “ésa es la primera fase de la transición nacional, con lo que cumpliría también con la hoja de ruta aprobada en el congreso de este fin de semana. En cambio, si no lo consigue, tiene la excusa perfecta para romper con el PP y la legitimidad para adoptar posiciones más radicales, porque Cataluña padece una discriminación histórica”, indica otra fuente.

En medios de Convergència no se da por sentado que una consulta popular sea el método más adecuado para reivindicar el pacto fiscal. En todo caso, sería una apuesta política, un pulso a Mariano Rajoy para visualizar el malestar catalán. Y, en último caso, una herramienta de propaganda política para reforzar el papel salvador de CiU.

Pero tiene muchos inconveniente y, sobre todo, un gran peligro. El principal inconveniente es que jurídicamente podría anularse. “El propio Joan Ridao, de cuyo independentismo nadie duda, ha dicho públicamente que el artículo 49 de la Constitución lo prohibe”, señala otra de las fuentes consultadas por El Confidencial.

Y el peligro es que la consulta, de llegarse a hacer, sea un fracaso. En la mente de muchos está el caso del referéndum del Estatuto de Cataluña, que a pesar de tener a todos los partidos a favor, excepto al PP y a Ciutadans, fue votado por menos del 50% de la población. Si la consulta sobre el pacto fiscal no cuenta, además, con el apoyo de los socialistas, por ejemplo, la afluencia a las urnas podría descender aún más y situarse por debajo del 40%. En tal caso, sería un fracaso rotundo, circunstancia que ni el Gobierno catalán ni CiU están dispuestos a afrontar. Unas elecciones anticipadas, con una supuesta mayoría absoluta de CiU (que en la actualidad no tiene), podría ser una alternativa más efectiva para los nacionalistas que un severo revés en un referéndum que, además, no es vinculante.

martes, 13 de marzo de 2012

La Importancia de las Cifras

El aumento del independentismo en Catalunya no es casual ni responde a

circunstancias difíciles de explicar.



Si dejamos las razones identitarias a un lado y nos centramos en el

día a día, ¿quién puede defender el expolio que padecen todos los

catalanes, independientemente de si se sienten españoles o catalanes?



Quién puede defender que los estudiantes catalanes reciban sólo el 5%

de todas las becas del estado y los estudiantes de Madrid reciban

el58%?



¿Quién no querría ver aumentada la renta per cápita anual de los

catalanes en unos 2.400€ al año si tuviésemos seguridad social propia?



¿Quién puede defender que el "Ministerio de Cultura" haga un gasto

anual por cada español de 47€y por cada catalán sólo de 5€?



¿Quién querría viajar con el 40% de los trenes construidos por el

Estado durante la década de los 70 que se consideraron obsoletos y que

aún circulan por Catalunya, mientras que Madrid sólo tiene el 4%?



¿Quién no querría ver a su país 7 veces más rico como dijo el Premio

Nobel de Economía Aplicada en la UB el pasado mes de mayo?



¿Quién puede defender que 1 de cada 3 años el Ministerio de Fomento no

invierta nada de nada en Catalunya?



¿Quién quiere, pese a ser catalán y sentirse español, que cada año nos

roben 20.000.000.000 de euros (11% del PIB), siendo así la región del

mundo que sufre más déficit por parte de su gobierno? ¿Realmente

sentirse español en Catalunya compensa eso?



Como residente en Catalunya, ¿quién puede tolerar que por cada 12,7

millones de euros que se invierten en medio-ambiente en el aeropuerto

de el Prat, se inviertan 300 millones al de Barajas?



Por muy españolista que uno sea en Catalunya ¿se puede defender que

entre 1985 y 2005 sólo se hayan construido en Catalunya 20km de

autovías mientras que en Madrid se hagan cerca de 900 en idéntico

periodo? ¿Se puede aceptar y no protestar cuando en Catalunya sólo se

invierte un promedio del 12% del PIB español anual pese a aportar el

22% del mismo PIB español?



¿Se puede aceptar el agravio que hemos sufrido con el AVE? En

Catalunya, por el AVE, el gobierno invirtió 316€ por catalán, pero en

el mismo año invirtió 1.198€ por andaluz, 894€ por madrileño,574€ por

aragonés y 407€ por castellanomanchego.



¿Se puede aceptar pagar peajes y más peajes?

Con la dependencia de Catalunya con respecto a España nosotros los

catalanes, independientemente de si nos sentimos españoles o

catalanes, estamos perdiendo la oportunidad de vivir mejor. Estamos

perdiendo la oportunidad de dar un futuro mejor a nuestros hijos.



España es un mal negocio a nivel cultural pero sobre todo a nivel

económico, y lo es porque tratar a Catalunya como una colonia forma

parte de su leitmotiv nacional.

lunes, 5 de marzo de 2012

Catalunya independiente

Hablar de una hipotética independencia de Catalunya en un medio influyente en la conformación de la opinión española no es cómodo. Pero debo hacerlo, pues El Confidencial me encarga que explique lo que sucede en Cataluña. Hace quince años plantear la independencia era una opción casi estrafalaria y en todo caso minoritaria. Entonces Jordi Pujol, líder del nacionalismo catalán, fue designado “Español del año” por el diario ABC que dirigía Luis María Anson.

Ahora, un significativo segmento de la opinión pública es independentista. En la encuesta del Centre d´Estudis d´Opinió de la Generalitat (CEO) del viernes, el porcentaje de los que dicen que votarían a favor es del 44% (contra un 24%). No hay que exagerar el dato ya que, en sentimiento identitario, el 42,4% se siente “tan catalán como español” y el 28,1% “mas catalán que español” frente al 21,1% que se considera “sólo catalán”.

Y sobre las aspiraciones de futuro, el 29% quiere un estado independiente, por debajo del 30,8% que prefiere el estado federado con España. Además, un 27,8% desea seguir siendo una CCAA. Pero la evolución es fuerte. Por primera vez los partidarios de la independencia superan a los de la CCAA y han pasado del 21%, cuando el CEO empezó a hacer la pregunta con el tripartito, al actual 29%. El gran salto se ha dado con la llegada de CiU al poder, del 24,5% de enero del 2011 al 29% ahora.

Por primera vez los partidarios de la independencia superan a los de la CCAA y han pasado del 21%, cuando el CEO empezó a hacer la pregunta con el tripartito, al actual 29%CiU, un partido en el que primaba el autonomismo, se ha ido convirtiendo (no del todo) al soberanismo. El mismo Jordi Pujol dice (El Periódico de Catalunya, martes 28 de febrero): “En este momento votaría que sí (a la independencia)”. Y en el congreso de marzo Jordi Pujol pasará a ser presidente honorario del partido, Artur Mas (ahora secretario general) le relevará y Oriol Pujol (hijo del antiguo presidente) pasará a controlar CDC desde la secretaría general.

Y Oriol Pujol, en una entrevista -prudente con Rajoy- publicada en La Razón del pasado domingo no vacilaba en afirmar: “Queremos trabajar para que el soberanismo sea la opción mayoritaria… queremos que la soberanía sea el eje central de la vida política de Catalunya”. Incluso Duran Lleida verá disputado su liderazgo en el congreso de Unió Democràtica de abril por un candidato independentista, Vilá d´Abadal, alcalde de Vic y presidente de los municipios independentistas, aunque todo indica que con pocas posibilidades.

¿A qué se debe esta notable evolución del primer partido catalán que en los últimos comicios ha aumentado su ventaja sobre el segundo, el PSC? Primero, a la actitud prepotente de Aznar con Pujol en su segunda legislatura (la de la mayoría absoluta). Al principio hizo que electores de CiU se corrieran a ERC, pero luego favoreció el reposicionamiento soberanista de CDC. Segundo, a la campaña contra el nuevo Estatut del PP (con indudables excesos) y la sentencia del Tribunal Constitucional anulando algo que ya votado y refrendado en Catalunya.

¿Es una evolución imparable? No, pero el clima se ha enturbiado mucho y es complicado volver a meter la pasta dentífrica en el tubo cuando ya ha empezado a salir. En todo caso, exigirá prudencia, habilidad y hacer trabajar más el cerebro que a las vísceras. Tanto en Madrid como en Barcelona.